Capítulo 32: Final✔️

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Advertencia de contenido +18
Este capítulo contiene lenguaje vulgar y situaciones sexuales que puede resultar ofensivo para algunas personas, si no te gusta abstente de leerlo.

Los jadeos fueron acompañados del sonido de la carne golpeando y gruñidos contenidos. Cada arremetida arrancaban gemidos agónicos de la castaña.

El banquete seguía en pleno auge mientras los anfitriones ahuyentaban sus recientes preocupaciones con sus cuerpos.

—¡Mmm...Ah, Katsuki..! —La espalda de la fémina se arqueó y su centro convulsionó alrededor de la polla que golpeaba su utero con cada embiste—. ¡M-Más..!

Alzó las manos mirando un rostro cargado en una expresión agónica de dolor-placer.

Katsuki Bakugo mantenía los labios mordidos dejando ver sus colmillos, sus ojos pesados por el calor del momento y la mandíbula apretada mientras gotitas de sudor se deslizaban por su cuello hasta su pecho desnudo y justo más abajo sus caderas se empujaban dentro del coño de su pareja. No era suave y mucho menos lento.

—Tan caliente... —gruñó con voz ronca, grave, un tono más oscuro de lo normal—. Ah...cara de ángel, estás exprimiendo mi polla...Ugh —Volvió a salir para introducirse de un empujón, cada movimiento apretaba su glande entre la tierna carne de la azabache. Las piernas enroscadas estratégicamente a su alrededor mientras la follaba como un salvaje.

Viciosas marcas rojizas se derramaban de sus hombros a sus antebrazos por los arañazos de la fémina.

—Te amo... —Ella gimoteó rotando sus caderas para encontrarse con los golpes en su interior—. Te amo tanto

El rubio vociferó en voz alta en respuesta.

—Mi hembra, mi mujer...Te amo más. —Arremetió capturando sus labios y luego tumbándola de espaldas. Su culo inclinado hacia él—. Tan bonita, mi cara de ángel.

Luego se inclinó para susurrar en su oído. Palabras crudas que la estremecieron.

—Ese apretado coño quiere hacer que derrame mi semilla hasta lo más hondo, eh —Suspiro gimiendo sin control—. Hembra tan codiciosa.

Ochaco sintió como su canal se aferraba a su alrededor como si no deseara dejarlo ir. Sostuvo su cabello en un puño tirando de él hacia atrás a medida que la penetraba con estocadas que mojaban hasta las sábanas y tal sensación se multiplicó cuando los dedos rústicos amasaron sus pechos, rodeando su pezon rosado con suavidad.

Ella no soporto mas.

—Me corro...Ah...Mmm... —Jadeó débilmente. Su carne tembló y una calidez descendió de su estómago hasta el área donde su amado estaba enterrado hasta la empuñadura.

Gritó su nombre. Su mente quedó vacía sintiendo miles de fragmentos explorar a su alrededor, fue consciente de un gemido caliente de su Katsuki.

Se vino en su interior bufando y luego mordiendo su cuello, marcándola como la bestia posesiva que es.

No recuerda cuando tiempo fue pero solo sentía su interior caliente y lleno de la esencia del blondo.

—Aún estás apretada. —gruñó él recostándose a su lado sin salir del todo—. ¿Vas a ordeñarme toda la noche?

—¡No digas esas cosas! —Lo golpeó en el pecho cerrando los ojos. Un bostezo escapó sin querer—. Estoy algo cansada, quiero dormir.

La mate del alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora