El incubo

capítulo 4

El incubo volvió a la casa de Rachel que se encontraba bañándose en una tina le estaba ganando el sueño, con rabia y mucho enojo le gritó al oído haciéndola despertar hundiéndose en el agua por el susto -
- ¡mierda! Pero ¿qué carajos te pasa? ¡Qué susto me has dado! - se llevó una mano al corazón -- ¿qué haces aquí? Deberías estar con la zorra esa - le dijo algo desconcertada.

Había conseguido llegar pero

- no sabes y no te imaginas la de malditas protecciones y putos objetos católicos que tiene ese puto apartamento - le enseño su antebrazo y su mejilla -- y resulta que no sólo tiene una amiga vidente y una tía bruja si no que hasta un puto gato que parece que la cuida, ese cabron me echó de ahí -

Espera .... ¿qué? No estoy entendiendo nada más despacio ¡idiota! -- le reclamó.

- ¡que tiene un puto gato que la protege! No sé si sea un espíritu o un ancestro o tal vez su guía pero ese gato me habló y me echó de ahí -

Rachel se masajeo las cienes confundida.

- volteate, me voy a vestir - le ordenó -

- No eres mi tipo te lo reitero no me voy a excitar con tu cuerpo - la chica se molestó mucho con su comentario -
- ¡que te voltees joder! - le alzo la voz.

- No tienes nada que no haya visto antes en las mujeres -

- ¡puta madre! que te voltees o te volteo yo - el demonio se burló y se giró espaldas a ella.

cuando terminó de ponerse la toalla en su cuerpo -- ya, ya puedes voltear -- le ordenó.

- ¡hum! como dije nada que no haya visto antes - paso su mirada por todo su cuerpo mientras se relamia la comisura de su labio en forma provocativa - la bruja encaro una ceja sin responder nada -- imposible Isabelle no me ha transmitido nada de brujería blanca en su interior es solo una chica cualquiera-

- tal vez no eres tan lista como pensabas - sonrió de lado -

- ¡semejante idiota! Lo sabría evidentemente, entre brujas nos conocemos, sabemos quien tiene el don y quien no por naturaleza -

- si tú lo dices... -- se mofó -- el punto es que el gato la cuida y es fuerte y ahora me será más difícil entrar si está el de por medio - le mostró su mano con la gran ampolla y sus oídos sangrantes - No sé que carajos murmuraba ese hijo de puta pero aún me duele la cabeza y mira hizo que me sangraran mis oídos - sentía su furia salir por todos sus poros y su sangre hervir por su terrible ira.

Rachel caminaba de un lado a otro continuamente con una mano en la cintura y con la otra se agarraba la barbilla miraba al suelo preocupada -- tranquilo, buscaré la forma de que puedas entrar y deshacerme de ese maldito felino entrometido --

- le ha puesto algo más en la habitación, lo he notado, lo percibí en cuanto llegué -

- No pasa nada la debilitare de nuevo eso no es problema para mi, esa perra es fácil de cazar - hizo pausa y observó como apretaba la mandíbula por el coraje retenido -- ¿vas a seguir yendo por ella? - preguntó con curiosidad.
Beelam la miró de nuevo con sus temibles ojos rojos -- ahora más que nunca me la voy a follar hasta acabar con ella - decía con ira.

Rachel suspiro aliviada, era cierto que los demonios del sexo parecían ser los más débiles de la escala pero después de haberse puesto a estudiarlos, realmente eran mucho más peligrosos de lo que ella imaginó alguna vez.

- mmh bien pues ahora recupérate la semana que viene podré tenerla más débil, haré algunos conjuros para debilitarla tanto que accederás inmediatamente en sus sueños -- miraba fijamente su libro de hechizos.