Capitulo 36.

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Está oscureciendo y ni siquiera me di cuenta de en que momento fue.

Llegamos a la fogata y visualizo a Ely con Dylan cuando me ve se levanta y camina a donde estoy.

—¿Estás bien?

—Si, estoy bien —Asiente y mira entre Peter y yo, estoy segura que está apunto de soltar la lengua.

—¿Tú eres? —Pregunta muy a la defensiva.

—Hola soy Peter, ¿Y tú? —Le responde él muy calmado y le sonríe.

—Ely, mucho gusto —Se dan la mano y se va como si nada.

Llegamos alrededor de la fogata y nos sentamos, Ely esta en medio de Dylan y Cristal.

Para mi buena suerte Maickol se sienta frente a Peter y yo, con la pelinegra - nótese el sarcasmo -.

Miro al cielo un momento y veo que la luna está llena, el riachuelo debe verse esplendoroso ahora mismo con esa luna.

Mis pensamientos duran hasta que uno de los tutores habla llamando nuestra atención.

—Bueno vamos a jugar algo —Dice parándose —¿Opciones?

—Nunca, nunca —Dice la pelinegra junto a Maickol y pongo los ojos en blanco.

—No lo sé —Dice el tutor dudoso.

—Vamos la mayoría aquí son mayores de trece y por cada nunca, nunca comeremos un masmello —Debate ella y él acepta.

—¿Quien comienza? —Pregunta.

Pienso levantarme e irme, me parece ridículo este juego pero escucho la voz de Maickol hablar.

—Aquí —Dice, se levanta y me mira —, yo nunca, nunca me las he dado de digna y al final salí una mosca muerta.

Se escuchan unos "Uhhh" de niños pero nadie come el dulce y él vuelve a hablar.

—Que lastima las personas ya no son sinceras —Me da una última mirada y se vuelve a sentar.

Todos los sentimientos encontrados que tenía hace un rato se disiparon ahora tengo es rabia pero si quiero dejarla salir tengo que esperar que pasen por lo menos once personas.

Pasaron y aparte de ese estúpido "yo nunca, nunca" de Maickol lo demás han sido normales, tranquilos.

Llega mi turno y me levanto, lo miro me devuelve la mirada y le sonrió.

—Yo nunca, nunca he dicho ser una persona y he resultado ser un maldito desgraciado —Digo dejándome fluir más de lo que debería.

Veo como aprieta la quijada y se levanta también.

—Yo nunca, nunca me he comportado como una perra —Dice y maldita sea que me ofendió.

—No es tu turno, siéntate y come tu maldito dulce —Le digo con rabia.

—Aparte de perra mandona —Dice y veo irá en sus ojos.

—Creo que deberíamos calmarnos —Dice el tutor pero lo ignoró.

—¡Vete al infierno, vete a la mierda, a la porra a dónde se te dé la maldita gana pero vete de mi vista! —Le grito con rabia.

—¿Porqué no te vas tú? Alejate al fin y al cabo se te da de maravilla, ¿No? —Suelta con sarcasmo.

—Pues que crees lo voy a hacer, eres bueno para alejar personas —Digo saliendo del círculo.

—Creo que esa es tu especialidad —Escucho que dice cuando ya estoy caminando no le daré el gusto de una respuesta a eso.

DESTINO O CASUALIDAD ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora