CAPÍTULO 117: "EL COMPORTAMIENTO INDECENTE DEL JOVEN MAESTRO"

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Después de un largo rato, como si hiciera un juramento, Gu Hai audazmente dijo: "¡No me arrepiento de nada en absoluto!"

Los ojos de Bai Luoyin se abrieron ligeramente hasta el punto en que su rostro se puso verde de ira, "¡Incluso si no te arrepientes, yo sí!"

Si lo hubiera sabido antes, habría mantenido su celular con él en todo momento. ¿Quién imaginaría que Shi Hui llamaría y que Gu Hai sería el que respondiera?

Gu Hai caminó hacia Bai Luoyin y se agachó junto a él antes de acariciar su cabello en un intento de consolarlo. "¿Por qué te importa tanto? Solo quería comprar algunas cosas para ti. Incluso si pierdo todo, estoy más que dispuesto a hacerlo. Además... ¡Aún no hemos alcanzado ese nivel! Hace dos días, estaba viendo las noticias y había un tipo que se quitó su propio riñón y lo vendió solo para comprarle un collar a su novia. Comparado con él, soy mucho más inteligente.  Al menos puedo permitirme estos lujos.

"¿Por qué te comparas con él?" Bai Luoyin dijo sombríamente mientras miraba a Gu Hai por el rabillo del ojo, "¡El un maldito loco!"

¿Quién no ha hecho algunas locuras en su juventud? ¿Quién no ha actuado como un maldito idiota por amor? Todavía no me quieres hasta ese punto... bastardo, ¿cómo quieres que sepa a quién atesoras en tu corazón?

"¿Vas a seguir con lo mismo?" La ira de Bai Luoyin aumentó cuando empujó a Gu Hai.

Ese fuerte empujón hizo Gu Hai se torciera un poco obligándolo a retroceder casi golpeando el suelo. Incómodamente se movió antes de agacharse junto a Bai Luoyin una vez más. Por un tiempo, los dos permanecieron en silencio en esa posición sin decir nada.

Por alguna razón inexplicable, esa noche fría el ambiente en el garaje se sentía cálido. Aunque no se intercambiaron palabras o gestos existía un profunda comprensión entre ellos.

Después de mucho tiempo, Gu Hai encendió un cigarrillo y se lo pasó a Bai Luoyin, quien se negó.

"Sabes, las cosas que compré siempre mantendrán su valor. El oro y el diamante... ¡son una inversión! Si un día no tenemos más dinero para gastar, podemos venderlos."

Al escuchar tales palabras descaradas, la intensa ira que sentía Bai Luoyin iba a hacer que en cualquier momento vomitara sangre.

Gu Hai se giró para mirarlo extendió la mano para pellizcarle la mejilla, pero Bai Luoyin lo evadió rápidamente. Sin retroceder, abrazó a Bai Luoyin. 

Su mano acarició suavemente la barbilla de Bai Luoyin. "Deberías afeitarte la barba", dijo Gu Hai casi en voz baja. "Te ayudaré cuando regresemos".

Bai Luoyin se mantuvo quieto, sin aceptar ni estar de acuerdo con la idea.

"Es suficiente. No lo pienses más. Gu Hai usó su suave y dulces palabras para convencerlo, "Ya las compré, ¿no puedes al menos estar un poco feliz por eso?"

Un leve puchero se formó en los labios de Bai Luoyin, mientras que un aura deprimida se cernía sobre él.

Gu Hai se acercó a Bai Luoyin besando ligeramente sus orejas con una voz absolutamente tentadora, susurro "Baobei, baobei, mi lindo baobei..."

Si fuera en cualquier otro momento, Bai Luoyin ya habría abofeteado a Gu Hai. Pero, ¿quién nunca antes ha debilitado sus sentimientos? Por un lado, estaba lleno de indignación y por otro, todavía albergaba una gruesa capa de remordimiento e inquietud.

Al ver esa apariencia desvergonzada y molesta, una emoción de odio se hinchó en su corazón y no pudo evitar enfrentarse a Gu Hai mordiendo su manzana de Adán.

ADICTIVO ...  1 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora