Reencarne como una emperatriz pero dedicare mi vida a los protagonistas.

33. ¿Acaso no sabes lo que es una broma?

Fuimos capaces de retomar la mayor parte de nuestra ruta original gracias al increíble sentido del olfato de Yiyi. Siendo liderados por el zorrito, volver nuestros pasos a través del espeso bosque fue casi como un paseo por el parque.

El único problema había sido la atmósfera que nos rodeaba.

Sin importar que tanto camináramos solo nos esperaba por delante un inusual silencio. Prácticamente cualquier ser vivo que estuviera dentro de nuestro alcance saldría corriendo o contendría su respiración sin moverse hasta que saliéramos de su vista.

Y todo esto debido a nuestro pequeño nuevo amigo.

El humor actual de Yiyi fluctuaba entre la ira y la tristeza de forma inestable, sumando su prominente linea de sangre el aura que actualmente irradiaba no era para nada una broma.

Fue una suerte que aun en ese estado, de forma consciente o inconsciente suprimiera aquella aterradora aura evitando que nos afectase.

En cuanto al duo de hermanos, solo le costó intercambiar una mirada para llegar a una gran conclusión: debían molestar al zorrito.

¿El por qué? Lo mas probable es que quisieran distraerlo un poco y como si comprendiera sus buenas intenciones, Yiyi lo consintió sin emitir sonido. Casi como si estuviera esperando por ello.

…

Debía admitir que era un alivio que los gemelos tuvieran con que entretenerse pero, ahora que quedaba en segundo plano comenzaba a aburrirme.

Solo ¿Qué debería hacer?

En ese tiempo cuando leía todas esas novelas sobre aventuras nunca me percate de lo agotador que era pasar tanto tiempo vagando por el bosque. Y eso que apenas habían sido unos días.

Pero al final no importaba lo encantador que fuera el lugar si veías los mismos arboles una y otra vez, el escenario se volvía aburrido por no decir tedioso.

Y lo único que podría perturbar aquel armonioso paisaje salido de un cuadro seria…

—¡Niños!— al ser llamados de repente el trió detuvo abruptamente su marcha a lo que con una sonrisa propuse— ¿Quieren intentar algo interesante?

Antes de poder explicarles mi idea los gemelos asintieron sin dudarlo, casi como que sin importar lo absurda que fuera mi petición la cumplirían. Ante una mirada tan devota no pude evitar retroceder sintiéndome avergonzada por mi propia inmadurez.

—¿Qué es lo que querías hacer, Iris?— notando mi vacilación, antes que pudiera volver sobre mis palabras Ariane atrapó mi mano y con unos ojos llenos de curiosidad me alentó a seguir— Vamos, dime~

—Bueno, en realidad no es la gran cosa—me reí incomoda en un intento de restarle importancia al asunto— solo quisiera que dijeran en voz alta algo parecido a "¡Espero que no encontremos ningún Dungeon por aquí cerca!".

Wow, eso había sonado realmente estúpido cuando salio de mi boca.

¡Pero en mi defensa, en mi cabeza se escuchaba mejor!

El par entorno sus ojos ante la palabra "Dungeon". Al parecer desconocían el termino puesto que ambos empezaron a balbucearla un par de veces hasta acostumbrarse a pronunciarla y solo cuando estuvieron lo suficientemente conforme se quedaron callados.

Del duo, fue el gemelo mayor quien dio un paso al frente enfrentándose al infinito bosque.

Los tres nos quedamos mudos en espera a lo que haría a continuación el pequeño bollo quién, tomando una gran bocanada de aire hasta hinchar su pecho, mantenía una expresión llena de tensión por alguna extraña razón.