Más que amigos (Hugick)

Hugo se desahoga

    Hugo no podía estar más desganado. La mañana que siguió a su ruptura con Nick fue peor que la tarde de la discusión. Hasta entonces había estado en shock, flipando con todo. No asimilaba las cosas. Después de una noche de sueño, todo estaba mucho más claro.

  Para cualquier otra persona, lo lógico hubiera sido quedarse en vela toda la noche, pero Hugo sabía que no había dormido por tranquilidad. Nada más tocar la cama cayó rendido de puro agotamiento. Entre que los ensayos le consumían, que extrañaba estar fuera y que Nick ya no estaba con él, el cansancio superó su nivel de energía.

  Lo primero que sintió al despertar fue una punzada de angustia en el pecho. Lo siguiente, unas tremendas ganas de llorar. Se levantó a duras penas y se duchó y vistió como un zombi, ausente. Sus compañeros ya se habían enterado de todo, y varios de los chicos intentaron hablar con él sobre ello en el dormitorio, pero Hugo rechazó sus atenciones. Quería estar solo.

  No tenía hambre, así que no fue a desayunar. Se quedó en la sala de Capde decidido a no salir de ahí en un buen rato. Era tan horrible...se sentía solo e incomodo, fuera de lugar. Añoraba su casa, su familia y su libertad.

  Era ridiculo, llevaban un mes ahí y ahora le entraba la morriña. Pero no podía evitarlo, le venía solo. Pensó en lo que su abuela le diría si estuviese ahí. Seguramente algo como "Levántate y comete el mundo, conquista a ese chico y trátelo a casa para que le conozcamos" pensar en ella le hizo sentir peor. Se le ocurrió una idea.

  Miró a la puerta y se aseguró de que estaba bien cerrada. Se puso frente a la cámara y habló como si estuviera con su abuela y se olvidó de que muchísima gente podría ver eso. Le daba igual.
—Hola, abuela. Nunca he hablado así, como si estuvieseis conmigo. Hoy os echo mucho de menos, hoy y siempre, la verdad. A estas alturas, habréis visto lo que ha pasado con Nick. Ha sido culpa mía y me siento fatal—paró un momento para frenar las lágrimas que amenazaban con salir—Le dije cosas que no pensaba y que me salieron así sin querer, la he cagado mucho, Abu, mucho. Yo le quiero un montón y ahora me ha dejado por ser un bocazas, ya me lo decías tú de pequeño, que la boca hay veces que mejor tenerla cerrada.

  Cerró los ojos y visualizó a su abuela reprendiéndole de pequeño, con sus facciones normalmente suaves crispadas. Hugo siempre la obedecía porque le daba miedo defraudarla. Seguía sintiendo ese miedo.
—Es un chico bueno, os gustaría si le conocieseis. Si se arreglan las cosas, prometo llevarlo a casa para que le conozcáis. A casa...como echo de menos estar en casa, con vosotros. ¿Me echáis de menos?—la pregunta flotó en el aire sin respuesta—Yo si. Me muero por veros a todos, me acuerdo siempre. Es que estoy tan perdido...las cosas me salen mal siempre, llevo dos semanas muy malas. Lo de Aurora fue el principio. Luego empezó a irse todo a la mierda. Y ahora Nick.

  Pasó un buen rato hablando con la cámara. Habló y habló hasta que ya le dolió la garganta. Miró su reloj, era más de la hora de comer. Las tripas le rugieron sonoramente y se rió.
—Me duele mucho irme, pero tengo que comer algo—se despidió—Y no os preocupéis por mi, que voy a solucionarlo todo. Volveré a casa con cosas bonitas que contar.

  Se sentó en la mesa con Sam a su lado. Normalmente, Nick era el que ocupaba su lugar. Ahora estaba sentado en la otra punta de la mesa. Hugo no miró mucho en esa dirección, aún tenía que pensar en cómo iba a solucionar las cosas, pero estaba angustiado.

  ¿Y si todo iba a peor? Nick había dicho que ya estaba cansado de todo...¿iba en serio o sólo era el arrebato? Después de lo que había dicho Hugo, no le extrañaría nada que fuese en serio, se había portado fatal.

  Lo que más le preocupaba era la actitud de Nick. Nunca le había visto así, tan distante. No hablaba mucho, no miraba más allá de su plato ni parecía estar presente allí. Incluso cuando en las primeras semanas le costó adaptarse estaba más alegre. Y todo por culpa de Hugo.