Capítulo 34.

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Echas a correr con tu grupo hacia el mar y llegas hasta el hombre justo cuando el agua ya le cubre por completo. Tiras de sus brazos hacia la superficie, le pides que se apoye en tu hombro y en el de Stephan, y entre los dos lo arrastran hasta la arena. Isabella, que es la que tiene más nociones de medicina, le hace el boca a boca y el desconocido recupera el conocimiento después de expulsar el agua que tenía en los pulmones.

—Gracias, chicos, de no ser por ustedes habría muerto.

Lo que queda de día lo pasan hablando con el hombre, que se hace llamar Daniel, y este les cuenta que el barco en el que viajaba se ha hundido y él es el único superviviente de los doscientos pasajeros, incluida su mujer e hija.

La historia les conmueve a todos, menos a Stacy, quien se ha visto demasiadas películas de terror como para saber que aquello no huele muy bien.

—¿Ha muerto su familia y él está así de bien? Yo querría suicidarme —susurra ella cuando se despiden de Daniel, quien ha ocupado la cabaña más cercana a la playa.

Stacy tiene fama de ser muy paranoica y tal vez por eso nadie le hace caso. Sin nada que temer, uno a uno regresan a sus cabañas y se meten en sus respectivas camas. Cierras los ojos, le das la espalda a la puerta y te quedas dormido con demasiada facilidad en el que sería tu descanso eterno.

Daniel entra en tu habitación en silencio, alza un cuchillo y te lo clava en el cuello causándote una muerte rápida.

Lo siento, ¡has muerto!

Vuelve al capítulo 33 y reconsidera tu decisión.

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Un cumpleaños de muerte [INTERACTIVA] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora