𝓝𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓪 𝓱𝓲𝓼𝓽𝓸𝓻𝓲𝓪 ･*:.˛ ˚𝗦𝗠

𝓣𝓻𝓮𝓲𝓷𝓽𝓪 𝔂 𝓽𝓻𝓮𝓼

Hice una coleta mi cabello, acomodé lo mejor que pude la camioneta y en seguida me llegó una llamada de James preguntando por el estado de salud de Shawn, así que le conté todo y luego él me dijo que estaba afuera del hospital porque traía las maletas que había prometido, así que fui inmediatamente hasta allá y le agradecí por el enorme esfuerzo que había hecho ya que ni siquiera se quedaría porque tenía que ver a su familia, entonces nos despedimos y volví a la camioneta para dejar lo que no ocuparía, fui hasta el hospital y pedí información sobre las regaderas, me dijeron lo necesario y luego me dirigí hasta una de ellas para darme una rápida ducha y después cambiarme por un pantalón de algodón y un suéter, en seguida caminé hasta la sala de espera donde estaba Andrew quien me saludó y dijo que Camila había ido a comprar algunas pastillas para el dolor de cabeza.

—¿Has visto a Chris con los niños?—le pregunté tomando asiento a un lado de él.

—Vinieron a verme y después me dijeron que iban a comer. Eso fue hace media hora.

—De acuerdo. Le llamaré para decirle que James ya nos trajo ropa—él asintió y yo tecleé en mi teléfono para luego escuchar los tonos.

Le comenté que todo lo necesario estaba en dos maletas que puse en la cajuela y él me contestó que iría a bañar a los niños para después venir con nosotros. Cuando colgué, en seguida vi a Camila acercarse a donde nos encontrábamos.

—Hola—saludó incómoda.

—Hola—contestamos.

Era difícil verla y recordar cuando ella y yo nos llevábamos bien, digo, nunca fuimos las grandes amigas pero al menos cuando nos veíamos todo estaba en orden. Ahora actuamos como completas desconocidas que tiempo atrás no tuvieron nada que ver.

—¿Todo bien?—me preguntó Andrew.

—Si—respondí mientras ella se sentaba a un lado del manager de Shawn.

—Genial—sonrió haciéndome notar lo desagradable que era el ambiente.

Nos quedamos en silencio y dejamos que la gente llenara el vacío, pero todo comenzó a tensarse más así que decidí hablar.

—¿Ya te sientes mejor?—le pregunté a Camila.

—¿Yo?—se señaló y asentí—si, mejor, solo un poco de dolor de cabeza pero eso es todo—contestó amable.

Me sorprende que se encuentre tan relajada después del show que hizo ayer y de no saber casi nada de Shawn por lo que Andrew me contó. Se supone que ella debería de ser la más preocupada y la que estuviera al pendiente por el simple hecho de ser su pareja.

—Que bien—sonreí y luego me dirigí a Andrew—¿no han venido a dar más noticias sobre Shawn?

—Todavía no—negó—oye, ¿te parece si matamos el tiempo yendo a desayunar?

—Es buena idea—nos levantamos y miré a Camila. ¡Agh!, mierda—¿quieres acompañarnos?

—¡Ah!, no, gracias—sonrió leve—desayuné algo ligero cuando fui por las pastillas.

—Bien—asentí y después la escuché quejarse por la batería de su teléfono—¿quieres un cargador?, traigo uno conmigo—subí mis hombros.

—Me harías un gran favor—comentó y yo fui hasta mi mochila sacando el cable.

—Toma, es la misma entrada.

—Gracias—solamente asentí y luego Andrew y yo nos fuimos.

Agradezco que no se esté comportando tan mal como anteriormente.

En el camino Andrew dudo si ya habíamos vuelto a ser amigas o no, y le aclaré que por ser amable y educada no significaba que todo había vuelto a ser como antes, dejo el tema a un lado y mejor fuimos a la cafetería del hospital donde pedimos de desayunar. Al terminar nuestra charla y almuerzo, regresamos a la sala preguntando por Shawn pero Camila nos dijo que no habían noticias.

—¡Mami!—Dean corrió hasta a mí sacudiendo su cabello mojado.

—¿Cómo estás, cariño?—lo abracé emocionada de verlo.

—Muy bien—contestó sonriente—¡papi Chris nos compró un helado!—pude notar que parte de eso estaba por la orilla de sus labios así que lo limpié.

—Genial—le di un beso en la mejilla mirando a Chris y a Madi llegando hasta nosotros.

—Hola—saludó con confusión al ver a Camila. No le había contado pero aún así ellos correspondieron—¿han dicho algo?—preguntó Chris.

—No, aún no, pero te pondré al tanto—palmeé el lugar a un lado mío para que se sentara.

—¿Camila?—Madi no la pudo reconocer a la primera hasta que ella volteó a verlos.

—¡Hola, Mad!, ¡hola, Dean!—les sonrió.

—¡Hola!—respondieron de lo más normal.

Saludé a Chris después de todo y le conté lo que en la madrugada sucedió, me comentó que estaba muy feliz por que todo estuviera controlado y ahora solo teníamos que ser pacientes hasta que llegará el día de mañana para poder visitarlo.

Al otro día

Por la tarde de ayer estuvimos en la sala de espera jugando con los niños para que se entretuvieran. En la noche, casi no dormí aunque pude manejarlo hasta que finalmente hoy en la mañana después de desayunar, un doctor se nos acercó e indicó que ya podíamos ver a Shawn.

—¿Qué tal si va primero...—Andrew miró a Camila y luego a mi—Danielle?—mierda.

—Diría que primero tendría que pasar su novia—exclamó. Y volvió la Camila de antes.

—Por mi no hay problema con que...—me interrumpieron.

—Elle va a pasar porque...—lo miré molesta. Estaba causando un alboroto.

—Camila lo verá primero—di el punto final.

—Acompáñeme, señorita Cabello—dijo el doctor haciendo una seña para que ella lo siguiera.

—¿Es en serio, Dani?—Andrew me vio sorprendido.

—Están los niños, después hablamos.

Me dirigí hacia Chris y ellos que no tenían idea de lo que había sucedido pero le conté a mi novio quien solo pude aconsejarme. Luego de menos de una hora, Camila salió con una sonrisa diciendo que todo estaba bien, así que después de un nuevo debate más tranquilo, decidimos que sería yo quien fuera la siguiente en pasar a verlo.

—Cuando estés lista puedes pasar—dijo el doctor señalando la puerta de la habitación.

—De acuerdo—suspiré.

Narra Shawn

Escuché que giraron la perilla de la puerta, esperaba que fuera Andrew puesto que me imagino que él y Camila son los únicos allá afuera o quizás mi madre, tal vez también este mi hermana y mi papá.

Pero la vi entrar. Con esa sonrisa de lado mostrándome lo nerviosa que se encontraba y lo preocupada que había estado. Se ve linda con ese suéter color crema, aunque siempre ha sido hermosa. Realmente me sorprendió verla aquí, jamás me hubiera imaginado que ella estaría esperándome y estando al tanto de mi. Es raro, porque justamente estaba pensando en ella antes de ver entrar a Camila.

—Hola—susurró una vez que su cuerpo entero cruzó la puerta que fue cerrada segundos después.

La miré con una sonrisa desde la camilla mientras ella se acercaba.

—Hola—contesté con emoción.

—¿Cómo te sientes?

—Mejor. Estás aquí—ella me sonrió tenuemente y pude notar su leve sonrojo. ¡Lo causé yo!