Parte II: Presente - Capítulo 37

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Somnolencia.

Agotamiento.

Languidez y esa sensación de vacío.

La falta de motivación, el desánimo.

El impulso de terminar con todo.

Como advirtió el médico, ese era el más peligroso de todos los efectos secundarios de los antidepresivos cuando se consumen en exceso o con alcohol.

Se suponía que los medicamentos curaban el problema, no lo empeoraban.

Que irónia.

Sungmin se rió por eso.

Estaba en la terraza, agarrado de la baranda y con el cuerpo demasiado inclinado hacia fuera como si fuera a caerse.

Se quedó mirando la lluvia torrencial durante mucho, mucho tiempo, preguntándose si esta agua de lluvia podría lavar todo.

Poco a poco, su respiración se volvió inestable y sus ojos perdieron el foco.

Un impulso repentino golpeó su interior, colapsando todo su ser en una fracción de segundo.

Nunca se había sentido así antes. Había estado deprimido por un tiempo, pero nunca antes se había sentido así.

Pero ahora, estando borracho y abrumado. El único pensamiento que se arremolinaba en su cabeza era que estaba parado en el noveno piso del edificio y que no había duda de que moriría con las extremidades retorcidas si volcaba sobre la baranda para caer al suelo.

Estaba asustado.

¿Por qué tenía que ser él el loco? ¿Por qué tenía perfecto en ese mundo tan imperfecto? ¿Por que siempre tenía que ser él el causante de todas las desgracias? ¿Por qué tenía que ser el extraño?

Estaba mareado.

Sus dedos se agarraron a la baranda hasta que quedaron entumecidos y blancos, todo su cuerpo temblaba con fuerza.

Se dijo una y otra vez que no mirara hacia abajo.

Luego se empujó más sobre el barandal.

Dejarse ir significaría el final de su vida.

El impulso era peligrosamente poderoso y conquistó todos los demás pensamientos. En ese mismo momento, terminar su vida parecía ser la mejor opción.

No podía pensar de manera racional, no le importaba nada.

El mundo en el que estaba no se sentía real. Su pintura estaba incompleta...

Sus manos se deslizaron sobre la baranda mojada.

Su madre estaba casi muerta.

La punta de los pies apenas tocaba el frío suelo de la terraza.

Su padre estaba disgustado con él.

Su respiración estaba fuera de control.

Sus hermanos no querían saber nada de él.

Sus brazos y piernas temblaban frenéticamente.

Su familia lo abandonó.

Su corazón latía salvaje.

No le importaba a nadie.

Hazlo, solo dejaete ir y eso será todo.

Nadie, ni siquiera su novio.

Un sonido insperado rompió el silencio. Era su tono de llamada.

Con un grito de sorpresa, Sungmin cerró los ojos y se congeló.

En busca de un faro {KyuMin} [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora