Capitulo Final.

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—¿Eso es todo? —Me pregunta mamá con la última caja entre sus brazos.

—Es todo —Afirmo y la veo salir con la caja en brazos.

Tres meses. Es el tiempo que he durado sin saber nada de Maickol. No he visto a ninguno de los chicos, no lo he visto en la universidad, no lo he visto las veces que he hablado con Cielo.

Es como si él nunca hubiera existido.

Los primeros días espere que volviera. Incluso termine de leer "Boulevard" tomando tequila, y si, soy lo suficientemente estúpida para leer y beber al mismo tiempo, puedo decir que ese día perdí mi poca dignidad con una sola llamada que nunca fue contestada.

Durante el primer mes visite cada sitio que frecuentamos, cada conocido que teníamos en común todo con la esperanza de que en algún momento lo encontraría y eso nos llevaría a hablar, le diría todo lo que nunca me atrevo a soltar. Pero no pasó.

Después de eso solo esperé.

Espere que un día tocará la puerta y me dijera que podíamos volver a intentarlo, yo le diría que estaba bien, le diría todo lo que nunca me atreví a decir pero no pasó.

Cuando por fin entendí que no volvería, que por más que mi corazón y mi mente gritaran cada noche su nombre él no iba a contestar. Comprendí que quedarme en el departamento sería un martirio para mi.

En cada rincón había recuerdos acechando y es que esto no es mío, esto era de los dos, era nuestro y no podía seguir lamentando todo lo que pudo y no sucedió en este apartamento sola como una margarita.

Mamá me ayudó a conseguir otro apartamento rentado mientras consigo vender este. Me insistió que volviera a casa pero no concidero ese lugar mi hogar aparte de los recuerdos con papá y Ely todo lo demás son amargos, tristes, no me sentía libre, ni mucho menos tranquila.

Con ella las cosas están mejor. La noche que vino y me cuido sentí que a parte de mi dolor por Maickol, las heridas que ambas nos causamos estaban sanado, no estamos bien del todo porque aún no borro la sensación amarga de las palabras y los hechos pero por lo menos no tengo ganas de seguir en guerra con ella y el mundo por todo, por una vez en mi vida quiero paz.

Estamos bajando las cajas del camión de mudanza cuando escucho mi celular sonar.

—¿Hola? —Pregunto porque es un número desconocido.

—¿Allen?

—Si, ¿Con quién hablo?

—Hablas con la madre de Maickol, cariño estamos en el hospital, ¿Podrías venir?

—¿Qué? ¿Él está bien? ¿Que pasó? —Pregunto alarmada.

—No, bueno si, si está bien pero sucedió algo con Cristal y te puede necesitar.

—Ya salgo para allá —Le digo sin pensar dos veces.

—¿Pasa algo? —Pregunta mamá confundida al ver mi rostro.

—¿Puedes quedarte y cerrar todo? —Le digo y ella asiente —Cuando termines ve al hospital allá te explicarán todo.

Entro al auto y miles de escenarios pasan por mi mente pero trato de mantenerme calmada. Él está bien, debe estar bien, TIENE QUE ESTAR BIEN.

Llegando al hospital veo un auto muy conocido salir pero lo ignoro. Ahora mis pensamientos están centrados en llegar a él.

Me bajo y enseguida me intercepta la señora Laren.

—¡Allen no lo dejes ir va muy alterado! —Me grita y mi cuerpo reacciona de inmediato. Entro en el auto y salgo del aparcamiento atrás del auto.

DESTINO O CASUALIDAD ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora