𝓒𝓾𝓪𝓻𝓮𝓷𝓽𝓪 𝔂 𝓬𝓲𝓷𝓬𝓸

596 17 8
                                    

Días después

Las salidas con Shawn siguieron haciéndose presentes por un buen tiempo, en realidad me la pasaba demasiado bien a su lado, tanto así que las repetíamos. Sin embargo, no le he dicho aún nada a Chris, porque esto ya se había hecho muy grande. Simplemente no tenía la valentía; si quería decirle la verdad, tendría que comenzar con el beso de hace meses y el maldito tiempo lo empeoraría todo.

Esta vez estaba preparando pastelillos con Dua y Madi. Queríamos hacer un postre juntas y mi hija lo propuso, así que nos divertíamos mientras preparábamos todo hasta que escuché mi teléfono, Dua me dijo que atendiera mientras ellas preparaban la masa para los siguientes pastelillos, así que lavé mis manos y me alejé de la cocina donde no se pudiera escuchar la batidora.

—¡Hola, Nash!—saludé a mi amigo.

—¡Hola, Elle!—correspondió.

—¿Cómo has estado?, ¿sucede algo?—pregunté.

—De hecho si, ¿me podrías contestar una pregunta?—hice un gesto de confusión.

—Si, claro—respondí desconcertada.

—¿Cómo es eso de que has venido a ayudarme a cuidar a mi hijo?

Mierda.

—¿Tú cómo sabes eso?—cuestioné nerviosa.

—Christian me llamó y me preguntó por ti, cómo íbamos con el cuidado del bebé y cuando regresaría Taylor de su viaje—resoplé frustrada. No. No.

—Maldición—susurré.

—Danielle—él esperaba que dijera algo más que eso.

—Si, si. Aaaamm...¿y tú qué le dijiste?

—Me debes una por decirle que todo iba bien y que Taylor iba a regresar pronto—suspiré con alivio.

—Gracias, Nash—sonreí.

—Luego me agradeces con otro favor—rodé los ojos—mejor cuéntame por qué le dijiste eso a Chris—reclamó.

—Porque—empecé a balbucear—porque he estado saliendo con un amigo que a él no le cae buen. Le iba a decir, te lo juro pero no puedo, no ahora que todo se ha vuelto muy grande. Es por eso que tuve que decir un par de veces que iría contigo—le expliqué.

—Es Shawn, ¿no es cierto?

Mierda.

—No—mentí pero su silencio no me creyó.

—Odio que no me dijeras esto desde que comenzó—me sentí mal. Él merecía saberlo.

—Lo siento—me lamenté—pensé que entre menos personas lo supieran, todo sería más fácil.

—Tranquila—susupiró—pero ten mucho cuidado, también tienes que decirle ya a Christian.

—Si, lo haré. No te preocupes—eso espero.

—Bien. Nos vemos luego, Elle—se despidió.

—Gracias, Nash. Nos vemos.

𝓝𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓪 𝓱𝓲𝓼𝓽𝓸𝓻𝓲𝓪 ・*:.˛ ˚𝗦𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora