ÚLTIMO BLANCO: CARLOS PHILLIP

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Alastor salió de aquel lugar, esperando que la casualidad lo trajese frente a aquel ultimo blanco, sin darse cuenta que, al dejar desprotegida a Charlie, ese blanco crearía la oportunidad de rendirse, la joven aún seguía llorando amargamente, su vida había sido toda una farsa, y ahora que pensaba que todo comenzaba a cambiar, se da cuenta que su comprador era el locutor, el demonio Radio, el asesino caníbal de nueva Orleans, temía por su vida claro estaba, este nuevo panorama de él era completamente distinto, sintió un brazo rodear su cuello y algo duro y bastante frio reposar a su costado, viendo en el reflejo del espejo a un tipo bastante sombrío.

-Un gusto señorita Charlotte, mi nombre es Carlos, usted va ir conmigo ya que su querido dueño, Radio Demon quiere mi cabeza, pero no me hará daño mientras su trofeo este conmigo-

Dijo el extraño hombre aspirando el aroma del perfume de Charlotte directamente desde su níveo cuello.

-Tiene un gusto exquisito, supo elegir-

Dijo mientras Charlie comenzaba a enfadarse.

-Bien si vas a matarme hazlo rápido, yo no voy a ayudarte en nada, prefiero morir en cena que estar viva y en manos de un enfermo como usted-

Dijo molesta dándole un pisotón justo en el empeine del pie del tipo con el tacón, luego le da un golpe con el codo en la nariz, al intentar de huir, está la toma de cabello, luego le golpea con la empuñadura, dejándola en inconsciente en el suelo, mientras le herida fresca comenzaba a sangrar.

-Bien muñequita, si no coperas despierta lo harás inconsciente-

En el momento en que Carlos se acercó a Charlie, fue recibido por una patada en la cara.

-No, no, no puedo permitir que salgas vivo de aquí, menos después de haber puesto tus sucias manos sobre mi hermosa adquisición, ¿hermosa cierto? -

Dijo alejándolo de la chica lo suficiente, Calos por temor accionó el arma, la bala rozo la mejilla del pelirrojo provocando un rasguño que comenzó a sangrar.

-oww que calamidad mi estimado, muy mala puntería mi amigo-

La interferencia sonaba fuertemente en la habitación mientras veía explotar la cabeza de Carlos Phillip, haciendo a Alastor reír mientras el cuerpo decapitado de su víctima caía lentamente, luego fue por Lucifer para dejarlo frente a tan mórbida escena.

-He cumplido con mi trato, la dama irá conmigo en este mismo instante, mañana iré por sus cosas-

Dijo el pelirrojo tomando a la rubia inconsciente entre sus brazos, escuchando como ahora desenfundaba el arma el rey manzana.

-No quiero gato por liebre, no desconfío de ti, pero ¿cómo sé si es Carlos? -

Dijo el rubio bajito apuntando a Alastor quien se encontraba de espaldas.

-Los tatuajes y las marcas, eso sirve para identificar un cuerpo-

En efecto Lucifer revisó dándose cuenta de que el pelirrojo cumplió con su trabajo.

-Bien, limpia las pruebas y podrás irte-

De un chasquido, Alastor desapareció todo como si nunca hubiese un muerto en la escena.

-Listo, puedes estar tranquilo Lucil yo no quiero nada más de ti que lo que ya te he quitado de entre las manos-

Dijo desapareciendo como de costumbre sin dejar rastros, el rasguño provocado por la bala ya había desaparecido, dejo a la rubia sobre la cama de aquel lugar.

-Lo siento, no pensé que la casualidad lo acercara tanto a ti-

Dijo sin esperar recibir respuesta después de todo la chica seguía inconsciente, mientras el comenzaba a curar la pequeña herida que Charlie tenía en la cabeza, el olor dulce y embriagador de su sangre, opacaba por mucho el horrible perfume que las damas del burdel le habían puesto.

-Prefiero por mucho el perfume suave que siempre te colocas, los aromas dulces y fuertes no son lo mío, si les doy el punto a favor que supieron hacer relucir la belleza propia que tienes, por un segundo temí que tu padre se arrepintiese de su decisión-

Seguía con lo suyo, sorprendiéndose Al escuchar la respuesta.

-Mi padre no tiene perdón por lo que ha hecho y tú tampoco, por ofrecer el trato y por comprarme, solo eso soy para ustedes ¿no?, un asqueroso juguete con él que te vas a cansar y luego terminare entre los escombros, o peor aún, mantendrás como una muñeca en su caja, me mantendrás encerrada, suplicando incansablemente tu afecto y posiblemente te revuelques con Mimzy-

Alastor estaba en shock esperaba una respuesta agresiva pero no tan exhaustiva, menos llena de acusaciones y reproches de la chica.

-Charlie por favor-

Charlie se levantó hasta la puerta y la abrió mostrándole la salida al pelirrojo.

-Por favor nada Alastor, supongo que podré quedarme aquí ¿cierto?, ahora quiero que te largues no quiero verte ni saber de ti, yo decidiré cuando volveré a verte porque por más que lo intente no puedo odiarte, aunque con todas mis fuerzas desearía poder a hacerlo-

Dijo mostrándole a Alastor una mirada seria y un ceño fruncido algo que él ya esperaba ver en ella, obviamente no esperaría una felicitación de parte de ella, menos por comprarla o lo que fuese, por ahora no podía ni defenderse.

-Bien, me iré, mañana traeré tus cosas a este lugar, no eres mi prisionera ni mucho menos, te lo dije antes y lo repito ahora, tengo mis motivos para realizar las cosas y te lo diré, pero será mejor decirlo cuando te calmes un poco, esperaba si quedarme hoy contigo, pero veo tienes otros planes ahora en mente. -

Dijo saliendo del apartamento que ahora le pertenecía a Charlotte.

-Y en efecto, puedes quedarte aquí, este apartamento es todo tuyo. -

Dijo dejándole las llaves en las manos.

-Buenas noches mi querida princesa-

Luego de esto a pesar de la negativa de Charlie y sus intentos fallidos de rechazarle, Alastor acercó a Charlotte por la cintura, volviendo a besarla por segunda vez en la noche, recibiendo una segunda cachetada.

-buenas noches, vil demonio-

Dijo cerrando la puerta en la cara de Alastor, el mismo reía ante la reacción de Charlie, ambos sabían de que por más que ella lo negara, aun lo amaría así la comprase 20 veces más, la misma suponía que algo estaba muy mal por ella, al sentirse a salvo entre las garras de aquel lunático.

-Y no dejaré que me comas-

Dijo del otro lado haciendo que el pelirrojo jugase con las palabras dichas por la chica.

-Pensé que, si querías que te comiera cariño, ahora sí estoy confundido-

La joven bufó molesta era obvio que estaba jugando con el enojo de ella hacia su persona.

-Tu sabes que me refiero a la otra forma-

El mismo ahora no podía parar de reír justamente eso era lo que le encantaba de Charlotte lo inocente e ignorante que se tornaba en algunas ocasiones.

-Entonces ¿me dejarías comerte en la otra forma? -

El rostro de Charlotte estaba completamente rojo ante la insinuación de Alastor, lo amaba, pero a veces era lo suficientemente irritante.

-Si, por amor a mi padre que sí, pero sé que no te atreverías sabes ¿Por qué? Porque tienes miedo a caer en mi embrujo-

Las risas de Alastor cesaron, se apoyó contra la puerta.

-No, querida yo ya he caído en tu embrujo, no necesito tocarte para saberlo, pero la conversación ya me está poniendo algo incómodo, buenas noches Ma belle, nos vemos, sueña conmigo, que si te vuelvo a atrapar no te dejaré escapar, no es una amenaza es una promesa Charlie, la próxima vez no dejaré que duermas. -

Dijo desapareciendo del lugar, Charlie abrió para confirmarlo, ¿lo deseaba?, sí, ¿lo amaba? Sí, pero aun así se sentía traicionada, quería saber la razón detrás de su actuar, ¿Por qué hacerle eso sí solo deseaba jugar con ella?

-Eres un miserable afortunado, no puedo enojarme por tanto tiempo contigo, pero quiero saber que lo sientes y ¿Qué es lo que sientes por mí? -

AMOR SONORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora