34. ¡El género no era de apocalipsis zombie!

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A un par de metros de distancia, escondida entre unos frondosos arboles se asomaba la entrada de una caverna. O al menos, algo parecido.

Las paredes exteriores parecían estar formadas a partir de una especie de piedra en la cual, una inusual enredadera se ceñía sobre esta con ferocidad en un intento de advertirle al espectador del peligro que se enterraba dentro.

Pero como si eso no fuera lo suficientemente desalentador, una espesa y misteriosa niebla brotaba desde su entrada al igual que una bestia a la espera de que algún inocente cayera en su trampa y entrará en su boca. Además, sin importar que tanto entornara mis ojos lo único que podía distinguir de aquella abertura era una oscuridad abismal coronada por una hechizante gema flotante repleta de runas y escritos antiguos.

En mi opinión, una cueva completamente normal.

—¡Iris, mira! ¿No es eso un calabozo? ¿Acaso no lo es? Era lo que querías ¿Verdad?— La pequeña niña canturreo dando suaves saltos en su lugar mientras aplaudía con entusiasmo.

Por favor, detente. No voy a negar de que mantenía una vaga esperanza en tropezar con una pero... realmente era solo un delirio de una lectora ¿Sabes?

Nunca espere que por un par de palabras realmente nos ibamos a encontrar con una ¿¡Sabes!?

—Aunque Iris no parece del todo feliz...

Sin otra mas que esconder mi inquietud en algún rincón de mi mente, arme una sonrisa entrecerrando mis ojos ante la "formación natural"— No es así, cariño. Solamente estaba sorprendida de haberlo encontrado ¡Realmente soy muy afortunada de tener conmigo a un par capaz de tal hazaña!

Satisfechos con mi respuesta acorde a sus expectativas el duo asintió orgulloso.

Pero...

—Realmente admiro a los aventureros para adentrarse en ese lugar por voluntad propia, eh—comente en un tono burlón al percatarme de un hecho tan obvio.

Encontrarlo o no encontrarlo ¿Eso importaba?

Al final yo era quien decidía si entraba o no.

Complacida por mi propia perspicacia destape una pócima alta de curación y la vertí directamente sobre la piel de mi espalda desnuda. Al contacto con el pegajoso liquido la sensación de picazón y ardor fueron sustituidas por una de alivio y frescura. Casi adictiva.

Con todos los problemas solucionados quise compartir mi alegría coincidiendo mi mirada con la del trió, pero mi intuición me recomendó que no lo hiciera.

Aunque claro, como siempre la ignore bajándola de todos modos.

Fascinados y expectantes ante la aventura que los aguardaba solo a un par de pasos, los gemelos fueron incapaces de ocultar una expresión llena de ilusión. Era un combo mortal, un ataque furtivo, una amenaza latente... ¡Un tesoro nacional!

Pero era un rotundo no.

De ninguna forma lograrían convencerme de entrar allí.

...

Aunque en realidad, si lo ves desde otra perspectiva el lugar tiene una particular arquitectura y un estilo encantadoramente... rústico.

A ver, solo digo que ese musgo creciendo por las paredes da un aspecto muy interesante al entorno. Hasta tomemos como ejemplo a ese pequeño roedor silvestre que paso corriendo por allí, cualquiera diría que es solo una simple rata pero si te tomas el tiempo de apreciarlo, ese sucio y oscuro pelaje es realmente...

¡Estoy mintiendo, quiero salir! ¡Déjenme salir!

—Mira, Iris— sintiendo mi intención de huir, Ariane atrapo mi mano cortando cualquier ruta de escape— ¿No te parece que estas piedritas son muy lindas? ¿Podemos llevarlas?

Reencarne como una emperatriz pero dedicare mi vida a los protagonistas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora