POR LA MITAD

602 67 46
                                    

El joven ahora de cabellos rojizos y de orejas puntiagudas de ciervo se encontraba caminando por las transitadas calles de nueva Orleans parecía completamente otra ciudad por las noches, sus luces neón incandescentes, daban anuncio de los lugares nocturnos para apuestas y demás, dado que él no era un fan del nudismo entrar aquel antro no era de su agrado, al parecer, Mimzy ya había llegado, lo sabía por el Cadillac Azul que está conducía, ostentoso y extravagante como ella, ingresó lentamente aquel lugar, los ojos de las personas en ese horrible lugar ya estaban puestos sobre él, una que otra ofrecía su servicio a tan respetado caballero, algo que simplemente era una falta de respeto para él, más de una que se atrevía a tocarle, mismas que en cuestión de segundos desaparecían bajo agónicos gritos, siempre un espectáculo, siempre su entrada galante y triunfal, estrafalaria, siempre con sangre de por medio, a veces el mismo panorama llegaba a aburrirlo, pero no estaba allí por eso, no por deber y por primera vez no era por el placer de oír los alaridos de terror de sus víctimas, lo hacía para no caer en ese pecado que lo acechaba aquel mismo que le recordaba que seguía siendo un hombre, un humano morboso y degenerado, quería escuchar de los labios de la chica suaves pero apetecibles gemidos que culminaren con su nombre, removió su cabeza nuevamente, había agachado levemente las orejas, no estaba Al 100 por ciento ese día, de hecho no lo estuvo desde que ella apareció, no desde que sus pensamientos eran ocupados en su totalidad por ella, el cómo ayudarla y el cómo alejarse también, el cómo debía controlar su impulso de saltar sobre ella cual lobo hambriento, sus pensamientos fueron acallados por la risa de uno de los presentes en la zona VIP de aquel comercio, nada más y nada menos que Mimzy, algo curioso de Mimzy es que adoraba a Alastor pero solo la parte en la que era un locutor, cuando tomaba su forma demoniaca no le soportaba, esto él lo sabía podía respirar por unos momentos durante la noche amando realmente esta hora del día, podía suspirar con alivio.

-Oh miren quién se ha dignado a aparecer, pero si es el Radio Star más odiado de la ciudad-

Dijo la rubia escupiendo Al piso como muestra de asco por parte de ella.

-El mismo que has tenido el honor y la honra de conocer estimada-

Dijo con un además galante, mostrando siempre sus buenos modales.

-No querida el segundo más odiado, no olvides que el primero es tu asqueroso locutor de pacotilla llamado Alastor-

Ese comentario provocó la ira interna del pelirrojo, pero decidió mantenerse calmo, no podría desvelar a su alter ego por no saber controlar su furia y su ira, no podía volver a arriesgar su vida normal por un altercado sin mayor importancia, cuando sonaron las campanas anunciando las 12 media noche el jefe de la mafia se hacía presente con su exuberante esposa.

-Radio Demon un gusto verte, es difícil saber de ti, digo nadie sabe dónde vives, o cuál es tu nombre real, necesito un favor, ya sabes cómo un fuerte empresario de esta zona, no puedo darme el lujo de verme manchado por una mala critica o incluso por una leve sospecha hacia mi persona, puedo encomendártelo, te dará una muy excelente paga-

El demonio de cabellos rojos cruzó las piernas de manera elegante, mientras mantenía aquella impasible sonrisa.

- ¿Son caballeros de poder? -

Pregunto, pero sin recibir una respuesta, mientras veía con una siniestra sonrisa al caballero de cabellos rubios, se levantó de su asiento y se acercó a él, mientras caminaba a su alrededor de manera grácil y elegante, su lenguaje corporal representaba el cinismo y la mofa hacia el más bajo.

-Me refiero, son personas de altos cargos públicos o ¿me equivoco? No me maquilles la verdad para evitar un cobro mayor, sabes he sido muy generoso con mis cobros anteriores, la carne y sangre de mis victimas suele ser muy deliciosa y condimentada es muy buena para mis recetas, pero bueno siento que sus almas, carne y sangre no son lo suficientemente buenas para mí, haré como si la propuesta me interesara y te escucharé, pero créeme que el precio a pagar será lo suficientemente alto para que me odies el resto de tu miserable vida y aun después de esta-

Lucifer lo sopesó, pero creyó no tener algo que perder, dinero tenía todo el dinero del mundo, casa, autos, esclavos, mayordomos, todo lo que el desease lo poseía, no tendría algo por lo que no podría pagar o reemplazar.

