Capítlo 12
Ashley
—Yo no… —Daniel parecía no poder hablar— y-y-yo —empezó a tartamudear mucho, nunca lo había visto así. Valen parecía haber caído en la cuenta, yo no entendía nada. De pronto tomó el rostro de Daniel y empezó a decirle que se tranquilizara.
—Daniel, Daniel —le decía, intentaba sonar calmada pero la desesperación era notoria en su voz.
—Y-yo no quería —dijo él mientras miraba al vacío.
—Daniel, cariño — ¿cariño? Yo jamás la había visto decirle así, o sonar tan preocupada. De repente se volvió a verme—. Ashley, intenta calmarlo, llamaré a mi mamá.
— ¿Pero qué es lo que le pasa? —pregunté entrando en pánico, Valen no me respondió porque salió corriendo por un teléfono.
—Y-yo no… Y-yo no quería, d-de verdad, n-no quería —seguía diciendo, y ahora estaba sudando.
—Daniel, Daniel mírame —le dije, él no pareció haber escuchado aunque estaba solo a un metro.
Tomé la toalla (que gracias a Dios no se había mojado cuando la puse sobre la tina) y me la puse alrededor al momento que me paraba, así nadie veía nada.
Me acerqué a él, comenzó a respirar pesadamente, como si le costara. Como si el aire le faltara. Y yo me preocupé más.
Valen regresó con el teléfono en la oreja, parecía desesperada.
—É-él está hiperventilando, mamá —dijo. Una pausa— N-no sé qué hacer —otra pausa— ¿intentar calmarlo? ¡Es lo que estoy intentando! —gritó.
— ¡Valentina Woodley! —Hice que me volteara a verme— ¿Qué es lo que le pasa? Quizá yo pueda ayudar SI SOLO ME DICES —alcé la voz. Tenía a Daniel tomado del mentón para que me viera, pero él me veía sin mirarme realmente.
—É-él está te-teniendo un ataque de pánico —quitó el cabello de su cara de un manotazo—. Usualmente no lo acusamos de cosas por lo mismo —su voz estaba temblando.
Ataque de pánico, ataque de pánico, ataque de pánico. Intentaba buscar en mi mente algo sobre eso, algo que hubiese leído, escuchado, visto… lo tenía.
—Daniel —me volví a verlo, él me reaccionó ante su nombre—, Daniel mírame. Intenta contener la respiración, ¿me entiendes? —Él asintió— Intenta, intenta hacerlo.
Él puso la mano en su pecho y negó con la cabeza: —N-no puedo.
—Si esto no funciona, me mato —murmuré al tiempo que unía nuestros labios.
No te emociones estómago, no me estés dando problemas ahora me gustaría haberle dicho a mi estómago ya que sentí un cosquilleo.
Me separé de Daniel al tiempo que él preguntaba: — ¿P-por qué hiciste eso?
—Bueno —intenté comenzar—, sonará tonto, pero recuerdo que en un capítulo de mi serie favorita a un chico le pasaba eso y entonces su (se podría decir) crush hacía eso para que él contuviera la respiración y así cesar el ataque de pánico…
—Y decidiste intentarlo…
—Y funcionó, por lo que puedo ver —observé. Él ya no estaba sudando, ni tartamudeando, y podía respirar bien. Alcé una ceja.
—Bueno, sí —intentó defenderse, pero no podía—. Cállate, Ashley —frunció el ceño.
—Ni siquiera estaba hablando —bufé.
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70 besos por un juego de botella. -Lena WestpergtⒸ
Novela Juvenil》 De pronto tomó mi rostro en sus manos, y me obligó a verlo. Mas no de una forma brusca, si no bastante suave y tierna. -No quiero abandonar a la única persona a la que amo, no de nuevo -dijo viéndome a los...