Capitulo 29.

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Mientras entramos a casa no escucho nada, ningún ruido, seguro mamá no está.

Ely se adelanta para dejar las muletas y baja diciendo algo acerca de buscar comida.

Maickol me esta acostando en la cama, no me ha mirado ni ha dicho una sola palabra.

—He terminado aquí, creo que ya debería irme  —Dice aun sin mirarme, escucho sus pasos y algo me grita: "¡Detenlo!" pero las palabras se atascan.

No quiero que se vaya, no voy a dejar que se aleje de mi.

—¡Espera! —Le grito cuando ya casi esta a la vuelta de la puerta haciendo que se detenga en seco —No te vayas.

—¿Porqué no debería? —Dice sin verme.

—Porqué no quiero perder a mi único amigo —Digo y siento que la sola palabra me quema hasta los huesos.

Escucho que suelta un largo suspiro y voltea a verme.

—Si soy tu amigo, ¿Porqué no hablas conmigo? —Dice viendome directamente pero aun sin moverse de la puerta.

—Si quiero pero no sé como hacerlo siento que las palabras se atoran en mi garganta —Digo en un susurro que apenas sé logra escuchar.

—Allen, estas hablando ahora mismo y no te ha pasado nada —Dice esta vez se acerca y se sienta a un lado de la cama de forma que me mira a los ojos y yo evito su mirada —Puedes decir lo que piensas y lo que sientes nadie va a castigarte por eso.

—Lo de ayer —Veo que tiene intenciones de interrumpir pero le hago un gesto para que me deje hablar y sigo —. Ver a Cielo, a Andru movió recuerdos en mi y el idiota que trato de propasarse fue la gota que derramo el vaso, la verdad no sé porque lo hice tampoco puedo justificarme pero solo te puedo decir que solo quería huir de ahí, me estaba ahogando y ni siquiera puedo decir porqué o en que.

Las palabras salieron mas fácil de lo que pensé Maickol me mira tratando de debatir si creer o no lo que acabo de decir, una parte es verdad pero otra, otra que solo yo entiendo y sé no la voy a decir, nunca saldrá de mi boca.

—Entonces, ¿No es por mi culpa o algo respecto a mi? —Dice buscando algo en mi.

—¿Sabes? No eres el centro del universidad, amigo —Digo y rie por lo bajo.

—Esta bien, por ahora —Aclara y me toma las manos suavemente —La próxima vez que quieras huir dímelo que iré contigo, escapare contigo y nos iremos al fin del mundo si es necesario. Y si en algún momento la razón por la que quieres huir soy yo, solo dímelo te ayudare a escapar y yo tomare el camino contrario.

Como cada una de las palabras que me ha dicho, le creo y estoy segura que cada una de ellas es verdad pero para ser sincera la ultima no me gusto porque estoy segura que si es capaz de hacerlo solo que yo no seria capaz de aceptarlo.

—Esta bien —Digo en voz baja y sonrió.

—Esta bien —Dice a su vez y mira a un lado de la cama —Tenemos a nuestro hijo en el olvido.

Tomo al muñeco e imito la voz de una caricatura:

—Hola, papá —Digo moviéndole la pata al muñeco.

—Hola, hijo —Dice viendo muñeco.

—¿Te vas a quedar? —Pregunto con la mismo voz.

—No, ahora me voy pero ya vendré otro día —Le responde como si de verdad fuera alguien.

—Yo quiero que te quedes —Digo tratando de hacer que suene tierno. Maickol me mira y nos sonreímos al tiempo.

—Esta bien pero primero iré a bañarme, tu madre me ha hecho pasar una noche y medio día de locos —Dice con ironía.

DESTINO O CASUALIDAD ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora