JOVENES, MUCHAS GRACIAS POR LEER ESTE FANFIC. DEJO AQUÍ ESTA PARTE QUE ESCRIBÍ DESDE LA PERSPECTIVA DE HAROLD. GRACIAS POR PASAR POR AQUÍ. CUIDENSE MUCHO.
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Desde un par de días atrás, había algo distinto en el aire infernal.
Me recargué en el asiento de la oficina y desaté el nudo de la pañoleta que habitualmente pendía de mi cuello. El broche esmeralda que lo mantenía en su lugar, cayó en mi regazo y lo tomé en mis manos.
Le dí un par de vueltas entre mis dedos y miré a través de su superficie cristalina color verde. Me lo había regalado Monique hacía años, el día de su coronación.
Pensé en ella, su aroma, su cabello... Un sentimiento firme y creciente de calor, bajo por mi pecho hasta mi entrepierna. Aunque se tratara del infierno, este calor era diferente al habitual. Era dulce y llamaba a sacarse la ropa y encontrar otro cuerpo desnudo contra el cual frotarse. Temporada de celo, ni más ni menos. ¡Que rápido pasó otro año!
Tragué la saliva fluida que se acumuló en mi boca al pensar en Monique. Su cuerpo pequeño y suave, su cabello largo y siempre ondulado sutilmente. La manera en que gemía cuando me tenía completamente dentro, mientras mi pene se marcaba en su abdomen.
"Vaya, mis pensamientos han escalado muy rápido..."
Terminé de quitarme la pañoleta y me puse de pie para quitarme la levita y ponerla sobre el escritorio. "¿Dónde está mi móvil?" Abrí los cajones del escritorio y revolví su contenido. La risa de Henry y la voz de mi hermana, se escucharon afuera, en el corredor.
Recordé a que había venido a la oficina en la planta baja de la mansión. Tenía que planear cuidadosamente mi jugada. El destino de mi hijo se me iba en ello. Mis dedos rozaron una superficie áspera y tomé el objeto de adentro del cajón.
La caja era relativamente pequeña, y tenía el sello inconfundible de los Magne en la superficie. Yo ya sabía que contenían. La reina Lilith nos enviaba cada cierto tiempo, dotaciones de aquellos preservativos a prueba de vínculos y contratos, para que Hellsa pudiese tener una vida casi normal. Abrí la caja y sus envoltorios azules transparentes me dejaron pensando un buen rato.
Recordé esa primera vez, en su departamento. Como gimió mi nombre, después de llamarme por mil apelativos respetuosos.
Volví a sentir el calor en el abdomen que se irradiaba hacia mi entrepierna, y tuve que admitir, que mi erección no bajaría hasta que Monique viniera a ayudarme.
Jadeé un poco y me abrí los botones de la camisa. Volví a sentarme y me sentí incómodo. Ahora sería inútil intentar concentrarme en un plan. Ah... como deseaba estar dentro de ella.
Cerré los ojos y volví a recargarme en el asiento, y llevé mis manos hasta mis pantalones. Desabroché los botones y liberé mi erección. Sonreí imaginando a Monique sonrojada sobre la mesa, esperando con sus rodillas muy juntas, a que mis manos recorrieran su cuerpo y reclamaran su ropa interior.
Mis manos no serían suficiente para satisfacerme, sobre todo después de estar tantos años tan consentido por esa mujer y su estrecho y cálido interior.
- Ahh... Monique... - Gemí en voz baja mientras tocaba mi cuerpo y masajeaba mi entrepierna. Mi mente trabajaba al 100% evocando la suavidad de sus labios.
Derribé sin querer un par de objetos del escritorio, abriendo espacio en el sitio donde Monique se sentaría, si estuviese ahí. Mi mente daba vueltas mientras me auto complacía.
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Trembling
RomanceHola. Lo que comenzó como un proyecto loco de un AlastorXYou, es ahora una precuela e historia paralela a Oh My Alpha, narrada en primera persona, que contiene explicaciones a muchas de las cosas que pasaron o pasarán en la historia principal. La t...