capítulo 37

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Belaam estaba en la cama pensando en el motivo por el cual Isabelle no quería verlo, la amaba, en verdad lo hacía y estaba dispuesto a todo por ella, ¿qué le había dicho su dichoso Dios para que cambiara de opinión tan drásticamente?, sentía que la quería pero pensó que su amor no era lo suficientemente fuerte todavía. Se le vino a la mente lo que había pasado entre ellos el otro día, tenía muchas ganas de estar con ella pero se negaba a quitarle su energía, la deseaba tanto, aprovechando que estaba solo en la casa y aún faltaba mucho para que Harper llegara, se bajó la bragueta y comenzó a masturbarse pensando en Isabelle, el olor de su largo cabello, sus curvas perfectas, esos pechos de buen tamaño, su sexo que olía y sabía tan bien, esos glúteos redondos, con sólo pensarlo ya se le había puesto dura, su mano comenzó a bajar y a subir rápidamente imaginando que su boca era la que lo hacía, se mordio el labio inferior y aumentó el ritmo imaginadola desnuda tocándose cada parte de ella, su temperatura aumentaba, la deseaba ahí queriendo penetrarla, imaginó sus manos sobre sus pechos pasándolas despacio hasta su sexo, tocando su clitoris suavemente y se llevaba a la boca todos sus fluidos, Belaam ya sentía sus piernas flaquear su miembro ya palpitaba y entonces se le vino el chorro de semen manchando un poco la cama -

- ¡mierda! - dijo -

su corazón latía al mil por hora, sudaba y aún seguía teniendo deseo por ella -

- ¡Lo que me haces hacer Isabelle! ¡Mira como me tienes! Y este estúpido corazón que no deja de latir - rápidamente se limpió y limpió lo que ensucio con un paño húmedo.

Harper estaba por llegar se puso una camiseta y se fue a sentar a la sala a mirar televisión. Las horas pasaron y ella no llegaba, se le hizo un poco raro - habrá ido con Isabelle a su casa seguro - pensó.








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- ¿Vas a ir a la audiencia? -

- tengo que -

- ¿te acompaño? -

- mejor ve a decirle a Page si hay algo que podamos hacer para encerrar de nuevo a Bel... a ese incubo en el espejo no lo quiero cerca de mi nunca más -

- ok ... cuando salgas te veo en tu casa con ella -

- ¡vale! - se despidió y fue hacia el juzgado.

Al llegar se sorprendió bastante al ver a Jason junto a Rachel, retrocedió un par de pasos atrás y tomó su cruz entre sus manos. La bruja no podía acercarse a ella por sus objetos religiosos en parte porque ya había comenzado a despertar como lo que en verdad era, a la azabache le dolieron los omóplatos de nuevo, hizo una leve mueca pero no hizo tanto caso y pasó como si nada delante de ellos. El juez tomó su lugar y ambos se sentaron de cada lado -

- Bien, se abre la sesión y ésta es la última audiencia, discutiremos quién se quedará con el apartamento puesto que no hay hijos de por medio, el estado me da el derecho de que se ceda a partes iguales - Jason habló -

- No, yo de hecho tengo inconveniente en que se quede el apartamento de todos modos ya no me importa, puede quedárselo por mí -

- señora Hernández ¿tiene algo que decir al respecto? ¿Está de acuerdo con lo que dice el señor Park? - preguntó el juez -

- Nada señoría, de hecho estoy de acuerdo -

- entonces se cierra la sesión por favor firmen los papeles de divorcio - se levantaron hacia la mesa del juez y la de ojos azules firmó sin remordimiento, Jason la miró con celo y rabia -

- ¿no te arrepientes de esto? - lo miró seria -

- ¿debería? Creo que tú tampoco puesto que ya tienes una relación con ella -

El incubo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora