No puedo actualizar tan seguido pero
Seguiré escribiendo este ficErwin y Levi no volvieron a verse ni a hablar hasta el día 24 de diciembre en la noche.
***
Su madre había llegado aquella mañana blanquecina, en la que la lluvia fue reemplazada por la nieve. Las calles adornadas, las tiendas decoradas con motivos de la navidad, los niños jugando en los parques y levantando muñecos de nieve… villancicos…
Kuchel cantaba feliz en la cocina. Había llegado mientras Levi hacia unas compras y visitaba el salón para invitar a sus amigos a celebrar su cumpleaños y la navidad.
Cuando Levi llegó al apartamento, encontró a su madre en el balcón bebiendo una taza de café mientras se maravillaba con la vista que Levi tenía desde allí.
—Huele muy bien…— sonrió al ver que su madre se volvía a mirarlo — ¿horneas galletas?
—Exacto— rio ella mientras iba hasta los brazos de su hijo — hice galletas con tu rostro dibujado en ellas—
Levi la miró fingiendo molestia y cruzándose de brazos cuando el timbre del apartamento sonó.
—Ah, es Kenny, tu tío moría de ganas de estar aquí, hace mucho que no te ve— sonrió ella y fue a abrir.
Un hombre de arrugada mirada pero sonriente, y mostrando todos los dientes, entraba en el apartamento mientras alzaba y abría sus brazos para abrazar al menor.
— ¡Levi! — Chilló emocionando mientras alzaba al menor del suelo y le daba unas palmaditas en la espalda — ¡creciste después de todo!—
Ese comentario no le cayó nada bien a Levi, sabía que su tío disfrutaba burlándose de él por su baja estatura.
—Ahhh, como sigas con esa cara de molestia nadie querrá ser tu novio— reía encantado el mayor y finalmente dejó a Levi en el suelo enfurruñado.
A pesar de que su tío siempre estaba molestándolo, disfrutaba de su compañía y de la de su madre. Era muy poca la gente que podía hacer sentir así a Levi cuando estaban con él.
—Farlan e Isabel ¿vendrán? — preguntó Kuchel mientras se ponía los guantes para el horno y sacaba las galletas que estaban listas.
—Sí. Estarán aquí después de almuerzo, y mañana irán a visitar a los padres de Isabel que vienen a la ciudad— decía Levi mientras se preparaba un té.
Kuchel puso las galletas recién horneadas en un pocillo de plástico grande que tenía Levi. Y las guardo en la alacena. Pues Kuchel las estaba preparando para la celebración de su cumpleaños luego de la cena de navidad.
— ¿Tu jefe también vendrá? — pregunto Kuchel, pero su sonrisa de lado era obvia.
—Sí… iré por él en la tarde— dijo Levi. Por un momento sintió el impulso de contarle a su madre que su jefe había estado en su casa y que este se había quedado a dormir en su apartamento. Pero tendría que explicar también que su madre, y su ex esposa habían montado un escándalo y que él se había visto envuelto en ese problema sin quererlo. Pensó que eran muchas cosas y no quería preocupar a su madre y menos ahora que podía visitarlo junto a su tío.
Decidió guardarse ese secreto para él. Era un secreto entre Erwin y él.
— ¡Tenemos cosas que comprar aún, así que Kuchel, deja de hornear galletas y vámonos, tú también vienes mocoso!— tras asegurarse de que todo estaba apagado debidamente y que todo estaba en orden, los tres abandonaron el departamento para ir a comprar.
Visitaron varias tiendas comerciales buscando tanto, regalo, así como también vinos, cerveza, bebidas y wiski.
—Mamá… aún no he comprado los regalos de Farlan e Isabel, no había tenido tiempo, así que iré a comprarlos…
Su madre se quedó observándolo extrañada, estaba segura que en su habitación había visto unas bolsas con los regalos para ambos jóvenes.
—Si… claro, Kenny y yo te esperaremos en el restaurant de Uri — dijo aun dudando, pero no comentó nada al respecto.
Salió de la licorería para ir otra vez a las tiendas comerciales, ya que no había podido hacer aquella compra con su madre y tío ahí, de lo contrario lo atacarían con preguntas que no podría responder en ese momento.
Lo que había visto seguía allí y pidió a la vendedora que por favor lo envolviera para regalo.
Una hora después, Levi llegaba al restaurante de Uri, con algunas bolsas. No solo había comprado un regalo para Erwin, sino que también para sus compañeros que trabajaban con él en el hotel y para sus empleados del salón.
Kuchel estaba asombrada.
—No cabe duda que ganas bien en ese hotel— decía ella riendo — seguro que tu jefe te hizo un regalo monetario—
—Claro que no mamá, me gano el dinero como todos, trabajando—
El almuerzo fue una velada increíble. Hacía mucho que Levi no se divertía tanto. Hasta antes de conocer a Erwin, su vida era muy monótona, pero después de conocerlo, las cosas parecían diferentes.
A las dos de la tarde, los tres regresaban cargados de bolsas al apartamento de Levi.
Cuando Levi entro al complejo, el guardia lo detuvo para hacerle entrega de un sobre. No tenía remitente ni nada. Pero al tomarlo, el sobre pesaba un poco.
—Adelántense… los alcanzaré luego — dijo y ambos subieron por el elevador, sin tomar importancia al misterioso sobre.
—Lo trajeron aquí poco después de que usted y su familia salieran— informó el anciano.
— ¿Quién lo envió? — pregunto mirando el sobre pero sin abrirlo.
—Una mujer lo dejó, diciendo que debíamos entregárselo directamente a usted señor Ackerman—
—Esa persona ¿dijo su nombre? — continuó Levi.
—No señor, no dijo su nombre, pero era una mujer hermosa de largo cabello negro, llevaba encima muchas joyas y caros abrigos—
Levi no imaginaba quién podría haberle enviado un sobre.
—Muchísimas gracias— dijo Levi — no le diga a mi madre de esto por favor— pidió y luego añadió antes de irse — feliz navidad—
—Feliz Navidad para usted también señor— dijo el hombre sosteniendo la punta de su gorra y haciendo una leve reverencia.
Se metió en el elevador y abrió aquel sobre. Eran fotografías de él y de Erwin, cuando habían ido a aquel bar, otras eran de Erwin y él entrando en el edificio y hasta había algunas que habían tomado cuando Erwin se había quitado la camisa para que Levi la lavara luego de que Erwin derramara sin querer, aceite en ella.
No iba a decirle nada a su madre, no iba a preocuparla cuando estaban celebrando. Pero si le mostraría las fotografías a Erwin una vez que Levi fuera por él al hotel. Aprovecharía también de llevar los regalos para los demás.
Se aseguró de esconder bien ese sobre antes de entrar a su apartamento, donde su madre y su tío estaban ya brindado.
Levi se unió a la celebración y unos momentos más tarde llegaban Isabel y Farlan también cargados de bolsas.
— ¡Cómo es posible! ¡Ni siquiera has puesto un árbol de navidad! — chillaba ella con sus brazos en jarra sobre su cintura apenas hubo entrado al recinto.
—Feliz navidad para ti también Isabel— decía Levi suspirando ante el regaño de su amiga.
Esta no tardo en buscar por todo el apartamento algo con que armar un árbol de navidad y así poder poner los regalos.
Encontró el palo de una escoba vieja que Levi aún no había tirado a la basura, junto con algunos colgadores para la ropa que estaban ya viejos, y con esa basura improviso un árbol.
Kuchel ayudó a Isabel a armarlo. Ambas mujeres estaban disfrutando el hacerlo.
—Tú tendrás que quitarlo una vez que acabe las fiestas ¿entendido? — dijo Levi de manera sombría pero divertida.
Finalmente, el improvisado árbol quedo terminado.
Isabel había conseguido una maceta con el guardia de la entrada para poner el palo de escoba que había encontrado. Como estaba rellena con plumavit, Isabel clavo el palo de la escoba en el centro de la maceta y este se quedó increíblemente inmóvil en el centro.
Luego, con los viejos colgadores para la ropa, los abrió y los unió creando un enorme círculo, el que quedo deforme debido a la forma que tenían los colgadores, y este fue atado con las guirnaldas. Las que estaban firmemente puestas en la punta de aquel palo para así darle forma al improvisado árbol.
También colgó esferas de colores y otros adornos y el árbol poco a poco tomaba forma. Finalmente, una estrella se alzaba en la punta.
Isabel y Kuchel se apartaron para ver su trabajo. No estaba tan mal para ser un árbol improvisado.
—Quedo hermoso— decía contenta Isabel mientras daba pequeñas palmaditas con sus manos.
Levi sentado en el sillón de su sala, miraba sonriendo aquel árbol. Era increíble como esa chica podía improvisar algo cuando se le ocurrían sus ideas.
No tardó en poner los obsequios debajo, parecía un árbol a punto de caerse, pero de alguna manera alegraba el departamento.
Kuchel y Kenny se habían ofrecido a preparar la cena de navidad, y Farlan e Isabel, se encargaban de buscar la vajilla y Levi, se preparaba para ir por Erwin al hotel. Aunque estaba feliz de ver a sus amigos a su madre y tío con él, no podía dejar de inquietarse por aquellas fotos.
A las ocho de la noche, Levi abandonaba el departamento para ir hasta el hotel. Llevó con él las bolsas con los obsequios que habían comprado para sus compañeros, sabía que ellos saldrían de vacaciones al día siguiente y ya no los vería hasta que regresaran.
Al llegar al hotel, encontró el hall repleto. Pues todos estaban yendo hacia el comedor, para celebrar las fiestas.
Tratando de no soltar sus bolsas camino con dificultad por entre la multitud hasta la recepción donde Armin estaba terminando unos papeleos de rutina.
Estaba solo, Levi pensó que los demás tal vez ya se habían ido.
—Buenas noches Armin— saludo Levi.
—Oh… Levi buenas noches…— saludo él dejando sus asuntos para levantarse de su silla y estrechar la mano del mayor.
— ¿Aun sigues aquí? Pensé que ya estarías en casa con eren.
—Si de hecho ya estaba por irme, solo terminaba estos papeles para dejar algo de trabajo adelantado, pero ya me iba— sonrió el joven.
Armin llevaba su cabello atado en una coleta, y parecía una chica literalmente. Si Levi no supiera que Armin era un chico, seguro la confundía con una chica.
— ¿Dónde están los demás? —
—En la oficina del señor Smith. Él los llamó hace un rato… — dijo Armin mirando de pronto las bolsas que Levi traía — ¿Qué son todas esas bolsas Levi? — preguntó Armin sonriendo.
Entonces Levi recordó a que iba al hotel.
—Aaaahh… estos son regalos para ustedes… como mañana se van de vacaciones, no iba a tener oportunidad de entregárselos— dijo y levantó las bolsas — ¿podrías entregarlos por mi Armin? Y este es para ti— dijo apartando un paquetito y entregándoselo al menor —Necesito subir a ver al señor Smith a su oficina, y tardaré un poco.
—Claro— dijo Armin mientras recibía las bolsas que Levi le entregaba.
—Bueno, ya debo subir antes de que se el señor Smith se valla… feliz navidad Armin— dijo Levi, mientras se dirigía al ascensor.
—Feliz navidad para ti también Levi, y gracias por tu consideración— dijo Armin con una gran sonrisa mientras veía a su compañero alejarse del mostrador.
El elevador no tardó en llegar hasta el hall y al abrirse las puertas vio a sus compañeros.
Historia, Conis, Annie, Mikasa, Riko y Marco, aparecían frete a él.
—Levi… feliz navidad— sonrió Historia mientras saludaba a Levi — y feliz cumpleaños — añadió y tomó la mano del joven para llevarlo con ella al mostrador una vez más.
Allí, Historia le dio una pequeña cajita atada con una cinta roja.
—Feliz navidad y feliz cumpleaños Levi— dijo — y esto también— añadió entregándole un sobre.
Levi no le tomó importancia al sobre, pues tenía algo de prisa.
—Gracias Historia… — dijo él agradecido por el regalo.
—Este es de parte de eren y mía — dijo Armin aprovechando la oportunidad.
—Y este es tu regalo — añadió Conie lanzándole un paquete algo maltrecho, pero Levi sonrió.
—Jean y yo también queremos darte esto— dijo Marco y entregó una caja un poco más grande que la de los demás — espero que te guste— las pecas del joven parecieron marcarse más, era evidente que estaba avergonzado.
Riko, con toda la intención de fastidiarlo, le regalo un paquete muy delgado y ancho de uno de los extremos, empezó a reír mientras se lo entregaba.
Annie y Mikasa, no era que no se llevaran bien con Levi, simplemente cada uno se encargaba de sus cosas sin molestar al otro. Entre ellos no había ningún tipo de relación y así se había mantenido la situación hasta el momento. A Levi poco y nada le importaba si se llevaba o no con todos sus compañeros.
Sin siquiera mirarlas, se despidió de los demás y agradeció sus regalos y sus felicitaciones, y se dirigió una vez más hasta el ascensor.
A Nanaba no la vio por ninguna parte, así que supuso que ya estaría en su casa celebrando las fiestas con sus amigos.
Al llegar hasta el penhouse, en el último piso, sintió que su corazón latió con una fuerza inusual. Era el mismo tipo de latido cuando se encontraba con una persona especial, alguien a quien quería mucho, pero diferente a como quería a su madre, tío, y amigos… no, era un latir muy diferente.
Llamó a la puerta tras recorrer los pasillos en silencio, y acomodando su ropa.
—Adelante—
La voz de Erwin se oía desde el interior.
Al entrar, encontró a Erwin con la nariz metida en unos documentos.
—Señor Smith…— llamó Levi y este de inmediato levantó la mirada hacia el menor.
— ¡Levi! — Dijo y sonrió al ver al joven allí — se suponía que debía haber terminado con esto hacía ya unos días pero hubo complicaciones, pero ya termine… ¿necesitas algo? —
—Venía a buscarlo para ir a mi apartamento… celebraríamos las fiestas… mi madre insistió en que lo invitara…— dijo nervioso — pero veo que tiene mucho trabajo así que… le diré a mi madre que está ocupado…— añadió al ver que Erwin tenia junto a él una montaña de papeles.
Mientras acomodaba su traje, notó el sobre que le habían entregado en el complejo de apartamentos.
—No me perdería una celebración, cuando una dama me ha invitado. De cualquier forma ya he avanzado suficiente, y podré termina el resto en el avión mañana en la tarde—
Levi sacó el sobre y lo dejó frente a Erwin que seguía sentado en su silla.
— ¿Qué es esto? — preguntó mirando dubitativo el sobre.
—Es lo que yo quisiera saber— dijo Levi serio.
Al ver el semblante del joven, Erwin se apresuró a abrirlo.
Se quedó de piedra al igual que Levi cuando vio el contenido la primera vez.
— ¿Quién te dio esto? — preguntó Erwin y su tono de voz ya no era amable, sino más bien molesto.
—Lo dejaron con el guardia del departamento en que vivo— respondió y se llevó las manos a los bolsillos de su pantalón.
— ¿Y ese hombre dijo quién se lo dio? — siguió preguntando Erwin.
—Según él, fue una mujer alta de cabello negro, blanca, llevaba muchas joyas encima y también iba con un abrigo, no especifico como era el abrigo si es que iba a preguntarlo—
—María…— gruño y soltó las fotos esparciéndolas por el escritorio.
“Primero la foto con Kuchel en el bar, ahora esto…”
—Están yendo demasiado lejos— dijo Erwin.
— ¿Usted sabe quién las envió y por qué? —
—Por supuesto que lo sé, seguro que mi madre tiene copias de estas fotografías— enredó sus dedos en sus cabellos y soltó un suspiro molesto — me ocuparé de esto luego, se lo prometo. Ya estoy hartándome de mi madre y sus estúpido comportamiento—
Tras tranquilizarse un poco, tomó su abrigo y salió con Levi de la oficina.
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Té Para Dos
RomanceUna fría mañana de invierno, un joven recepcionista se encuentra con un famoso empresario que busca el "Hotel Freedom Wings" (su lugar de trabajo) pero no imaginó que a partir de ese día, su vida daría un giro inesperado.