ADICTIVO ... 1 ✔

CAPÍTULO 104: ¿QUIÉN ES DESVERGONZADO?

Bai Luoyin enojado, agarró el cuello de Meng Jian Zhi y lo arrastró lejos de la multitud.  

Meng Jian Zhi gritó más fuerte, pateando salvajemente a Bai Luoyin.   Algunos de los vecinos los persiguieron para preguntarle qué estaba pasando. Pero Bai Luoyin guardó silencio mientras lo arrastraba lo más lejos posible pateándolo furiosamente.

Meng Jian Zhi vomitó todos los bollos al vapor que comió antes, señalando a Bai Luoyin, "¿Vean? Todos ellos me acosaron, yo solo ... cof... cof..."

De repente, la puerta se abrió y apareció la cara furiosa de Bai Hanqi.

Al ver todas las miradas, Bai Hanqi se acercó a Meng Jian Zhi y le dijo fríamente: "¡Deberíamos entrar para hablar!"

"No quiero,  si entro ustedes solo me golpearan, ¡no quiero ir!"

Bai Hanqi agarró violentamente a Meng Jian Zhi, "Incluso si no quieres, tienes que hacerlo".

"¡Tú intimidas a la gente!"

Meng Jian Zhi gritó, gimiendo tirando de la camisa de una mujer, la mujer casi se cae, ella inmediatamente le gritó, pero Meng Jian Zhi no la soltó.

Bai Hanqi vio a Meng Jian Zhi tratando de arrastrar a la mujer con él, porque tenía miedo de lastimar a un inocente, no tuvo más remedio que detenerse.

En ese momento, Bai Luoyin vio a la tía Zou saliendo, él la detuvo apresuradamente.

"Tía, por favor entra, una vez que te vea, él sera aún más escandaloso".

"Meng Jian Zhi, ¿qué quieres?" Tía Zou gritó: "¿Quieres verme a mí y a mi hijo morir?"

La multitud se volvió aún más entusiasta como si estuvieran en un evento público con fuegos artificiales y todo...

La gente comenzó a murmurar "¿Esa ese Xiao Zou? ¿Por qué sale de la casa del viejo Bai?

"Oh, mira, ellos viven juntos ahora, ¿no es esa la razón?"

"El viejo Bai ha perdido su honor esta vez".

Bai Luoyin escuchó todas las burlas y sintió dolor, pero ahora lamentaba no haber pateado a muerte a Meng Jian Zhi, incluso si eso significaba ir a la cárcel. ¡Aun así no podía soportar a este perdedor frente a él por un segundo más!

Al ver a Bai Luoyin acercándose a él, Meng Jian Zhi empujó su cuerpo entre la multitud y se arrastró hacia la tía Zou. Llorando, gritó: "¡Xiu Yun! ¡Qué cruel eres! ¡Vine para traerlos a los dos de vuelta a casa! ¿Por qué me ignoras? ¡Soy pobre pero soy su padre!

En la multitud, la Sra. Wang no pudo soportarlo más.  Ella murmuró: "Ese pobre hombre, no deberías tratar así a tu marido, ¿verdad?"

Ella fue hacia Meng Jian Zhi y lo ayudó a levantarse.

Después de que Meng Jian Zhi se puso de pie, la tía Zou lo miró y dijo con voz temblorosa: "Si aún eres un hombre decente, entonces entra y habla las cosas a fondo conmigo. ¡Nuestros vecinos nos están mirando, no vamos a usar la violencia contra ti! ¡Si eres un cobarde, entonces quédate aquí y sigue gritando, incluso si mueres, nadie aquí derramará una lágrima!

Meng Jian Zhi jadeó mientras miraba a la multitud, haciendo más alboroto no sería bueno. Limpiándose la saliva de la boca, siguió a tía Zou a la residencia de la familia Bai.

"Salgan, todos se van".

La multitud se dispersó de inmediato, dejando solo a Bai Luoyin y Bai Hanqi afuera.

"Papá, no dejes que sus palabras te afecten". Bai Luoyin le dio unas palmaditas en el hombro a Bai Hanqi.

Bai Hanqi permaneció en silencio por un tiempo, luego se volvió hacia Bai Luoyin, "Yin Zi," no te involucres en esto, no sé qué hacer.   Apúrate ve con tu abuela, debe estar preocupada al escuchar todo este alboroto, deberías ir y ver como estas, ¿entiendes?