Uno, dos, tres, cuatro, cinco... tragos pasaban por su garganta. Con un sonido metálico, Sungmin golpeó el vaso contra la mesa y se sirvió más whisky para terminarlo de otro trago. Luego otro. Y otro.
—Oh, mierda—. Eunhyuk finalmente arrebató la botella de la mano de su amigo. —Bien, ya fue suficiente. Detente.
—Dámela—. Exigió Sungmin, ya intoxicado.
—¿Y dejar que me vomites hasta la primera papilla? Claro que no.
—Aún no he terminado—. Sungmin frunció el ceño.
—Te estoy diciendo que ya terminaste—. Eunhyuk empujó la botella lejos y le pasó un vaso de agua en su lugar. —Toma, bebe esto, y nos vamos.
—¿Me estás tomando el pelo?— Sungmin rió con fastidio. —No he terminado todavía. Devuélvemela.
—¿Me puedes decir cuál es tu jodido problema?— Eunhyuk frunció el ceño a su amigo.
Riendo con un movimiento de cabeza, Sungmin se apoyó en su silla y cerró los ojos. No estaba ahí para contarle a Eunhyuk sobre los detalles de cómo fue su día como si se tratara de un par de adolescentes chismeando. No tenía la más mínima intención de hablar acerca de su visita al hospital. Estaba ahí sólo para beber. Pero si tenía a alguien que le hacía compañía y le obligaba a hablar, tampoco se iba a negar.
—Hoy fui de nuevo al hospital—. Habló en un tono de oscuro.
Sólo seis palabras y la mitad de la historia estaba dicha. Eunhyuk chasqueó la lengua mientras se imaginaba de qué trataba todo y tomaba él mismo un trago de alcohol.
—¿Y la has visto esta vez?— Preguntó.
—Sí.— Sungmin dio una respuesta simple.
—¿En serio?— Eunhyuk alzó las cejas con sorpresa ante la inesperada respuesta. —¿Dejaron que la vieras?
—Sólo porque ella quería verme—. Sungmin se encogió de hombros.
—¿Qué?— Los ojos de Eunhyuk se agrandaron. —¿Eso quiere decir que despertó del coma?
—Sí.
Sungmin encendió un cigarrillo. El humo empañaba su visión, pero al menos fluía libre. Una visión borrosa no era tan malo después de todo. Era un excelente escudo para protegerse de la mirada del otro que buscaba sus secretos más profundos. También era una máscara perfecta para encubrir lo que había detrás. Por no hablar de que era una buena excusa para perder la racionalidad.
Con un suspiro el humo se disipó en el aire, impregnando su cuerpo y su corazón como un veneno irresistible. La vanidad era a veces la adicción más fuerte, el mejor escape.
¿Pero de qué estaba tratando de escapar?
¿Del hospital con todo su olor nauseabundo de vida pudriéndose en cada esquina?
¿De su familia, que no quería nada más que encerrarlo lejos?
¿Del mundo que simplemente lo definía como un loco?
—Mi madre me preguntó si estaba bien ahora—. Murmuró de repente Sungmin, con el cigarrillo entre los dientes.
Cuando Eunhyuk levantó las cejas en la falta de comprensión, Sungmin se explicó.
—Me preguntó si he estado yendo a un psiquiatra. Y si me estaba recuperando.
—¿Psiquiatra?— Eunhyuk frunció el ceño. —¿Para qué necesitas ir a un psiquiatra?
—Yo no lo creo—. Murmuró Sungmin entre el humo. —Ellos simplemente creen que debería ir.
—¿Por qué?
—Porque soy gay—. Respondió Sungmin en un tono indiferente, evitando mirar al boquiabierto de su amigo.
—¿Te están sugiriendo que tienes un problema mental o algo así?— Eunhyuk siseó.
—Si eso es a lo que ellos llaman diferente, entonces sí, por qué no—. Sungmin mordió el cigarrillo.
—Pero no tienes nada mental—. Argumentó Eunhyuk.
—Trata de decirle eso a mi padre a la cara—. Sungmin exhaló el humo con una sonrisa cínica.
Hizo una pausa durante un par de segundos antes de bajar la mirada y murmurar como si se hubiera rendido.
—O a mi madre.
—Cristo—. Eunhyuk negó con la cabeza, y vació su vaso de un trago.
—Piensan que es algún tipo de enfermedad—. Continuó Sungmin, sosteniendo el cigarrillo en su mano. —Algún tipo de trastorno, o de perversión sexual. Nunca sospecharon que dicha enfermedad estuviera en la familia, pero ahora que lo saben, quieren arreglarlo. Así de sencillo.
—Entonces, ¿qué le dijiste?
Un largo silencio cayó sobre las dos personas. Sungmin se quedó mirando la punta del cigarrillo encendido, quemándose centímetro a centímetro, casi olvidándose de aprovechar la ceniza. Su corazón se hundió en las partes más oscuras al recordar su respuesta. Recordó cómo tuvo que hacer un gran esfuerzo para decir lo que su madre estaba esperando.
—Dije que ahora estaba bien.
—¿Y qué te dijo?— Preguntó Eunhyuk .
Sungmin colocó una mano sobre sus ojos, bloqueando las luces.
—Dijo que lo sentía.
Ella lloraba sobre él. Con sus brazos escuálidos alrededor de su cuello, con sus temblorosas manos sin cesar las caricias en su cabello, como si no quisiera perderlo de nuevo, se lamentaba por la enfermedad de su hijo. Se disculpó por no haberle curado antes, por no haberlo rescatado de ese lado sucio del mundo. Se culpó a sí misma por no haberlo amado lo suficiente para no tener ninguna otra opción más que apelar con las alternativas despreciables.
El corazón de Sungmin se había encogido ante cada palabra. Sin embargo, no podía decir nada. No podía decir: mira, sigo siendo el mismo, como hubiera hecho si su madre no hubiera estado llorando tanto, a un segundo de romperse ante el mínimo toque.
Parecía que la verdad era demasiado dura para ella, la verdad podría significar que cayera de nuevo y se escapara de sus manos una vez más. Pensó que podría curar el abandono y desprecio del resto de su familia. Pensó que ella siempre le apoyaría, como lo hizo cuando escogió seguir su sueño de la pintura y el lienzo en contra del deseo de su padre que quería unirlo a su empresa. Pensó que no tendría que esconderse de ella.
Pero tal vez había estado creyendo en algo irreal todo este tiempo.
Por lo que sólo fingió una sonrisa, a pesar de que se estaba viniendo abajo por dentro. Simplemente abrazó a su débil madre, ofreciéndole un abrazo tranquilizador y mantuvo la boca cerrada. No podía hacerle daño. Porque de lo contrario, no tendría nada más a lo que aferrarse.
Nada que pretender siquiera.
—Lo terminará descubriendo—. Señaló Eunhyuk.
—Lo sé—. Acordó Sungmin, con la voz tomado por las emociones.
—¿Qué vas a hacer?
—No lo sé.
Apagando el cigarrillo, Sungmin rió de repente.
—¿Crees que cerrarán las putas bocas si termino con KyuHyun?
—¿Qué?
Sungmin se pasó los dedos por su cabello y dejó escapar un gemido.
—Mierda...
Mordió sus labios. El alcohol estaba atacando de nuevo. Además de otra cosa...
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Nota de la traductora: A petición del público acá actualización bien tempranito. Son las 6 y 50 am en mi país.
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En busca de un faro {KyuMin} [TRADUCCIÓN]
Fiksi PenggemarKyuhyun y Sungmin están desesperados. Desesperados de amor. Desesperados de vida. Desesperados por una esperanza. Una luz. ¿Qué harán para encontrarla? ¿Dónde la buscarán? ¿En quién confiarán?