-No, no quiero dinero, no quiero joyas, ni casa, ni yates, quiero hago de un inmenso valor, algo que no puedas reemplazar, cuyo lugar en tu casa sea único y especial, algo que sea como un adorno y que no quieras más, he escuchado que tienes una hermosa hija, ¿me equivoco? -

Sabía el poco valor que para Lucifer representaba Charlotte, lo primero que necesitaba era alejarla de ese mal padre.

-Hermosa en efecto, ¿Porque tu interés de saberlo? -

La sonrisa de Alastor se ensanchó mostrando la más retorcida de sus sonrisas.

-No corras antes de aprender a caminar querido lu, ¿Quiero saber aún es virgen? -

Realmente no sabía si Charlie lo era o no, realmente tampoco sabía por qué querer saberlo.

-Lo es el muchacho que funcionaba como su novio no la tocó nunca, pero ¿Porque el interés sobre mi hija? -

Tomo a Lucifer del mentón haciéndole ver le a los ojos.

-Sencillo, la carne de las vírgenes tiene una sabor dulce e inigualable casi pulcro, y pues quisiera no sé tal vez poner mis garras o mis dientes sobre la piel de dicha joven, así que te daré el tiempo suficiente para que la prepares psicológicamente, es lo que quiero como paga-

Lilith miró a Alastor con genuino temor, mientras Lucifer se ponía de pie completamente enfadado.

- ¿Quieres como paga a mi hija? ¿Pretendes comerla? -

Dijo Lilith completamente sacada de contexto, no entendía como alguien podía pedir tal cosa y para semejante acción.

-No lo sé aun, solo quiero esa paga, ya sabré qué hacer cuando la vea-

Lucifer sonreía una hija inservible sin oficio ni beneficio, siendo devorada o demás no le importaba, solo le importaba que no volvería a saber de ella o a educarla, o preocuparse si hace o no algo indecoroso que le perjudique y a cambio, menos estorbos para hacer crecer su riqueza y la de su esposa.

- ¿Solo eso pedirás a cambio? -

Sonrió nuevamente extendiendo su mano al rubio en señal de trato.

-Por esta vez única, hare un muy excelente trabajo por este excelente pago ¿tenemos un trato? –

Lucifer sonrió para él era eliminar dos pájaros de un solo tiro, Lilith se había puesto de pie, pero su esposo ordeno a Valentino y a Vox que la escoltaran al auto.

- ¿Seguro no quieres leer las letras menudas del contrato? –

Dijo sonriente Lucifer rio pensando que solo era una broma del pelirrojo, tomando por fin su mano, estrechándola con la suya, el viento se hizo presente acompañado de una luz verde en la mano de Alastor.

-Perfecto, te daré 3 meses exactos para que entregues el producto, y ese mismo tiempo tendré yo para eliminar a los caballeros, dame sus nombres sabré quienes son cuando me los tope de pura casualidad-

Lucifer se enfadó levemente ante la presunción de Alastor, ya que él quería todo para ese mismo día.

- ¿No vas a hacerlo de una vez? -

Dijo levemente molesto.

-Por eso te dije lo de las letras menudas, el tiempo lo estableceré yo, has aceptado el contrato bajo mis términos y bajo mis términos se terminará, sabes tan bien como yo que esos cerdos de cuello blanco se esconden mejor que una rata y yo no soy de perseguir a mis víctimas, la casualidad los traerá hacia mi yo solo creare el momento práctico para mí-

Dijo carcajeándose fuertemente ante la mirada del rey manzana.

-Bien mis estimados y aquí es donde me esfumo yo-

Y así como dijo de un chasquido el desapareció, al llegar a su casa, todo estaba en silencio, su apariencia volvió a ser normal, escuchaba la cháchara de la vieja al otro lado del lago, debió ser más precavido en ese momento, pero bueno ya arreglaría algo para que esa mujer aceptara a Charlie devuelta sin tener ella que denigrarse a pedir perdón, llegó por acto reflejo a su habitación, donde procedió a cambiarse de ropa, cuando su mente le recordó a la rubia que se quedó allí por ese día, la observó dormir con tranquilidad, a sabiendas que tal vez después de esta decisión lo odiaría.

AMOR SONORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora