Capitulo 12.

111 19 1
                                    


Vamos por el pasillo agarrados de manos y tratando de no hacer ruido para que no nos descubran porque no sé que explicación le daríamos a nuestros padres.

Entramos a la cocina. Él esta esperando atrás mio mientras saco un poco de jugó de naranja y busco algo de comer cuando volteo con dos panes y la mantequilla en una mano y el envase de jugo en la otra Maickol me mira y frunce el ceño.

—¿No qué querías agua? —Dice con el ceño fruncido.

—Me gano la tentación —Me encojo de hombros —Suelo ser algo glotona.

—Y, ¿qué pasa si yo quiero que me gane la tentación justo ahora? —Esta sonriendo pero tiene una mirada picara.

—Ah, si —Digo viendo de igual forma mientras dejo todo a un lado de la mesa —Y, ¿cual sería esa tentación?

—¿Quieres que te la muestre? —Yo asiento con la cabeza y de un movimiento rápido Maickol me agarra de las piernas subiendome en la encimera y yo abro las piernas de forma que tiene suficiente espacio para colarse entre ellas.

—¿Esta era la tentación? —Niega con la cabeza.

Acerca su rostro al mio lentamente y une nuestros labios, el beso es lento pausado, enrollo los brazos alrededor de su cuello y el pone sus manos en mi cintura atrayendo mi cuerpo mas a él siento su virilidad firme, se mueve con movimientos repetitivos, no me molesta en los absoluto se siente bien, demasiado quizás, su legua invade mi boca y empieza un juego entre nuestras leguas, el beso va subiendo el ritmo agarro su labio inferior lo muerdo, seguimos jugando con nuestras bocas hasta que se separa y yo quedo desubicada por la falta de contacto.

—¿Que pasa? —Pone su índice en la boca en señal que no haga ruido.

De repente escuchamos una puerta abrir no sé como pero me bajo de la encimera a toda velocidad empujando a Maickol, empiezo a dar vueltas como loca. Y si nos ven, ¿Qué vamos a decir? Esto es malo, muy malo, ¿Qué hago? ¿Qué hago? No sé hacía donde ir o que hacer, cada vez se escuchan más cerca los pasos. De un tirón me agarra de la mano y me jala de forma que quedamos atrás de la encimera, los pasos ya están atrás de nosotros.

"Estos niños bajan a buscar las cosas y las dejan afuera"

Dice unas voz de mujer creo que es la señora Laren. Escucho como abre la nevera se sirve algo por ultimo se oye como vuelve en sus pasos no es hasta que ya no escucho nada que me atrevo a levantar la cabeza y ya no se ve nadie.

—Eso estuvo cerca —Volteo a ver a Maickol. Del susto hasta olvide que estaba acá.

—Lo sé, vamos, vamos no quiero mas sorpresas —Le digo jalando de él.

—Y, ¿El agua? o merienda de madrugada mejor dicho —Dice con ironía.

—Del susto ya hasta las ganas de comer se me quitaron —Nos quedamos viendo y ambos soltamos una risa por lo bajo.

Estamos en mi habitación estoy recostada en su pecho y esta acariciando mi cabello de arriba abajo haciendo movimientos repetitivos, mientras yo juego con mis manos haciendo dibujos en su piel desnuda.

No quiero dormir quiero estar más tiempo así juntos sin pensar en que sera mañana, quisiera que fuera eterno el momento, que él lo fuera, me siento tan bien con Maickol y eso me da miedo, me da miedo que vea lo que soy realmente y no le guste, me da miedo que vea mis miedo y huya, me da miedo darle el poder.

—Gracias —Le digo bajo con los párpados pesados.

—¿Porqué? —Responde sin dejar de acariciar mi cabello.

DESTINO O CASUALIDAD ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora