Capitulo 41.

78 17 0
                                    

Después de salir del apartamento llegamos a la casa y nos despedimos.

Entre lo más silencioso posible, tratando de no despertar a nadie pero para mi sorpresa encontré a Ely esperándome sentada en mi cama.

—Hey —Digo cuando la veo pero enseguida camino al armario y me cambio por una sudadera con su pantalón.

—¿Que sucede? —Pregunto desde el armario algo confundida al ver que no contesta.

Me acerco a ella y siento que la sangre se me hiela al ver miedo en sus ojos pero no cualquier tipo de miedo es un miedo que yo ya conozco y que yo ya viví.

—¿Que pasa, Ely? —Pregunto tratando de sonar calmada y rezando a todos los dioses que no sea lo que pienso —Ely confía en mí.

—Jack trato de verme —Escuchar esas palabras fue viajar al pasado pero no deje me atrapará necesito concentrarme en Ely, necesito creer que escuche mal.

—¿Trato de hacer algo? —Pregunto con miedo de oír la respuesta.

—Dijo que si lo dejaba tocar pero solo negué con la cabeza —Dice y traga un nudo.

Siento el mundo entero caer a mis pies, una tormenta de emociones se forma en mi mente, traición, dolor, frustración, irá.

—¿Tú me crees verdad? Mamá no lo hizo pero tú si me crees, ¿Verdad?

Siento la sangre hirviendo pero necesito mantener la calma por lo menos con Ely. Aparte de la irá, siento tristeza de que mamá hizo exactamente lo mismo que conmigo pero eso no importa ahora, mi prioridad es Ely, siempre lo ha sido y seguirá siendo de esa forma.

—Por supuesto que te creo, Ely —Le tomo el rostro y la abrazo —. Siempre estaré para ti.

—Sabía que tú si me creerías —Dice y deja escapar unas pequeñas lágrimas.

—Siempre, cariño, ¿Quieres que nos vayamos? —Le pregunto a pesar que quiero llevarla lo más lejos posible de aquí así tenga que arrastrarla pero ver qué asiente con la cabeza es suficiente para mí —Vamos a tu cuarto, necesito que empaques todo lo que pienses necesitar, por favor, Ely no demores.

—Entiendo —Dice levantándose.

Cuando salimos al pasillo miro el cuarto de mamá  no parece que hubiera nadie.

Ayudo a Ely a guardar todo lo que podría necesitar demorando poco menos de diez minutos, bajamos y le entregó las llaves de mi auto.

—Ely, bebé entra a mi auto y espérame ahí, no importa que escuches no bajes de ese auto, ¿Está bien? —Ella asiente.

—¿Que vas a hacer?

—Cariño, ve y espérame —Le digo y me hace caso lo cual agradezco porqué siento mis manos arder de las ganas que tengo de matar a ese maldito desgraciado.

Espero hasta que escucho la puerta del carro cerrarse, cuando estoy segura que ya está ahí subo decidida a la habitación de mamá.

Me paro frente a su puerta y golpeo con toda la fuerza que puedo hasta que mamá medio dormida la abre.

—¿Allen, que pasa? —Escucho que me dice pero paso de largo a dónde está él acostado.

—¡Te dije que te alejaras de ella! —Grito y me le tiró encima.

Un golpe en la cara, otro, hubiera sido otro pero lo esquiva y me da en la cara causando un leve dolor, no el suficiente para detenerme.

No siento que me haya dolido, no tanto como me duele el alma. Y ese pensamiento solo logra que en estos momentos mis  ganas de matar a este desgraciado aumenten.

DESTINO O CASUALIDAD ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora