capítulo 3

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La bruja había hecho un pentagrama en el suelo con sal gruesa blanca, salió del círculo y encendió 5 velas negras alrededor de éste, había tallado el nombre del demonio en la vela principal, había incienso en el ambiente la bruja se colocó una escencia en el cuello y tocó su cuerpo despacio para al ritmo de la música satánica sensual que sonaba de fondo la excitara más, se tocaba lentamente disfrutando de su cuerpo y pensando en que clase de entidad demoníaca quería atraer, sus dedos se deslizaron por su sexo acariciandolo despacio aumentando su ritmo poco a poco, mencionando el nombre de la bestia que evocaria ante ella al llegar al climax, lo llamo de nueva cuenta, se colocó un par de talismanes y collares de protección, esparciendo una losion de romero y agua lunar en el aire, todo esto para que no le afectara lo que iba a hacer, era luna llena, eran las 3 de la mañana en punto la hora perfecta -- cogio aire y comenzó a hacer un tipo de invocación -

- "Besticitium consoltato veni ad me'vertat. Creon, Creon, Creon, cantor laudem omnipotentis, et non comentor. Stat superior carta bient laudem, omviestra principem da montem et inimicos meos o prostantis vobis. Et mihi dantes qhue pasium fieri sincisibus" --

esta chica era una bruja de nacimiento, sabía bien lo que estaba haciendo, una persona común le habría costado los 7 días invocar al ente, sí algo que no era de este mundo terrenal si no del inframundo. Del círculo comenaron a aparecer unas alas negras enormes que estaban cruzadas entre sí, poco a poco se fueron separando dejando ver al incubo, la bruja separó los labios impresionada e hizo una sonrisa ladina, realmente era más que guapo, más que atractivo, tenía algo tanto distinto a los hombres mortales, era perfecto en toda la extensión de la palabra. Sus alas se separaron por fin dejándolo ver por completo, sus ojos eran de un color rojo rubí intenso, que miraban con cierta curiosidad su entorno, su pelo rubio casi blanquecino, sus labios gruesos y besables, su torso duro y fuerte, incluso sus piernas que estaban tapadas por pantalones de cuero negro se notaban que eran anchas y torneadas de físico esculturalista, el demonio con curiosidad observó el círculo hecho de sal negra y miró a la bruja con seriedad.

- ¿qué quieres? ¿Para qué me invocas? No eres mi tipo - la joven bruja se quedó boquiabierta su voz era potente gruesa y llamativa --
- ¡hum! pensé que a los incubos les daba igual como fueran las mujeres, ni siquiera su edad les importaba, ni si eran feas o gordas, bajas o altas - hizo una mueca burlona --

- No para mí -

El demonio miró de lado e intentó dar un paso hacia ella, el círculo hizo efecto frenandole el paso -- ¿para qué me encierras aquí? -

- lo hice para protegerme - sonrió de lado y el demonio le devolvió la sonrisa petulante - como ya te dije no eres mi tipo no voy a cogerte - chasqueo su lengua y miró a su alrededor de nuevo.

- interesante... eres una bruja eh - decía mientras arqueaba una ceja mirando el montón de libros de hechicería y algunas hierbas embotelladas en frascos -

- ¿desde cuándo a un demonio del sexo le importa como sea su víctima? - jajja - río burlón -

- son muchos años, las cosas han cambiado, somos mucho más ... eh como decirlo ... selectivos - la miró directamente a los ojos -

- este hijo de puta es más listo de lo que pensé, ¿y si ahora no le interesaba Isabelle? ¿Qué carajos iba a hacer?- pensaba -
- ¡maldita sea! No sería tu tipo era obvio, ¡cómo no pensé eso antes! - gritó se golpeó la frente un par de veces, el incubo ladeo la cabeza y miró hacia otro lado -- entonces no me sirves para nada, tendré que buscar otra manera - caminaba de un lado otro con las manos en su cintura y tocando sus collares llenos de talismanes.

Interesado y con mucha curiosidad se sentó en suelo con sus piernas entre lazadas apoyando su rostro en sus puños -- ¿para quién era? -- la bruja suspiró con rabia - Ya da igual lo que diga no te va a interesar - murmuraba por lo bajo para ella misma.

El incubo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora