Conocido como uno de los alfas más sanguinario de las manadas, katsuki bakugo no tiene intención de encontrar a su luna, su compañera predestinada.
Su único objetivo es gobernar a todas las manadas y ser el mejor hombre lobo, el mejor alfa.
Superi...
—No es mi puta compañera—Bakugo parpadea pero cuando kirishima da una paso cerca de la chica un gruñido sale de sus cuerdas vocales, vibrando en su pecho con posesividad.
El pelirrojo le ofrece una sonrisa socarrona, cargada de diversión.
—Solo si es tu mate tendrías una reacción tan posesiva—explica.
—No es mi compañera, joder—el aludido frunce el ceño y sin darse cuenta sus piernas ya se están moviendo hacia la pequeña humana.
Se agacha y mira el rostro redondo y bonito, una bella durmiente que lo cautiva. Que tiene tanto a rys como a él inquietos.
Desde su cabello castaño y labios carnosos bebe de aquella imagen. La chica tiene su vestido rasgado y su rostro parece ligeramente golpeado.
Y eso lo enfurece.
—Kirishima—llama a su beta con autoridad, la voz de un alfa—. Busca a los alrededores, rastrea a los hijos de puta que dejaron a mi hembra en ese estado.
El pelirrojo lo mira sorprendido.
—¡Hazlo ya, maldito bastardo!—grita cabreado y enseguida su beta se aleja adentrándose en el denso bosque.
—¿Quién mierda eres?—toma a la chica en sus brazos, apartando los cabellos castaños de su rostro dolorido.
Aquel exuberante olor lo invade, consumiendo sus sentidos.
Sus manos sorprendentemente tiemblan y su sangre se calienta, sus colmillos lobunos sobresalen de su boca y queda medio transformado, es casi inusual que los hombres lobo tengan esta forma.
Su respiración se acelera y gruñe cuando siente una prominente erección formarse en sus pantalones.
¿Es por ella? ¿Por culpa de la humana?
Irritado por eso intenta ignorar su instinto salvaje por enterrarse dentro de su compañera. Él putamente no la conoce y la voz de rys en su cabeza tampoco es que ayude mucho.
—Adentro, si, si, dentro—gime la bestia—. Satisfacer...compañera.
Más palabras ininteligibles.
Como alfa debe tener un control de acero y lo va a poner a prueba.
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Ochaco uraraka abre los ojos, el dolor relampaguea por su dolorido cuerpo. Suelta un quejido por la desagradable sensación.
Como si estuviera soñando ve a un hombre rubio con orejas de...¿lobo? y una cola pero lo que más la sorprende es su pecho desnudo. Se ve tonificado pero hay marcas de lo que parece ser una pelea.
El hombre hermoso más allá de la razón tiene dos marcas rojas en ambos pómulos. No puede evitar quedarse sin aliento cuando aquella mirada carmín examina su rostro.
