Capítulo 13

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Capítulo 13

Daniel

— ¡VALEN! —llamé a mi hermana. Tenía que hablar con ella sobre Ashley. Quiero decir, no para saber si hablaba de mí, o algo así, para nada.

Dieron dos toques a la puerta y la abrieron dejando ver a Valen: — ¿Qué?

— ¿Por qué tan secas? Te echo agua si quieres —bromeé.

—Tranquilito, Romeo, conmigo no bromees así —dijo seria, aunque al final se rió.

Tonta —rodé los ojos—, tengo que hablar contigo sobre...

—A ver, déjame adivinar... —puso la mano en su barbilla para fingir que lo pensaba— ¿Ashley?

—Nonononono —negué con la cabeza, ella me miró escéptica—, bueno sí. ¿Acaso soy tan obvio?

—Sí, lo eres —se rió.

— ¿Pensé en voz alta, verdad?

—Sí, lo hiciste —volvió a reír—. Pero dime, ¿por qué quieres hablar de ella?

Me rasqué el cuello: — Bueno, se podría decir que... ¿estoy interesada en ella? —sonó más como una pregunta que como a una respuesta concreta.

—A ver, hermanito —dijo. Solo me decía así cuando quería una plática seria. No vamos por buen camino—, ¿estás o no enamorado de ella? —dijo poniendo su semblante serio.

— ¿Quién dice que no es sólo gusto? Como una canción; ahora me gusta ella, luego me gustará otra... —dije, quería retrasar la respuesta. Realmente no estaba muy seguro de cuál era, pero si era un sí; aún no quería decirlo en voz alta...

—Daniel, ella es una persona, de carne y hueso, ¿entiendes? —Parecía enfadada— No una melodía o algo así...

— ¿Pero por qué dices que ella no es una melodía? ¿Acaso su risa no lo es? ¿Acaso su voz al decir mi nombre no parece el canto de los ángeles en el cielo? Ella es una melodía. Una dulce, fina y preciosa melodía...

—Guacala, qué cursi —me sacó la lengua con cara de asco.

Bien, debo dejar de pensar en voz alta.

—Ándale, a ver si me sigues diciendo lo mismo cuando seas tú quien diga esas cosas de alguien.

—Nunca en vida —puso la mano en alto, era muy orgullosa—. No necesito a un chico.

—Es por eso que no tienes novio —le guiñé.

—O eso crees tú —me guiñó de vuelta. Abrí los ojos como platos.

— ¿LO TIENES? —prácticamente grito.

— ¡Cállate! —me dijo rápido— Pero no, no lo tengo. Ya te dije que no lo necesito —encogió un hombro—. Pero no es de mí y mi historial de rompecorazones por el cual me llamaste.

—Cierto —me rasqué el cuello—, quería saber si... pues si ella... ya sabes...

— ¿Si ella está interesada en ti? —me interrumpió, titubeé y ella sabía que estaba en lo cierto— Pues no me lo ha dicho con esas palabras, pero se preocupa por ti. En otras palabras; le importas —al escuchar eso me alivié, quizá se notaba mucho por ella sonrió conmovida. Era raro—. Y si quieres saber, yo siempre los he shippeado. Desde hace años —remarcó la s. Ella era la mejor hermana del mundo, pero no iba a decirlo en voz alta— Y como sé que preguntarías por Ethan, quiero decirte que me parece guapo. Pero no como pareja de Ashley. Friendzone por siempre. Además, toda mi vida he creído que tú y Ash estaban destinados a estar juntos. Es raro, pero así es. Y sé que no me equivoco —ella rodó los ojos al ver mi gran sonrisa en el rostro. Me escudriñó con la mirada un poco y frunció el ceño—. Solo no estropees las cosas, ¿sí? Ella es como una hermana para mí, y el hecho de que tú lo seas realmente, no quiere decir que me voy a contener a darte un puñetazo en la cara si la lastimas, ¿comprendes? No tienes nada de qué preocuparte, tranquilo —sonrió.

70 besos por un juego de botella. -Lena WestpergtⒸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora