El incubo

capítulo 41

Isabelle observaba con detenimiento a aquella preciosa mujer de cabellos color miel y vestida de guerrera, no sabía que decir simplemente le ganó la timidez y agacho la cabeza -

- No hagas eso la hija de una diosa no tiene porqué ocultar su rostro ante nadie -

- es que... no me creo que sea tu hija - dijo apenas en un hilo de voz -

- ¿Suena increíble no? Pero es cierto por extraño que te parezca - elevó la vista hacia ella -

- entonces dime cómo naci -

- acompáñame - se levantó de su silla de oro tomó su lanza de igual material y caminó hacia un pasillo largo que llevaba un par de escaleras blancas como la cerámica, al llegar se abrió la puerta sin que ella la tocase. Eso era un paraíso era precioso -

- siéntate - le ordenó - le costaba mantener el equilibrio con ese par de alas enormes, se sentó como pudo -

- tu fuiste fruto de un amorío que tuve con el arcángel Ariel -

- ¿qué? Entonces él .. es.. mí... mi padre?

- el que te creo sí -

- ¡carajo! -

- jajajaj sonrió me encanta como hablan las chicas hoy en día - prosiguió -

- un día un dios llamado Hefesto, es el dios del fuego, según él se enamoró de mí intento violarme por la pureza que poseía en es entonces pero me defendí y en ese momento apareció él, tu padre para defenderme lucho contra él y lo mando al infierno -

- ¡Vaya! -- estaba boquiabierta --

- después de eso yo quedé flechada por Ariel y con el paso del tiempo nos enamoramos y un día naciste tú de ese amor - hizo una comitas con sus dedos -

- pero los libros dicen que tu fuiste violada por Hefesto y de ahí tuviste un hijo de esa violación según ellos y jamás dejaste que nadie te tocara -

- Sabes mucho eh -

- en cuanto me entere que tu eras mi supuesta madre me tomé la libertad de investigar más sobre ti, también se dice que siempre te mantuviste virgen eras la protectora de la cuidad de Atenas de ahí tu nombre -

- No creas todo lo que dicen los libros sobre mí no todo es cierto un 50% mentira y un 40% realidad -

- estoy impresionada a pesar de que estás parada frente a mi no puedo creer que seas la mujer que me creo -

- Bueno en realidad mientras estuve con tu padre me limpié mi zona íntima con una paño suave y lo tiré al mundo a la mujer que sería tu madre, Sangrario -

- ¡rayos! Mi tía no hace mucho me dijo cuando nací una luz inmensa inundó la sala de parto y luego llegué yo, hice varias hazañas buenas durante mi niñez después paro por un rato y ahora volví a hacerlo sin darme cuenta - Bueno puesto que eres hija de un arcángel y una diosa tienes poderes de ambos, y bueno sacaste sus alas y sus dotes curativos y lo de salvar a la gente es por mi parte eres una guerrera Isabelle lo traes en la venas -

- ok... - se quedó mirando el paisaje -

- No es tan malo como crees pero, un gran poder conlleva una gran responsabilidad sabes? -

- esa frase la escuché en una película de superhéroes -

- ¡jajja lo sé! La he visto también pero me gusta decirlo y es cierto linda es algo que tienes que aceptar te guste o no - suspiro profundo la azabache -

- Supongo que entonces ya sabrás lo del incubo -
la diosa se quedó seria un momento y luego respondió -

- Así es, hija y no es una buena idea que estés a su lado -