XI

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Adolescentes

No querian aceptarlo, pero debían hacerlo, sus hijos estaban creciendo; Raditz acababa de cumplir 16 años, Turles 15, Black 13, los gemelos 11 y la pequeña Gorin 10.

Raditz cumplía años en Diciembre, Turles en Julio, Black en marzo al igual que Gorin y los gemelos en enero.

Se encontraban en el mes de diciembre justo acabando de celebrar el cumpleaños del hermano mayor.

- Estoy tan emocionado, las clases son diferentes y todas son fantásticas, elegí las que me ayudarán para poder dirigir la empresa, estoy realmente entusiasmado, ya en unas semanas empiezo - Raditz no paraba de contarle a su papá lo efusivo que se encontraba, Zamasu ya algo cambiado en cuanto al rostro por los años que le hacían poco efecto oía cada palabra mientras terminaba los últimos toques a su pintura con Black al lado.

- ¿Estás seguro que quieres encargarte de una compañía? No digo que no sea genial, es solo que he visto a tu padre trabajar ahí todo el tiempo y aún no entiendo porque le agrada tanto - No despegaba los ojos del hermoso retrato en ningún momento, pero la atención estaba en su hijo y en la conversación que mantenía con él.

- Lo he ansiado toda mí vida, así como veo la pasión en tus ojos al ejecutar algo que amas, así me veo yo colocándome enfrente de la empresa que mí padre tanto esfuerzo a prencindido para crearla - Zamasu volteó hacia él, observandolo con detenimiento como si fuera la primera vez que lo viera, parecía renovado desde que Bardock le ofreció la empresa para que se quedara a su mando al momento de retirarse, le gustó ver tan entusiasta y vivaz a su hijo que una sincera y añorada sonrisa se le escapó.

- Confío en que has tomado la decisión por aquella pasión que me mencionas y no solo por el honor del puesto, por qué no hay tragedia más grande que el que desperdicia su vida tratando de alcanzar algo que no dura para siempre - Black quien se mantuvo escuchando sin dar opinión también lo vio intentando describir que expresión poseía al oir a su papá, sin éxito, era como una mueca, parecía pensar en su respuesta pues tardó unos segundos.

- Aún me quedan unos cuantos años estoy seguro que me daré cuenta si estoy yendo por mal camino, si es así flaquearé, no haré algo solo por ambición, tranquilo, has hecho un gran trabajo criandome, me has enseñado adecuadamente como tomar decisiones - Recibió una sonrisa de satisfacción de parte de Zamas que lo contagio, adoraba platicar con su padre sobre cualquier ridiculez ya que el siempre estaba ayudándole a guiarse.
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Mientras los gemelos se encontraban abajo cocinando unas galletas con la supervisión de Turles y Gorin, si, su hermana era quien los supervisaba, era más madura y responsable, además que amaba compartir tiempo con su familia pero ponía de pretexto que siempre los tenía que mantener vigilados, era demasiado orgullosa para decir sus sentimientos en voz alta.

- ¿Le vas a contar a papá? - Turles quien ayudaba a encender el horno, dirigió la mirada a Goku mientras preguntaba.

- Nuestro padre prefiere tenerlo en secreto, no quiere que se entere papá y comience con sus ideas de que dañaremos a alguien en el torneo - Respondió decorando las galletas con un embudo mientras Gomas colocaba chispas.

- Nuestro padre sugirió mantenerlo oculto, quiere demostrarle a papá que podemos actuar de manera controlada al pelear con humanos, quiere que todo el entrenamiento que nos ha dado de frutos - Completo Gomas siguiendo con su labor.

- Espero todo salga bien, desde que Raditz compitió por primera vez en el torneo de artes marciales anual, nadie de la familia a vuelto a participar, imagínense dejo inconsciente a dos niños, claro él no sabía medir su fuerza pero eso fue razón suficiente para no volver a aquel torneo por orden de papá, pero si logran ganar sin fuerza excesiva, quien sabe, tal vez Gorin tenga la oportunidad también de competir - La idea de su padre sobre un entrenamiento para regular y controlar correctamente la fuerza parecía un sueño, pero ahora parecía más real que nunca.

Sin más colocaron las galletas en el horno y luego llamaron a todos a comer, ya todo estaba listo, habían preparado un gran bufet digno de un rey sayan, al rato todos se encontraban ahí incluso Bardock quien estuvo todo el tiempo en su oficina, todos comían tranquilos pero en su mente dominaba la complicidad traviesa del secreto sobre el torneo, todos estaban enterados menos Zamasu, ya mañana era el torneo, el pobre Kaio no sabía lo que le esperaba.

(Bardock x Zamas) Te amo y eso es lo único que tengo claroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora