Celebración Interrumpida

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Pensé que no alcanzaría a publicar este capítulo, pues algunos sabían que estuve muy enferma y que estuve hospitalizada, y también ocupada con muchas cosas, pero aquí les dejo este capítulo que aunque esta un poquito corto, espero les guste. 

La mañana del 25 de diciembre, llegó acompañada de un gran nevazón

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La mañana del 25 de diciembre, llegó acompañada de un gran nevazón.

Un joven de negro cabello alborotado, abría sus pequeños ojos grises tras restregarlos con pereza. Los abrió apenas un poco, sin embargo no distinguió el lugar en el que estaba. Se puso de boca sobre la cama y abrazó la almohada pensando que estaba en su apartamento y que al fin podía tener un poco de paz.

Sin embargo, un aroma que ya había sentido en su nariz lo despertó abrupta y repentinamente.

Se sentó en la cama.

No era su habitación, sin duda no lo era. Había pasado la noche en el hotel, y en el penhouse de su jefe y con su jefe. Pero el rubio no estaba en la cama.

—No está aquí...— dijo al notar que estaba sólo en aquella habitación.

Se miró debajo de las mantas y para su suerte no había nada que indicara que algo hubiese pasado entre él y el señor Smith.

Soltó un suspiro largo de alivio, y luego miró hacia la mesita de noche junto a la enorme cama.

Allí había un sobre que tenía su nombre.

Con dedos temblorosos lo tomó y abrió para saber el contenido.

"Lo espero en la plaza a las dos de la tarde, no llegue tarde"

— ¿Plaza? Supongo que se refiere a la que está a unas cuadras de aquí...—

Se levantó, pasó por el comedor, donde un delicioso desayuno lo esperaba, sin embargo, Levi no lo comió, volvió a la habitación y se vistió, metió la nota en su bolsillo, para luego finalmente abandonar el hotel.

Regresó a su apartamento, estaba completamente ordenado y reluciente, parecía que sus familiares y amigos habían limpiado todo antes de irse.

Se sentó en el sofá de su sala y miró la hora en el reloj de pared. Eran apenas las diez de la mañana.

Se quitó el abrigo y lo dejó en el brazo de su sofá, echó sobre el lomo de este su cabeza, quedando con la mirada hacia al techo, llevó su mano hasta su bolsillo para sacar la nota que se había traído del hotel. Levantó su brazo hasta quedar con la nota frente a sus ojos.

"Lo espero en la plaza a las dos de la tarde, no llegue tarde"

— ¿Qué le pasa? ¿Por qué tendría que ir? Hace frío también...—

Dejó caer la nota y cerró sus ojos. Oficialmente habían iniciado sus vacaciones y tenía planeado disfrutarlas y descansar.

En su apartamento no había una sola mota de polvo, todo relucía, así que se preparó un té, y se metió a la cama otra vez. Puso la alarma de su reloj de la mesita de noche a las una y treinta.

Té Para DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora