2nd Season/ Part 6: Alpha&Omega

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Las tres semanas antes del exterminio, fueron las que decidieron el rumbo temporal que tomarían nuestras vidas.

El camino había sido duro y plagado de reproches. Pero ahí estaba yo. Presa en esa casa de una planta con los poderes bloqueados de nuevo. Vigilada las 24 horas y obligada a gestar a la descendencia del Demonio de la Radio.

Al principio no quería comer, la náusea me mantuvo en ayuno por dos semanas completas.
Incluso Lowell fue a verme, porque me desvanecía constantemente.
Poco a poco mi apetito volvió, pero mi estrés y depresión buscaron más formas de manifestarse.
La mayoría del tiempo, la pasaba echada boca arriba, bajo el tragaluz, esperando a que pasara el tiempo. Pero al llegar la noche un brote de psicosis se apoderaba de mi y buscaba la salida de una forma u otra.

Intente hacerme daño  varias veces, así que Alastor cedió un poco y me permitió pasear por el vecindario, de su brazo.
Conversaba conmigo, y me ponía al día de los acontecimientos en la ciudad, me hablaba de sus sentimientos, y de sus expectativas para nosotros.
A pesar del miedo que llegó a inspirarme en algún momento, comencé a sentirme segura en su presencia.
Poco a poco mis sentimientos de aversión fueron menguando y reconocí amor debajo de todo el miedo y el dolor.

Volvimos a sonreírnos, volvimos a abrazarnos. Nos pedimos disculpas. Y al fin, una semana antes del exterminio, volvimos a tener intimidad.

Esta vez, Alastor fue dulce y gentil. Llevándome intencionadamente al orgasmo sin lastimarme o forzarme.
Extrañaba ese contacto y lloré en sus brazos después de terminar.
Deje de dormir bajo el domo en los cojines y dormí a su lado en la habitación principal, con sus manos enroscadas en mi cuerpo y colocadas sobre mi vientre que ya lucia muy abultado.

Pero seguía inquieta.

Cada noche tenía ese sueño en el que me veía al espejo y solo distinguía la silueta de un Ángel exterminador.
El cual me sonreía y acariciaba mi rostro de lado. Para después hundir su mano en mi pecho y sacarme un trozo palpitante de carne.

Me habría gustado mostrarle el sueño a Alastor con mi poder nuevo, pero se negó a levantar el bloqueo.
En su lugar me abrazaba y entonaba una melodía, acariciando mi cabello hasta que me volvía a dormir.
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- ¿Cuanto tiempo dura el embarazo en los demonios? -  Nifty y Alastor me observaron detenidamente mientras engullía dos panqueques a toda velocidad.
El plato estaba apoyado en mi vientre abultado, en vista de que ya no alcanzaba el borde de la mesa con comodidad.
- Digo, no es que me queje, pero si me estoy quejando - Alastor sonrió y se acercó a limpiarme la boca.

- Me siento ya muy incómoda y estamos peleando por el espacio. ¿No será que ya pronto podremos terminar con esto? - El rostro de Alastor se congeló en una sonrisa fingida y me apresuré a aclarar.

- No te dejaría solo nunca con esta responsabilidad, cariño. - hice una pausa y recapitulé lo último que había dicho, y sentí mi sangre subir caliente hasta mi cara.

Alastor me tomó en sus brazos y me estrechó burlón.

- Entonces mi vida... - mi corazón dio un vuelco.
- ¿Ya podemos discutir sobre los posibles nombres? - me sonrojé y trague saliva.

-P- Pues, y-yo quisiera que se llamase Alan, si es Niño. - apreté los puños en mi vestido avergonzada. "¿No que no querías Monique?" Me reproché.

- Hecho, y si es niña, se llamará Antoinette. -  el rostro de mi demonio brillaba de entusiasmo. Asentí emocionada y dejé que me llevara al mar de cojines donde nos acostamos y esperamos a hacer digestión.

Conversamos toda la mañana y nos dijimos "te amo" de nuevo, después de tanto tiempo.

Comimos juntos y bebimos un café meciéndonos en el columpio del pórtico.
Un viento fuerte comenzó a soplar, era tiempo de entrar.
Pero al ponernos de pie, un dolor agudo en el vientre hizo que me doblara.

TremblingWhere stories live. Discover now