La mate del alfa

Capítulo 22: Tiempo✔️

Bakugo observó los árboles a su alrededor con expresión estoica.

—Nos perderemos el banquete—Avisa su beta, Kirishima con preocupación.

—No me importa—su voz está desprovista de emociones y repasa la corteza del árbol donde corta su palma sin querer, el dolor es bienvenido.
Siempre es bienvenido.

Ya han pasado dos largos años desde su muerte.
Desde la muerte de su mate y la única mujer que ha amado y amará.

—Blasty, no puedes seguir así, Ochaco no—

—No menciones su nombre—gruñe. Su voz tensa y grave, explosiva y lista para detonar. Ha sido así, que los demás mencionen el nombre de la castaña o que la utilicen para calmarlo, odia eso.

—Bien—El pelirrojo alza las manos, rendido—. Seguiré diciendo que estar así no te hará ningún bien, ya han pasado dos años.

—¿Tú encontraste a tu mate?—Bakugo estrecha sus ojos, violencia engulléndolo—. ¿Sabes cómo se siente perder a tu puta mitad? Se siente como si todos los jodidos días estuviera malditamente vacío así que ahórrate la mierda, maldito bastardo.

Incluso con aquel ataque de ira rys no hace su aparición. Es como si su bestia interior hubiese desaparecido desde la muerte de Ochaco.
Y ya no puede convertirse en lobo.

—Supongo que tú lobo interior aún no se presenta—Murmura su beta como si leyera sus pensamientos, tan increíblemente tranquilo y no herido por su arrebato de hace un minuto—. Estoy seguro que aparecerá cuando esté listo.

Sin embargo Bakugo está claro que rys no lo haría. La bestia rugió ese día, desapareció cuando el dolor fue mucho para soportar, sus pensamientos difusos, revueltos y la sed de sangre.
Quizá él debería hacer lo mismo, un mundo sin sentido.

La inmortalidad ahora es una agonía.

—Tsk—Chasquea la lengua para no decir más y se da la vuelta para el camino de regreso a la manada. Otro día más con la misma rutina—. ¿De que mierda se trata el banquete?

—No tengo idea, hombre—Responde su amigo alcanzándolo—. Lo que si sé es que tú madre quiere que estés ahí sin falta.

—No quiero estar en esa mierda.

Porque me recuerda lo que pude haber tenido con ella. La vida que pudimos tener.

Apretando la mandíbula con fuerza detiene el rumbo amargos de sus pensamientos, si piensa en ella se lastimará. Dolerá como el infierno.

—Midoriya y Todoroki estarán—añade el pelirrojo como si eso significara algo para él. Después dice en voz baja—: Y Dabi Todoroki.

Bakugo se detiene bruscamente y su cuello se gira lentamente de forma ladeada.

—¿Que. Mierda. Acabas. De. Decir?—Maldice entre dientes y sus puños se aprietan con fuerza.

—Sabía que si te lo decía esto pasaría.

—¿Esto pasaría?—Irradia calor en ráfagas de rabia contenida, listo para el ataque—. Si veo a ese desgraciado voy a matarlo.

—No puedes aunque lo intentarás y lo sabes.

Ciertamente.

—No en mi forma lobo pero si puedo golpearlo hasta la muerte, joder, no quiero a ese cabrón cerca de mi—Brama sin control—. Si lo veo...

—Tú madre no permitirá eso.

—¡Me importa una mierda, pelos puntiagudos! Voy a matar a ese bastardo, l-la perdí por su maldita culpa...