Capitulo 17.

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Estoy parada en la puerta de la universidad con un dolor horrible de pies y unas ganas inmensas de ir al baño. Se supone que debo esperar en la entrada darles el recorrido y por ultimo llevar a los practicantes al salón que organizamos, donde nos espera la directora.

Veo como del estacionamiento llega un grupo de chicos por lo que asumo deben ser ellos. Primero se me acerca uno que se ve mayor. Usa gafas y tiene una graciosa barba larga.

—Buenos días —Me brinda la mano y se la estrello.

—Muy buenos días. Soy quien les va a dar el recorrido por las instalaciones, les mostrare todo el lugar y responderé todas sus dudas —Le digo sonriendo lo mejor que puedo.

—Oh, que bien muchas gracias —Me suelta la mano —Mucho gusto soy el profesor Martín Furgoz. Estos son mis estudiantes de psicología.

—Mucho gusto, profesor es un placer tenerlos aquí —Le señalo la puerta —Ahora si me siguen podremos comenzar el tour.

—Que graciosa —Me sonríe —Chicos, vamos sigan a la señorita.

Escucho los pasos de los estudiantes y el profesor atrás de mí. Les muestro el campus, las aulas y les explico las áreas que trabaja cada una de ellas. Le muestro los dormitorios para los que se quedan en la universidad y por ultimo les enseño la biblioteca no es la mejor del mundo pero esta muy bien, es amplia y tiene una cantidad considerada de libros y variedad de la misma.

—Esta es la biblioteca de la universidad —Digo observándola, no me canso de verla me parece mágica —Para mi gusto deberían darle mas crédito, es esencial para la formación de todos.

—Estoy de acuerdo contigo —Escucho esa voz y el mundo se me desestabiliza. ¿Estoy dormida? Si, ¿Verdad? Volteo lentamente y no, no estoy dormida. Esta aquí frente a mi viéndome con una sonrisa socarrona. Oh maldición esa sonrisa.

—Señorita, ¿Se encuentra bien? —Me habla el profesor y pongo los pies de nuevo en la tierra.

—Ah, si. —Logro decir y me estabilizo de nuevo —Sigamos adelante aun falta mostrarles el salón donde ustedes trabajaran.

Los guió por los pasillos hacía donde espera la directora. Y trato de ignorar que él esta allá atrás observándome cual depredador a su presa. ¡Me va a matar! Exagero je, je. Bueno quizás no, ¿Que tal si, si lo hace? La última vez no es que hubiera estado muy bien mi actitud fui una cobarde, ¿fui? no, quise decir soy una cobarde.

Los guió al aula espero a que entren dispuesta a irme no voy a dar tiempo de que me intercepte. Pero claro el mundo me ama tanto que no me lo va a permitir.

—Allen —Es la directora volteo lentamente y me llama con la mano. Llego a donde ella —Te quiero conmigo mientras hablo.

—Pero no es necesario, señora directora —Trato que razone, o mas bien que me deje ir.

—Tonterías claro que si —Fuiste quien les mostró todo el lugar y quiero que te vean como mi alumna de confianza.

—Pero... —Me interrumpe en seco.

—Sin pero ni peras, vamos —Sin más opción la sigo hacía donde ella va.

La directora esta dando su discurso de cuando le gusta la idea que estén aquí y que cuentan con ella y conmigo para consultar cualquier duda que tengan. Trato de estar parada sin ver para ningún lado, y aun así siento su mirada en mi. ¿Qué cómo lo sé? Ni siquiera puedo explicarlo solo sé que me esta viendo.

Terminada la charla viene el desayuno que preparo para ellos. Ya lo había dicho antes a la directora le encanta dar buena impresión. Yo por otro lado logré convencerla que debo hacer algo urgente y debo irme lo acepta no de muy buena gana.

DESTINO O CASUALIDAD ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora