XIV

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La empresa

Ya impacientado miraba como todos caminaban con algo en manos, y era fascinante ver todo aquello, la oficina principal era hermosa y brillante, el piso de reflejo iluminaba las decoraciones, las finas plantas acentuaban cada esquinera con bastante precisión, ahora se preguntaba ¿Si realmente su padre construyó aquello desde cero? Era demasiado impresionante para ser real.

Simplemente alucinaba con esa enorme empresa de negocios, quiso por un momento pararse y explorarla pero no debía, su padre le dijo que tenía que esperar su turno como cualquier persona buscando un empleo, y es que ni con su hijo tendría preferencias, y claro él obedeció, haría la entrevista de trabajo y empezaría donde ellos desearan no donde a él le apeteciera.

- ¿Joven Raditz? - Llamó con duda una secretaria que estaba recibiendo a todos los candidatos.

- S-soy yo - Dijo sin poder disimular lo distraído que se encontraba y levantándose con torpeza juvenil.

- Pase por aquí, es su turno - Respondió ya ella más confiada que antes mientras abría una puerta de cristal doble dejándole en una habitación con 5 personas ya grandes de edad y sin más retirándose.

- ¿Es usted Raditz? - Inicio de una el señor que se encontraba sentado en el centro de la mesa larga enfrente del susodicho sayayin, puesto que tiempo no querían perder.

- Si, así es - Dijo dirigiendo su mirada a los señores mientras se inclinaba con respeto en muestra de saludo.

- Siéntese por favor, iniciaremos con la entrevista - Y así fue como inició una serie de 50 preguntas que duró como media hora.
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- Hola amor ¿Sabes si Raditz ya acabo su entrevista? - Preguntó un sayan desde su oficina mientras hablaba con su esposo por teléfono.

- Pues no ha llegado a casa -

- Mmmm lástima que no puedo bajar a preguntar, estoy muy ocupado - Dijo con una torre de papeles para firmar.

- No te preocupes, me imagino que ya acabo, desde la Mañana que salió, ya debe estar de regreso -

- Si, tienes razón, bueno corazón te dejó, debo terminar todo -

- De acuerdo, te veo más tarde - Y así fue como colgó mientras Bardock suspiraba cansado.

- Tiene razón, no debo preocuparme, después de todo es mí hijo - Sonrió para si y siguió revisando todas las hojas con un poco más de tranquilidad.
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- ¿ADIVINEN QUÉ? ME CONTRATARON - Nomás llego y gritó su gran noticia con euforia auténtica ¿Quien hubiera pensado que lo contratarían de asistente de buffet? Nadie, ni siquiera el mismo, a lo mucho esperaba asistente de secretario, pero esto era mucho mejor de lo que esperaba.

- ¿Enserio yo esperaba que te dijeran que no con tan solo verte? - Las burlas de sus hermanos nunca iban a faltar, y como no, Turles las hacia con gusto.

- Cállate, que a ti no te estaba hablando - Respondió con molestia en su rostro.

- Felicitaciones - Dijeron los demás ignorando la sorna de Turles.

- Inicio el martes - Y ya con eso fue a recibir el abrazo de orgullo de su padre Zamasu.

Solo faltaba que le dieran la noticia a su padre Bardock quien de seguro le felicitaría con gran alegría.


(Bardock x Zamas) Te amo y eso es lo único que tengo claroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora