Third Season/Part 5: Responsibility

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- Ahh.. ¡Ya no lo soporto! – Solté al fin, después de dos días.

- ¿En verdad no existe una manera de remediarlo? – Harold me observaba desnudo desde la cama, evidentemente no estaba prestando atención a mis argumentos.

- Solo es un niño. – Me desaté el camisón corto que me quedaba justo del pecho, sin dejar de alegar.

- ¿No podemos arreglar un pre-contrato con un demonio de confianza? Alguien que no esté bajo contrato o vínculo... que sepamos que jamás le haría daño a Henry. ¡O talvez...! – La boca de Harold cubrió la mía por completo y sus manos subieron por mi cintura, tomando mis pechos con firmeza.

Las ideas se me revolvieron en la cabeza. Tenía un tiempo sin acercarse a mí de esta manera tan arrebatada. El cuerpo de Harold ardía a centímetros de mí, y nunca podía resistirme a su esencia de Alfa, limpia y aromática.

- Ah, Harold... - ¿De que estaba hablando recién...?

Se incorporó y sentí un vuelco en el pecho. El siempre había sido el doble de alto que yo. De manera, que solo hacía falta que me inclinara un poco para ponerme aquello dentro de la boca. Lo hacía muy poco, así que, una vez que sintió la tibieza de mi boca, posó sus manos sobre mi cabello y tiró de mi cabeza, ahogándome con su miembro.

Mis orejas de Fennec brotaron de entre mi cabello, y abrí los ojos para ver ese delicioso gesto en su cara, entre el sonrojo y la picardía.

No era una experta, pero con las caricias de mis manos y los movimientos de mi lengua, estuvo a punto de correrse en mi garganta, pero me separó con brusquedad y me levantó en sus brazos, cargándome de frente, y besándome los pechos.

Aquello era intenso y delicioso, pero quería seguir tocándolo, así que, en lugar de rodearle la cintura con mis piernas, las estiré y volví a tomar su pene con mis pies, bombeándolo con poca destreza.

- Ahh, Monique. Espera. – Me cargó como princesa y me besó en los labios. ¿Existe algo más romántico que esto?

Me llevó a la ventana y me apoyó de espaldas contra el cristal tibio. Hice lo posible por detenerme de él, mientras abría mis piernas y hundía su lengua en mi interior.

- Ha.... Harold. – Mis piernas temblaban por el esfuerzo de mantenerme en esa posición, y por las caricias de mi esposo. Estaba a punto de correrme, no podría aguantar mucho más.

Harold me conocía bien. Y esperó a que el primer espasmo de placer subiera por mi espalda, para tomarme de la cintura e introducirse en mí con fuerza.

Me encantaba ese primer orgasmo. Cada vez que lo hacíamos, empezaba de esta forma. Y mi cuerpo se relajaba bajo su toque, permitiendo que nos saltáramos la parte dolorosa y lo único que sintiera cuando me penetrara, fuera explosivo y delicioso placer.

Jadeé mientras me tomaba contra la ventana, admirando su enorme miembro entrando y saliendo de mí, abultando mi vientre cada vez que entraba por completo.

En las manos de Harold, era imposible no correrse una decena de veces, al menos. Su sonrisa se hacía amplia cuando sentía mi cadera tensarse y mis piernas temblar, cada vez que un orgasmo me alcanzaba.

Cada vez que lo hacíamos era diferente, una vez que estaba en mi interior. En esta ocasión, y talvez llevado por mi nerviosismo de los últimos días, me pidió que nos teletransportara a mi salón de baile en la mansión. En donde los espejos cubrían todas las paredes.

Pude verlo todo. Cada vaivén de sus caderas. Cada beso depositado en mi cuerpo, cada gesto mío después de llegar, y la cara embelesada de Harold, mientras me tomaba por detrás, para correrse copiosamente en mi interior, entre gemidos y jadeos.

TremblingWhere stories live. Discover now