7. Yo los protegeré ¿Asi que pueden quedarse conmigo?

6.8K 1K 128
                                    

Habíamos vuelto a la zona concurrida del mercado para buscar información sobre algún lugar para descansar. Aún con los dos pequeños bollos en brazos, mis brazos de ninguna forma se sentían cansados.

Había optado por dirigirme a alguna tienda al azar pero los niños vieron una en particular la cual no perdían de vista, así decidí ir a esa.

Me detuve frente a un puesto de manzanas caramelizadas dirigida por una anciana de mirada agradable y cabellos blancos.

—Las manzanas que venden parecen bastaste grandes y dulces, niños ¿Les apetece alguna? — sonreí pidiendo su opinión.

Aiden miro a los dulces y a Ariane, quien jugaba tímidamente con sus dedos. Su boca se apretó por los nervios y murmuró en mi oído— Queremos una, por favor.

¿AH? ¿¡Ustedes quieren solo una!? Si van a actuar tan tiernamente, podría comprarles el puesto entero si lo desean ¡Dilo sin miedo, pequeño Aiden!

Ignorando mis escandalosos pensamientos, regrese mi vista a la vendedora — Dos manzana dulces, por favor ¿Cuál es el precio?

La señora dio una carcajada suave— Normalmente preguntan el precio antes, 5 monedas de bronce cada una.

Saque una moneda de plata y la mujer al instante le dio las frutas a los niños —Tienes unos hijos muy bonitos.

Di una risa incómoda y sin negarlo o confirmarlo pregunté — Somos nuevos en la ciudad ¿Hay alguna posada que nos puedas recomendar?

Ella nos dio una explicación muy detallada de la ubicación del lugar y sus puntos favorables. Con una sonrisa me despedí de ella y los niños, quienes parecían ajenos a tales interacciones repitieron el gesto de forma tosca.

Mientras nos dirigíamos les dije a los pequeños que guardaran la fruta como postre a lo que con suma obediencia sostuvieron en sus manos como si fueran sus tesoros.

Cayendo la noche, encontramos la posada ubicada en una pacífica zona lejos del centro. Conectada con una taberna, su exterior había sido construido con piedras y decorado con algunas plantas que daban la sensación de estar viendo una entrada a un mundo mágico.

Bueno, para el yo que se encontró estos dos años encerrada en un castillo completando papeles y atendiendo audiencias, después de la magia esto es lo mas cercano a la fantasía que estuve.

Al fin cumplía el requisito de un reencarnado de “entrar a una posada o taberna” y mejor aún, dos en una.

Subí la angosta escalera de piedras hasta la entrada donde empuje la pesada puerta de madera con mi espalda, a mis ojos llego la imagen de una recepción llena de calidez.

A diferencia del exterior, el interior daba una sensación hogareña. Completamente hecho de madera desde el piso hasta el techo, algunos muebles estaban decorados con manteles hechos a manos. Como dijo la señora de la tienda, una compañía familiar.

En la recepción, una joven estaba a cargo. De cabello rojizo recogido en una trenza y ojos miel, sus mejillas estaban adornados con pecas dándole un aire infantil.

Baje a los niños y me acerque a la joven siendo seguida por los pequeños polluelos— Buenas noches ¿Aún quedan cuartos disponibles?

Por favor, di que si.

La chica sonrió mostrando sus hoyuelos— Un gusto, soy Marie. Y si, aún quedan cuartos disponibles. Una noche cuesta 5 monedas de plata incluyendo el desayuno, el almuerzo y la cena.

Es un precio bastante razonable teniendo en cuenta que ya no tendría que preocuparme por las comidas

—De acuerdo, quiero dos cuartos por 20 días. Pagare por adelantado —Declare colocando dos monedas de oro.

Reencarne como una emperatriz pero dedicare mi vida a los protagonistas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora