En busca de un faro {KyuMin} [TRADUCCIÓN]

Parte II: Presente - Capítulo 43

La exposición no era muy grande.

El visitante no tardó demasiado en echar un vistazo. Tampoco tardó demasiado en descubrir por qué estaba ahí.

Siendo sincero, no había sabido para qué estaba ahí, pero tan pronto como fijó sus ojos en cierta pintura, se dio cuenta de que eso era todo.

Por eso estaba ahí.

Se detuvo ante la pintura.

La pintura era taciturna, con un remolino como cielo oscuro y un océano negro que tenía un aura pacífica, pero extrañamente poderosa que brotaba de una manera tan familiar que su corazón cayó al suelo.

Las nuevas incorporaciones eran dos personas pequeñas sentadas en la playa frente al mar y un pequeño faro blanco ergido solo a un lado.

El faro definitivamente capturó su atención, a pesar del tamaño y su posición en la pintura.

Se suponía que era la primera vez que veía la nueva versión de la pintura, pero no se sentía así.

Era tan familiar que sintió que estaba en el doloroso sueño otra vez.

Su corazón latía con fuerza.

Sabía de qué se trataba esta pintura. También sabía a quién pertenecía la pintura y para quién era.

Sabía por qué estaba ahí.

Observó el caos silencioso con una expresión indesifrable por un momento, luego movió sus ojos hacia la etiqueta pegada al lado del cuadro.

Como se esperaba, el nombre de Sungmin estaba impreso en la placa.

El título de la pintura era: El faro.

Una descripción más detallada decía que la pintura no estaba completa, lo que le hizo fruncir el ceño.

Han pasado más de dos años desde que Sungmin comenzó a reconstruir Estrellas a El faro, por lo que era difícil creer que la pintura aún no estuviera completa.

Pero en el fondo, era consciente de la razón.

La pintura le estaba hablando.

Detrás de la oscuridad, una mano vulnerable se extendía hacia él, hacia su calidez.

Detrás de la calma, estaba alguien gritando, pidiendo ser rescatado de la oscuridad.

Lo sacudió, lo despedazó, lo despertó a la verdad.

Justo como cuando vio por primera vez Estrellas, que había desencadenado su instinto de proteger a quien estaba sufriendo y atravesando tal agonía hasta tal punto de crear una pintura como esa.

Esa pintura lo había cambiado de ser nadie a ser alguien especial en quien se podía confiar, su existencia cobró sentido.

Una cosa diferente acerca de esta vez era que había más que solo el instinto protector.

Algo lo golpeó con fuerza en el corazón.

Probablemente era la única persona que podía sostener esa mano desesperada y rescatar a quien sufría.

Luego hubo otro golpe.

Como en el sueño, él también necesita calidez, luz. Él también estaba en el caos silencioso.

Y allí estaba el faro que había estado buscando.

Era pequeño, pero al mismo tiempo inmenso.

Escuchando los latidos de su corazón acelerado, cerró los ojos.