Capitulo 10.

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Ya estoy vestida pero vaya mierda más incomoda me siento desnuda, la parte de abajo del traje me lo puse con el Short y arriba estoy con la chaqueta larga con mallas y aunque el traje de baño es diferente a la ropa interior, pongamos eso entre comillas, me siento igual de desnuda.

Salgo del cuarto y están las dos puertas cerradas.

—Maldita Ely, maldito traje de baño, malditas vacaciones, malditos cuartos embrujados —Mientras recitó mi retahíla de insultos se abre una puerta y detengo la caminata. Es la puerta de los chicos y él que sale es Maickol esta con su bañador, es azul con negro, abajo tiene unas chancletas y arriba. Santa virgen de la papaya. Decir que no tiene nada sería una gran mentira, y sé que lo estoy viendo descaradamente pero es que tiene un cuerpo uff tentador, tiene la espalda ancha y se ve que va al gimnasio porqué tiene los brazos y casi todo lo que se ve bien definido, su piel se ve tan suave que dan ganas de tocarlo. Sin siquiera darme cuenta estoy caminando hacía él y no es hasta que voltea y me ve que se rompe el hechizo en el que me sentía. Siento mi cara arder de la vergüenza. Él muy condenado sonríe sabe que lo veía descaradamente pero de un momento a otro se le borra la sonrisa me ve de arriba abajo y traga grueso y agradezco mentalmente a Ely por obligarme a usar esto.

—Estas... —No termina de hablar me vuelve a hacer un escaneo de cuerpo completo —Preciosa se queda corto en verdad eres hermosa y todos los sinónimos posibles.

—G-Gracias —Logro balbucear ¿Porqué dirá esas cosas? Me hace difícil el trabajo de apartarlo pero me recupero rápido y me enderezó —¿Donde están los demás?

—Se fueron como solo faltábamos tú y yo dijeron que nos esperaban allá —Pongo la boca en forma de O. Ely lo sabía ya se iban y nos iban a dejar por eso vino y me hizo cambiar —Vamos.

—¿A donde? —Tiene la mano extendida hacía mí.

—Al restaurante, Allen a donde más —Suelta una risita por lo bajo. El restaurante verdad se me olvido. Le doy la mano y siento una corriente por todo el cuerpo. Mi mano es pequeña comparada a la de él pero encajan tan bien o así lo siento yo.

Bajamos las escaleras y salimos afuera, cierra la puerta atrás de él y veo que quiere que lo siga a su auto.

—Puedo ir en el mio —Digo y deja de caminar.

—Pero yo te puedo llevar —Ahora esta frente a mi.

—Pero puedo ir en el mío.

—Allen, para que llevar mas autos ya hay dos allá y si llevamos los dos serían cuatro —Me mira fijamente a los ojos y aparto la mirada —Para que hacer eso si cabemos perfectamente bien en el mio, ¿vamos?

Tiene razón igual no va a pasar nada solo vamos a ir en su auto. Él y yo solos nadie más ¿Que puede ser lo peor que pase? Nada verdad yo no voy a dejar que pase nada, así que digo qué si con la cabeza y vamos hacía su auto.

Entramos en el auto y hay un silencio algo extraño pero no incómodo es como si cada uno estuviera inmerso en sus propios pensamientos.

—Allén —Escucho que me llama.

—¿Humm? —Digo con la cabeza apoyada a la ventana del auto.

—¿Porqué no me dijiste qué tenías novio la noche que nos conocimos? —Eso me descoloca no pensé que quisiera saber eso.

"Pues que te digo lo encontré follando con otra y para mi él ya no existe" pero eso no es lo que quiero que crea.

—Estábamos de pelea —Digo simplemente.

—¿Por eso dejaste que pasara lo que sucedió?  —Veo de reojo como se acomoda en el asiento —Estoy seguro que no eres de ese tipo de chica, Allen y así no lo quieras admitir también sentiste algo.

DESTINO O CASUALIDAD ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora