Había pasado una semana desde que decidimos que no saldríamos del cuarto a menos que sea para comer. Esto vino de mi firme creencia de que cada vez que salíamos nos metíamos en problemas.
Y al menos necesitábamos un descanso de el aura de protagonistas que tenían los niños, las cuales nos obligaban a participar en escenario comunes del género.
Aunque sonaba cruel decir que los mantuve encerrados una semana sin una razón clara, a los niños por el contrario les maravillo la idea. Todos sus días se basaron en comer, dormir, bañarse y entrenar.
Agregaría pasar tiempo conmigo pero en todas las acciones anteriores estaba incluida.
Y no es que no quisiera darles su espacio personal, en realidad eran ellos quienes invadían el mio. Por ejemplo, ayer me levante a la madrugada para ir al baño y no pasaron ni unos minutos cuando ellos golpearon la puerta para comprobar si estaba allí.
Me recordaban a una mascota que tuve de niña que siempre me perseguía por toda la casa. Bueno, para mí estaba bien ya que eran lindos.
Mientras reflexionaba sobre los últimos días, mis manos terminaban de enlazar por fin mi bolsa mágica con el collar de los niños para crear un compartimiento en conjunto ampliando el espacio de este, ademas tendrían desde ahora siempre disponible dinero en caso de emergencia.
—Iris ¿Podrías liberar un poco?... Por favor— susurro Ariane tratando de no romper su concentración, en respuesta extendí mi mano dejando fluir mana por el cuarto.
Esta acción no solo significaba que el dueño tenia un gran control sino que ademas contaba con una basta piscina de mana, pero por alguna razón esto me resultaba sencillo. El porqué, tengo muchas teorías pero pocas pruebas así que solo lo dejo ser.
Una perturbación en el ambiente me notificó que el alma de los gemelos incorporo la energía de forma correcta para reforzar su núcleo, aunque había un largo camino hasta que pudieran consolidarla su constante esfuerzo estaba dando frutos.
El controlar sus elementos era un sueño lejano pero su comprensión había llegado hasta tal punto que aun cuando tuvieran una predisposición natural, uno no podría evitar llamarlos "genios".
Después de una hora, nos encontrábamos en la pequeña mesa del cuarto disfrutando de nuestro tiempo. Los gemelos bebían chocolatada caliente junto a unas galletitas, sus expresiones eran una mezcla de satisfacción y tranquilidad. Ya no sudaban luego del entrenamiento, era mas como una meditación para ellos en este punto.
Observe los rayos del sol que se filtraban por la ventana, probablemente eran entre las 3 de la tarde. Con un té en mano di un lento sorbo, prefería el café pero hoy había optado por algo distinto.
Si, un buen té.
Té.
¿Té?
¡Hao Feng!
Me levante bruscamente de mi lugar tirando la silla en el proceso— ¡Niños, hoy teníamos que ir al gremio a ver a Hao Feng!
Acostumbrados a mi personalidad impredecible, dieron un suave sorbo sin apartar la mirada y con calma me preguntaron la razón.
Viendo su expresión que parecía decirme "Tomate tu tiempo, te escuchamos pero no nos moveremos hasta terminar", aclare mi garganta volviendo a sentarme— Es cierto, ustedes estaban dormidos pero le pedí a Hao Feng si podía ayudarme a organizar sus bautismos.
—¿Qué es un bautismo?
Si tenemos que empezar desde allí.
— El bautismo es una ceremonia donde los niños reciben una bendición de los dioses.
Empecé a contarles las historias que había leído en los libros mientras terminaban sus bebidas, ambos en ningún momento apartaron la mirada y eso solo me motivo mas agregando poses y silencios dramáticos deleitándome con sus rostros llenos de admiración.
No importa cuánto intenté convencerme de que estoy contando un cuento de hadas, en realidad fue grabado en los libros como hechos históricos.
...
Después de la fascinante historia y de prepararnos, no tardamos ni media hora en llegar al punto de encuentro. Antes de abrir la puerta me detuve a observar a los niños.
Aiden y Ariane debajo de sus capas estaban vestidos con ropa de un blanco puro haciéndome sentir como si hubiera robado dos ángeles del cielo.
Sonara exagerado pero si uno ve sus profundos ojos azules y su plateado cabello, no suena tan descabellado la idea de que realmente pertenecieran a la raza de ángeles.
Empujando la puerta con mi espalda, al entrar fue Callie quien nos recibió. Pero antes de aproximarnos a ella para saludarla un hermoso joven sentado en una mesa cercana nos interrumpió saludándome— ¡Mi pequeña! Pensé que nunca llegarías.
Retrocedí un paso mirando a mi alrededor pensando que se había confundido. Cuando me di cuenta él se estaba acercando a nosotros y pude apreciar sus rasgos con más atención.
Vestido con un kimono oscuro con bordes rojos, su largo cabello oscuro estaba atado en una cola de caballo alta cayendo como tinta por su espalda. Me observaba con unos ojos cálidos que me dieron una sensación familiar—... ¿Abuelo Hao?
Con una sonrisa llena de orgullo asintió pero lo seguí mirando con sospecha en busca de una explicación, dándose cuenta de ello señalo el collar que llevaba— Es una piedra cambiaformas, son caras y duran solo un día pero quería verme guapo para salir con mi adorable nieta.
Ocultando mi curiosidad ante la existencia de tal aparato intercambiamos saludos, los niños que habían reconocido que era Hao Feng y por lo tanto era inofensivo, le regalaron una tierna sonrisa recibiendo a cambio unos caramelos.
Que astutos pero lastimosamente me negué, ambos ya habían consumido su ración de azúcar del día. Incluso si me miran con esos adorables ojos no me van a convencer.
No caeré en sus trucos.
...
En el camino los gemelos tenían sus mejillas abultadas por los dulces así que iban en silencio. Lo diré solo una vez, no es que sea débil ¡Es que ellos son muy persuasivos!
—¿Quieres que los lleve por ti?— Ofreció Hao Feng con golosinas en sus manos queriendo cargarlos pero ambos negaron con la cabeza aferrándose a mí.
—No te lo tomes personal— trate de consolarlo reprimiendo una sonrisa presumida.
Iris 1 dulces 0.
Encorvándose rasco su nuca dando un suspiro, aun en ese cuerpo mantenía sus hábitos de anciano— Me cuesta creer que estos bollos no sean tus hijos.
Sin saber que responder, llegamos a las puertas de la iglesia. Frente a nosotros se alzaba una hermosa y enorme estructura de dos pisos hecha de piedra, con ventanales y una cúpula donde se alzaba una enorme cruz. En este mundo la cruz hacia alusión a la conexión que compartían los cuatro elementos y en su centro tenia grabado caracteres respecto a los dioses sagrados.
Distraídos por la construcción, no nos dimos cuenta de que un sacerdote se colocó a nuestro lado. Era un hombre delgado con un rostro lleno de arrugas acompañado por una ligera sonrisa acentuando su apariencia apacible.
Intente dar la reverencia común de este mundo que constaba de cruzar los brazos en el pecho y exponer la nuca en señal de sumisión y respeto, claramente solo pude limitarme a la reverencia puesto que cargaba a los niños en mis brazos.
—Veo que su nieta es una persona muy educada, señor Hao Feng— en aprobación, felicito a Hao Feng.
Me sorprendí con la rapidez que lo reconoció y mas aún que supiera que era su nieta pero no me molesto, era útil— es un gusto conocerla su santidad, mi nombre es Iris.
En silencio puso la mano en frente de mi rostro para que guardara silencio, asintió y comenzó a caminar adentro, Hao Feng apoyo su mano en mi hombro— entremos.
Al apenas dar un paso adentro de la iglesia, tuve el presentimiento de que algo iba a suceder.
Dudando entre dar la vuelta o quedarme, decidí que los gemelos estarían mas seguros si recibían su bendición.
ESTÁS LEYENDO
Reencarne como una emperatriz pero dedicare mi vida a los protagonistas.
FantasyEl último capítulo de mi novela favorita se actualizo ¡bien! Espera un momento ¿Por qué los protagonistas están muertos? ¡Me niego a aceptar este final! ¿¡Autor acaso estás cortejando a la muerte!? Mi corazón duele mucho, tanto que el camino se vuel...