SECRETO

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Iniciaba un día normal me desperté como de costumbre, hice las cosas que siempre hacía con regularidad, esta vez estaba atrasada con la hora por lo que tuve que salir corriendo de mi casa, la razón es porque en la madrugada tuve un sueño extraño, me soñé con chico alto, pelirrojo, sus cabellos eran cortos, iris rojos, así como sus escleróticas, vestimenta en rojos y café, dientes filosos y además de unas gráciles orejas de ciervo adornando su cabeza y unas apenas visibles astas.

//SUEÑO//

La chica sentía como si a los pies de su cama alguien se sentase, se incorpora lentamente solo para topar con la espalda de un sr al parecer mitad ciervo.

-Buenos días señorita, me permito presentarme, mi nombre es Alastor Demonio de la Radio, debo indicarle por qué estoy en esta su humilde habitación-

Decía poniéndose de pie observando de los pies a la cabeza a la chica.

-Sin duda eres hermosa señorita Morningstar, debo decirle que sabes uno de mis secretos y es mi identidad como locutor, solo espero que podamos vernos en el parque después de tu asistencia a clases-

Le tomó de la mano, aun sin saber el por qué la chica sentía avergonzada, tal vez por el hecho que aun en si mente estaba en cuenta que dormía en ropa interior.

-Bien sin más que decirle bonjour mademoiselle-

//FIN DEL SUEÑO //

Y así como se esfumó en mi sueño, así desperté, extrañamente desperté de pie, fui a darme un baño tranquilamente.

Inicié mi día como cualquier otro, llegué tarde a clase, me dejaron en detención antes de salir de clase.

Salí del lugar y fui a aquel parque, el viento arreciaba tenía frío no me habría llevado nisiquiera un abrigo, y mi corto cabello me cortaba la visión solo pude sentir como choqué con alguien.

- ¿Se encuentra bien señorita? -

Su voz, mis ojos se iluminaron al verle, me sentía hechizada por aquel caballero, parecía como de otro tiempo.

-Sí disculpe el viento no me ha dejado ver por donde caminaba-

Me dijo, me colocó su gruesa chaqueta para que no pasase frio.

-Señorita, ¿me dejaría compensarle mi torpeza invitándole a un café o un chocolate? -

Me hizo sonrojar, me sentía en las nubes con aquel chico y el aroma de su perfume rodeándome era una sensación que no todas tenían el lujo de tener, es decir ¿Qué tan seguido te encuentras a tu amor platónico y te invita a un café?

Pronto estábamos en una cafetería, pedí un capuchino con un toque de almendras en polvo, exquisito, él solo pidió un café negro.

- ¿Puedo saber qué hacías sola en un lugar como este señorita? Una dama como usted no debería andar sola, en un lugar tan peligroso-

Me dijo para luego darle un sorbo a su café.

-Le sonará estúpido sr locutor-

Le dije el solo río por lo bajo.

-No creo, anda dime y por cierto te daré el permiso de usar mi nombre, me llamo Alastor-

Me ruboricé, ese era el nombre de mi amor platónico, Alastor se oía tan fuerte varonil y caótico, que me hacía querer suspirar.

-El mío es Charlotte, mi apellido ya lo conoce-

Me volví a ruborizar, recordando mi confesión desastrosa y publica.

-Hermoso nombre, así como la portadora del mismo, por cierto, me ibas a mencionar ¿Por qué estabas allí? -

En el fondo de mi corazón sentía como si el ya supiese esa respuesta solo que tal vez se divertía con mi duda.

-Un chico en mis sueños me dijo que viniese ante usted ya que yo sabía su secreto-

Sonrío, y me tomó suavemente de la mano.

-Señorita me gustaría hablar con usted en otro lugar, ¿me permite? –

Mi sentido común y de alerta ¿Quién sabe dónde andaban?, en ese momento solo quería ir con él, era todo un misterio, era extasiante pensar en estar a solas con él, mis hormonas claramente dormidas despertaron ese día, un roce, una caricia o incluso solo un simple beso me haría caer como cualquiera de esas estúpidas a las que siempre criticaba.

Llegamos Al bosque, pronto comencé a temer, un bosque, una chica con un sexy y misterioso extraño, podría hacerme dos cosas, la primera matarme y la segunda violarme o ambas cosas, trague saliva, el me notó.

-Oh no tranquila no te mataré querida, solo te mostraré algo-

Me dijo, por lo que descarte la primera, así que tome la segunda, me violaría, pero bueno el violador no estaba de mal ver.

-Bien observa con atención-

Como una tonta cubrí mi rostro con mis manos, por vergüenza para darme cuenta que frente a mi estaba aquel chico de cabellos rojos.

-Eras tú, pero ¿cómo? ¿Qué significa esto? -

Me sentía confundida por completo, tenía miedo, pero también estaba intrigada.

-En efecto querida soy yo, mi alma está ligada al infierno por un trato que he hecho, a parte que no había nada que salvar de mí, puedo ingresar a los sueños de las personas-

Sentía que me ocultaba algo más en aquella oración.

-Ahora que sabes más de mí, ¿aun piensas que te gusto? -

Sonreí solo lo hacía para disipar mi atracción sobre él.

-Sí, aún me pareces atractivo y si quieres que guarde silencio, me invitarás a salir más seguido. -

Sonreí, volvió a la apariencia del locutor que tanto me gustaba.

-Pequeña súcubo, eso es casi que imposible, eres una menor de edad cariño, estaría mal visto que salga contigo, te llevo 14 años de diferencia-

Me dijo a mí me importaba un pepino, ¿Que no decía que para el amor no hay edad? Y como adivinando mis pensamientos dijo.

-Ante la ley si hay edad cariño-

Sonreí, me acerqué a él y besé su mejilla, no sabía de adonde estaba tomando tanta valentía como para hacer semejante cosa, lo vi quedar estático si nada que decir.

-Mañana después de clases ¿ok? -

Le dije suavemente, le guiñé el ojo y contoneé mis caderas.

-Oye, cumplirás el deseo de todo hombre de tu edad, una colegiala te está dando la oportunidad. -

Me marché riéndome por mi atrevimiento, algo decepcionada esperaba algo más extrañamente, él encendía algo extraño en mí y ese algo me hacía desearlo, tal vez solo era el sonido de su voz.

Llegué a casa, todo normal a mis padres no les preocupaba que llegase tarde, suponían que me quedaba con alguna amiga o cosas así, tal vez no les importaba del todo lo que yo hiciese de mi vida.

Tomé la cena, luego un baño, realicé mis tareas y a dormir, esperando ver a aquel intruso de cabellos rojos en mis sueños.

AMOR SONORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora