capítulo 23

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Page estaba haciendo corte de caja, Belaam apareció de repente en el espejo que tenía a sus espaldas, la miró detenidamente, ella sintió un olor a azufre muy fuerte.

- ¿un demonio en mi tienda? ¡No puede ser! - pensó y se giró para encontrarse con el sexy incubo que la miraba con una sonrisa pícara -

- ¡Oh Jesús! - se llevó una mano al pecho del susto.

- No puede ayudarte de seguro seguirá derramando su sangre intentando crear utopía entre la humanidad - decía rápidamente y la mujer tragó saliva -

- ¿qué .. qué quieres aquí? - le dijo con algo de temor -

- bueno vengo en son de paz, quiero pedirte ayuda - la señora fruncio el ceño -

- ¿ayuda? ¿Para qué? -

- quiero que me saques de aquí -

La gitana desvió la mirada tenía unos ojos bastante bellos aunque siniestros -

- Y-yo no puedo ayudarte con eso -

- Eres una bruja por supuesto que puedes no lo niegues -

- ¡y aunque pudiera no lo haría! -

- ¡hum! No voy a hacerles daño a la única que quiero es a Isabelle -

- ¿Y crees que su familia y Harper van a dejarte el camino fácil para que te la lleves? No son tan estúpidas como crees Belaam - sonrió de lado -

- si les hago daño a alguna de ustedes ella ya no querrá saber nada de mi, no soy tan estúpido como crees - la de ojos oscuros lo miró extrañada -

- La amo y haré lo que sea por estar a su lado no quiero dañarla más quiero hacerla feliz -

- Quiero creer lo que dices pero no puedo puesto que eres un demonio -

- a veces decimos la verdad - elevó una ceja -

- si como no, ustedes son los amos de la mentira al igual que su padre Lucifer - se encogió de hombros -

- si tu lo dices, también tenemos nuestros momentos de honestidad, como ahora estoy siendo contigo -

- si como no y yo soy la hija de Abraham ¿no? -

- ese tipo fue un verdadero idiota pero no vengo a hablar de eso, sólo quiero que me ayudes a ser mitad mortal -

- ¡largo! Yo no puedo ayudarte ni pienses que te voy a sacar de ahí -

- pero que necias y desconfiadas suelen ser las brujas - se cruzó de brazos -

- ¡sí lo somos! - respondió tratando de verse enojada aunque en verdad estaba aterrada -

- y vete ya de mi tienda que por ti no puedo hacer nada - suspiro profundo -

- ya encontrare la forma de hacerlo sin su ayuda, ¿piensan que pueden engañar a los amos de la mentira? Ja! - sonrió burlonamente y desapareció del espejo, la gitana se agarró el pecho y soltó el aire comprimido -

- ¡Dios santo! ¡Y piensa que le diría como salir de ahí y aunque lo sepa, ni de broma! -

...



El profesor Ariel estaba en la sala de maestros sentado leyendo un libro, cuando sintió una presencia conocida detrás de él, se giró para ver a cara a cara a su hermano Gabriel -

- ¡Dios santo! pero ¿qué haces aquí? -

- ¿No puedo venir a visitar a mi hermano? No es un pecado hacerlo - le sonreía de lado a lado -

El incubo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora