15. Soy la peor persona del mundo.

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Recibimos los tres una capa oscura con propiedades de protección, reducción del 10% de daño, impermeables e inmune a los ataques mágicos básicos de tipo agua y fuego. Aunque su descripción no sonaba increíble, su precio rondo entre las 75 monedas de plata demostrando lo requerida que era.

Los gemelos obtuvieron sus dichosas espadas de madera, estaban hecha de manera tal que fueron ligeras y resistentes es por lo tanto que cada una costaba dos monedas de plata. En cambio, yo adquirí una varita mágica de madera que parecia una rama enroscandose y en su extremo tenia piedra con una runa de aumento.

—Todo es de buena calidad— elogie.

—Gracias por el cumplido, elegí los mejores materiales. Es por eso que su precio es tan alto y lo único que puedo hacer es darte un pequeño descuento— explico con un poco de vergüenza.

Asentí. No nos conocíamos lo suficiente para pedirle que nos lo rebaje y que el mismo se ofreciera a hacer un descuento nos vino de maravilla.

—Las tres capas serian 225 mas las espadas 229 y sumado por último la varita serian... 309 monedas de plata— declaro escribiendo las cifras en un papel para enseñármelo— puedo redondearlo a 300 monedas.

Era un precio asequible y el descuento era lo suficientemente bajo para que no me sintiera incómoda por deberle algo en un futuro. Saque tres monedas de oro a la vez que guardaba la capa y varita y entregaba el resto a los niños.

—Gracias, Humbert. Si necesitamos algo mas regresaremos— Los niños saludaron con la cabeza y salimos de la tienda.

...

Ya nos habíamos alejado bastante cuando observe confundida a los pequeños que aún sostenían en sus manos la capas y espadas— ¿No creen que seria mejor guardarlo?

Ambos alzaron lentamente la mirada y entrecerrando sus ojos dijeron— Iris, no nos enseñaste como hacerlo.

Me quede congelada saliendo de mi aturdimiento con una disculpa apenada— Oh, es cierto, no lo hice. Perdonen, ahora mismo los enseño.

Los dos sonrieron con entusiasmo— ¡Si!

Nos escondimos en un rincón y como de costumbre cree una barrera de invisibilidad. Del almacenamiento saque una pequeña aguja de mi bolso desinfectándola con alcohol y les pedí que me mostraran el dedo índice— Voy a hacer un contrato de sangre para que ustedes dos sean los únicos capaces de usar el almacenamiento de la gema.

Sin entender la razón de la aguja asintieron con confianza— Está bien.

No querían que se asustaran así que les expliqué como se formaba un [Pacto de sangre].

Necesitaba pincharles el dedo superficialmente para obtener una gota de sangre que iría al collar y de esa forma se crearía un lazo. Es decir, que no importaba si en un futuro fueran robados, los objetos dentro de este no podrían ser sacados por nadie que no sean ellos.

Para mi sorpresa, fue Ariane la primera en ofrecer su dedo mostrándose tranquila contrario a Aiden que miraba con temor la aguja.

Con una mano sostuve el collar y con la otra apoye el alfiler en su piel, me daba bastante impresión hacer esto pero era lo más seguro además que también facilitaba su uso. En el rostro de Ariane hubo una fugaz mueca de dolor luego de que la gota cayese, al instante la pequeña herida se recuperó.

No dije nada al respecto, era solo la demostración del poder innato que residía en ella. Aiden que había quedado en segundo plano se acerco a mi tirando de mi falda y presentándome la joya que colgaba de su cuello.

Este hecho no se describió mucho en la novela pero contrario a toda expectativas el gemelo que le temía más al dolor era Aiden. Eso si se comparaba en contraste con su personalidad, pero si se pensaba con lógica era razonable. Mientras Ariane podría curar cualquiera de sus heridas en cualquier momento no era lo mismo para él.

—Tranquilo, no mires abajo y mírame a mi— me agache hasta quedar en su misma altura y fije la posición de la aguja para concentrarme en Aiden.

El clavo su mirada en mi y yo se la regrese con una cargada cariño tratando de ahuyentar sus miedos— Respira, todo estará bien.

Comencé a hincar la aguja en su dedo lo suficiente para que saliera una sola gota y los ojos de Aiden al instante se cristalizaron dejando ver a unas pequeñas lagrimas aproximarse.

Me sentí la peor persona del mundo ¿Cómo fui capaz de hacer que una persona tan tierna haga esa mirada? debería clavarme cientos de agujas para pagar su dolor. Si, debería hacer eso.

Mientras mis pensamientos daban un giro peligroso, Ariane se acerco para sostener el dedo de su gemelo y al instante este dejo de sentir dolor haciendo desaparecer sus lagrimas como si nunca hubieran estado allí.

Las dos gemas mantenían un color rojizo que de a poco fue desapareciendo y que para mí se sintió como la prueba del crimen.

—Perdón Aiden, Ariane. Si no fuera por mi incompetencia no tendrían que haber pasado por esto, juro que encontraré una manera de hacer un contrato sin dolor aun si eso significa gastar todo mi dinero— me abalance sobre ellos en un abrazo y confundidos palmeaban mi espalda.

—Esta bien, sabemos que no es culpa de Iris.

—No estamos molestos.

¿Acaso son unos ángeles? mi corazón se lleno de felicidad haciendo imposible evitar que frotara mis mejillas contra sus cachetes rellenos recibiendo una suave risa como respuesta.

Después de unos minutos, ya calmada les expliqué como usar su almacenamiento— Lo único que deben hacer ahora es imaginar una gran caja mientras sostienen la espada y la capa e imaginar que la guardan dentro de esta.

Mientras hablaba hacia movimientos con la mano simulando el proceso, ambos asintieron tomando los objetos logrando desaparecerlos al instante— ¡Muy bien! eso es todo. Ahora si necesitan sacarlo lo único que tienen que hacer es imaginar lo contrario, es decir, a ustedes sacando algo de esa caja. Con solo imaginarla todo lo que hayan guardado aparecerá en su mente así que no necesitan molestarse en recordar lo que hay adentro.

A los gemelos les pareció interesante ese hecho así que repitieron la acción de guardar y sacar varias veces. Ante tal escena mis labios se curvaron en una sonrisa, eran adorables— ¿Qué les parece como regalo por haber sido tan obedientes ir a una cafetería?

Sin tener muy en claro a que me refería con "cafetería" asintieron con duda a lo que yo agregué— Es un lugar donde hay comida muy dulce, como la que comimos el otro día ¿Recuerdan los wafles con crema?

Apoyando sus manos en sus barbillas se detuvieron para pensar y rememorar el sabor de aquella masa suave con la dulce crema, sus ojos en respuesta se volvieron brillantes mientras me abrazaban— ¡Si queremos, gracias!

Siento que no tendría problemas en entrar a la ruta de crear una cafetería por estos dos digo ¿Aventureros? puff ¡vamos a hacer comidas tan dulces como estos dos! eso quisiera decir si no fuera un total desastre en la cocina.

Reencarne como una emperatriz pero dedicare mi vida a los protagonistas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora