capítulo 32

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Llegaron a la casa de Harper, sin saber que Jason los vigilaba de lejos -

- ¿así que te ves con él en la casa de Harper, para no levantar sospechas? Muy lista de tu parte pero yo soy más, cuando tu ya vienes yo ya fui dos veces, nadie me ve la cara de imbécil y menos tú -

Se fue de ahí rumbo a un bar a ahogar su pena en alcohol -

Belaam e Isabelle, subieron con rapidez, se fueron directamente a sentarse en el sofá.
La de ojos de océano lo observó con curiosidad -

- tienes ojeras - lo miró -

- es normal -

- No es suficiente la comida mortal, ¿verdad? - Belaam apretó su mandíbula y le luego sonrió - no te preocupes -

- necesitas alimentarte - le decía preocupada -

- estoy bien - sin hacerle caso y con la excitación se subió a horcajadas encima de él -

- No lo creo - el incubo tomó aire -

- ¡No Isabelle, levántate! -

- oye, necesitas comer - él cerró los ojos momentáneamente con sólo pensar en ello ya se excitaba. Ya no por la energía que necesitaba, en su cabeza sólo pensaba en literalmente lamerle su rosada vagina. Le daba igual chupar su energía -

- por favor, sal - le pidió de nueva cuenta -
Isabelle le pasó su mano por su melena y luego lo besó con dulzura. Belaam cerró los ojos nunca lo habían besado así, con tanta ternura, delicadeza y a la vez excitación.
Al apartarse quedó con los ojos cerrados unos segundos más y los abrió contemplandola. Era demasiado para él, realmente la amaba, se había enamorado de ella, ¿cómo era posible? ¿Era un demonio? Ellos no amaban a nadie si no era entre ellos, no andaban enamorándose de mortales por ahí, pero ella, ella era diferente al resto de las mujeres, incluso al resto del universo era su angel.

- ¿cómo vas a protegerme de Rachel si estás débil? - preguntó ella -

- tengo fuerza suficiente para hacerlo no necesito más -

- ¡No! - acarició sus pectorales por encima de su camiseta -

- tienes que recuperarte -

- ya basta, no puedo, no podría ya te dije que si tengo que hacerlo lo haré con otra con tal de no lastimarte - Isabelle elevó una caja -

- ¿me serías infiel entonces? -

- estaría pensando en ti -

- es ser infiel igualmente -

- sabrías el motivo por el cuál lo hago, no sería por placer si no por necesidad -

- da igual es infidelidad -

- entonces me quedó así, si te molesta -

- es tan fácil como alimentarte de mí - le insistió.

- No podría parar Isabelle, ¿lo entiendes? Eres como una droga para mi, si te toco no voy a parar - la de ojos azules soltó el aire comprimido -

- seguro que si pararías -

- no lo sé, tú, tú me haces perder el control, y ahora mismo no sé ni siquiera como me controlo - admiró su cuerpo que aunque estaba cubierto por la ropa no pudo evitar acariciarlo.
Le pasó sus manos desde sus muslos hasta sus costillas. Dejó caer la cabeza hacia atrás en el sofá y tragó saliva -

- ¡mierda! No sé que me has hecho pero quiero estar contigo, haré lo que sea para volverme mortal del todo y estar contigo -

- eso será más complicado -

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