“Mi nombre es Bill, pero pueden llamarme Rey y señor de toda la eternidad”
Miraba por un pequeño agujero de la prisión el exterior. Toda la muerda que había ocurrido desde que Bill tomo su cuerpo verdadero y libero el caos en Grafity Falls. ¿cuánto había pasado desde que me tomaron como prisionera? ¿un mes? ¿dos? No lo se. Perdí el sentido del tiempo hace bastante rató ya.
No sabía nada de Dipper o Mabel. ¿me estarán buscando?
-- jeje hora del baño sucios humanos! -- grito uno de los sirvientes de Bill.
Entre él y varios más comenzaron a lanzarnos cubetas de agua fría - de dudosa procedencia -
Esto era una o dos veces por semana aproximadamente y sin duda eran los peores días que teníamos. También de vez en cuando nos alimentaban...la carne cruda era una de los principales platillos del menú. Simplemente asqueroso.
En uno de esos días donde observaba el exterior por aquel pequeño agujero escuche ecos de alguien corriendo. Un niño pequeño probablemente, por lo que curiosa me levanté abrazandome a mi misma dirigiéndome hacia los barrotes e intentando mirar hacia afuera en un intento de saber que ocurría, pero me era imposible ver hasta que un niño de quizás unos ¿3 años? Él cual se detuvo apenas me vio.
Sus ojos se iluminaron antes de mirar hacia atrás y luego una foto que tenía en sus manos.
--Mamá...--
--¡¡Damian!! ¡vuelve aquí!
El pequeño, aparentemente asustado, no hizo más que tocar el candado y este cayó al suelo. Abrió rápidamente los barrotes a la vez que yo retrocedía sin saber que ocurría. Bill venía hacia acá y este niño...
Me chingue.
El pequeño no hizo más que lanzarse hacia mi abrazandome fuertemente escondiendo su rostro en mi estómago. Al estar distraída -y con una seria falta de comida- el niño logró tirarme al suelo poniéndose sobre mi.
¿¡Que esta ocurriendo!?
Iba a tocar la cabeza del pequeño para intentar alejarlo pero unos pasos pesados hicieron acto de presencia los cuales se detuvieron justo afuera de mi celda.
—Suelta a mi hijo sucia humana....
Cuando levante la mirada, una pirámide ROJA de un solo ojo me miraba furioso.
—¡¡no le digas así a mamá!!— grito el pequeño haciendo que Bill -la pirámide- lo observará.
—Damián...— suspiro juntando sus manos para hablar ya ¿calmado? Lo dudo. —Ven hijo, ella no es tú madre, sueltala.
—No... Ella es la de la foto... Ella es mamá ¡no la dejare ir ahora que ya la encontré!
Baje la mirada sin bajar la guardia en lo más mínimo a aquella dichosa foto la cual estaba en el suelo a un lado mío.
El pequeño debió de haberla soltado.
Claramente podía ver a una mujer y un hombre. Ambos rubios, debido a la oscuridad del lugar, era difícil ver sus rostros. Pero ella parecía embarazada.
Una luz me hizo apartar la vista. Provenía de Bill. Cuando esta se despejó, en vez de un triangulo había un hombre rubio. Vestían un Smokin amarillo y negro aparte de tener un parche en uno de sus ojos de color negro.
Solto nuevamente un suspiro.
—Hijo...
—NO!
—vamos, suelta a la hu... Suelta a tú.... mamá para que podamos salir de aquí e ir a casa... ¿Te gustaría eso?— preguntó.
Mierda.
El pequeño levantó su mirada hacia mí para luego mirar a su padre. Poco a poco me soltó y tomó la foto. Sinceramente no sé alejo más de 2cm de mi.
[Mira insignificante humana...]
Aquello resonó en mi mente, cosa que me hizo mirar a Bill.
[levántate, ahora, no me hagas enojar más de lo que estoy]
Frunci el ceño.
Era mejor hacerle caso a morir de forma estúpida...tengo que ser más inteligente que él.
Escuche como soltaba una risita. No le preste demasiada atención pues sólo me dedique a ponerme de pie. El pequeño, Damián como lo llamó antes Bill tomó mi mano jalandome afuera de la celda.
Pasamos junto a su padre el cual en ningún minuto me sacó la vista de encima y comenzamos a caminar hacia el exterior de las celdas donde se escuchaba una fuerte música y alguno que otro grito.
Al cruzar una puerta, habían muchas luces de colores, monstruos bailando entre ellos y demás aparte de muchos vasos de plástico tirados por ahí...
Que desagradable.
[tú cara es desagradable]
Voltee a mirar a Bill quien me observaba con el ceño fruncido pero una sonrisa en sus labios.
—Damián, lleva a nuestra invitada a la mansión, que se de un baño, Apesta— con su bastón golpeó el suelo y frente a nosotros apareció un portal de color azul.
Damián asintió a lo que su padre le dijo y sin más me jalo al interior del portal.
—nos vemos— se despidió con una sonrisa.
Con una pequeña mueca en mi rostro cruce el portal ante la insistencia que ponía Damián desde el otro lado.
Una vez hecho eso, dichoso portal se cerró.Al mirar a mi alrededor, nos encontrábamos en un recibidor bastante grande de color amarillo y negro. El suelo por otro lado era de cerámica blanca.
—Mami, bienvenida a casa— hablo el pequeño.
Baje la mirada hasta él y acaricie su cabeza para así pasar por su lado para así comenzar a vagar por ahí seguida de él quien me daba como una especie de tour.
—Ese es el comedor! Papi siempre me hace Hotcakes cuando no esta en Raromagedon. Por haya esta la sala de estar, donde vemos películas y derecho subiendo las escaleras de encuentran las habitaciones. — tomó mi mano nuevamente. —¿no te gustaría darte una ducha?— me preguntó.
A pesar de tener al rededor de 3 años, hablaba bastante fluido.
—si, me encantaría— dije por primera vez en todo este rato. —¿me guiarias hacia el baño?— pregunté.
El pequeño me observó unos segundos y sonrio caminando por delante de mí.
—vamos mami!— me llamo.
Mire una última vez a mi al rededor para suspirar y seguir al pequeño nuevamente. Tenía miedo, no iba a mentir, todos esto es raro para mí, todo esto me causa un ligero pánico. Es la mansion de Bill y este es su hijo...
¿Por qué siempre terminó metida en cosas extrañas...?
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Ella es tu madre. [Bill Cipher y tú]
FanfictionMi vida era normal. Trabajaba medio tiempo en una trampa para turistas. Tenía a mi novio y amigos hasta que, por un mínimo error, todo se fue a la mierda en pocas palabras. Hasta que, en aquella solitaria celda, un niño apareció afirmando los barr...