Second Season/ Part 10: Omega

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Estornudé sonoramente y sorbí la nariz.

Me resultaba difícil asimilar que un lugar tan húmedo y frío pudiese existir en el infierno. No sabía en donde estaba, ni que día era.

Si intentaba recordar, una sensación angustiante y un recuerdo doloroso de autosanación, forzada por el rey del infierno me invadía, haciendo que hiperventilara un poco.

A mi espalda, Alastor respiraba con pesadez. Lo empujé varias veces sin obtener respuesta. Mi estomago crujió un poco. ¿Cuánto días llevábamos ahí? Aún tenía sobre el cuerpo la ropa de pijama con la sangre.

Un zumbido me distrajo y moví mi cabeza en todas direcciones, buscando el origen. Choque con la cabeza de Alastor y lo escuché gruñir en protesta.

- Alastor, ¿Puedes usar tus poderes? – Me respondió algo que no alcancé a entender. Y con una de sus manos me jaló la ropa para que volteara.

En una pequeña pantalla, las imágenes de una boda eran rápidamente enfocadas hasta parar en los novios.

Creo que Alastor debió sentir lo mismo que yo, mientras intercambiaban anillos con el gesto serio y sin mirarse entre sí.

Era la boda más triste del mundo. No había nada entre ellos, ni siquiera la promesa de que algún día pudiesen amarse. Solo política y miseria.

Alastor no quiso ver más. Pero yo permanecí en silencio, sin perderme los detalles.

Tendría que verlos por el resto de mi vida infernal. Tenía que arrancar esa vendita desde hoy. Pero nunca se besaron. Y al contrario, terminando la ceremonia, ella prácticamente escapó del podio y se lanzó fuera de cámaras.

Miré mis pies desnudos y sucios.

- - Muy bien, jóvenes. Se levanta la sesión. – El Rey apareció y con un movimiento de muñeca nos liberó. En seguida rodé hasta el muro. No tenía energía ni ganas de detener un enfrentamiento entre esos dos. "Por mi, mátense, me importa una mierda"

Pero Alastor se puso de pie y fu hasta el fondo de la habitación, poniendose un traje limpio con un tronar de dedos.

- Mi buen amigo. – Lucifer continuó, su voz era melosa pero agradable.

- No tienes idea de la gran responsabilidad de la que te he salvado, podrás ser muchas cosas, pero no tienes madera de rey. – Sus palabras melosas no iban para nada con sus acciones actuales. ME tomó del cuello y me puso en pie. Rasgando mi blusa y parte de mi short con unas garras que quien sabe de donde salieron. Mientras mis manos subían para cubrirme los pechos. Sentí su dedo frío en la marca de vínculo.

- Aquí tienes tu plan B. – Me empujó y tuve que hacer aspavientos para no caer.

- Tómala o déjala. Por mí, ya pueden hacer lo que quieran. - y desapareció.

Alastor carraspeó y caí en cuenta de que mi cuerpo estaba descubierto. Se hizo un silencio muy incómodo en el que solo podíamos pensar en nuestra otra mitad, que estaba en alguna parte celebrando su boda.

Alastor me miró fijamente y contuve las ganas de abofetearlo.

- No te atrevas ni a pensarlo – "¿Yo? ¿Regresar con este loco? Ni hablar" Alastor retrocedió medio paso y sonrió avergonzado.

Decidimos que romper el vínculo era lo más sensato, antes de que algo mas nos lo impidiera. ME acerqué a el, y, con la firme intención de terminar con este lazo que solo nos había hecho miserables, hundí mis colmillos en su carne y sentí que mi alma estaba casi completa de nuevo.

TremblingWhere stories live. Discover now