Capítulo 34. Desnudarse

3.5K 172 12
                                    

Buenas!! 

Aunque parezca difícil de creer, desde que estamos con esto de la cuarentena parece que tengo más vida social que antes, y no sé si será únicamente cosa mía, pero estos días me cuesta mucho más buscar la "inspiración" y escribir cosas más o menos decentes. Tengo la mente más dispersa estos días por alguna razón. Pero bueno, aquí tenéis un nuevo capítulo, que me ha costado escribir, no sólo por lo que ya os he comentado, sino por el contenido en sí, y espero que haya quedado a la altura. Nos leemos pronto. Besos!



-Con todos vosotros.... ¡Alba Reche cantándonos La flaca!

Al otro lado del televisor, el tenedor de Natalia se quedó en un punto medio entre el plato y su boca, la cual se había abierto algo más de la cuenta mientras sus ojos se habían quedado pegados a una pantalla que le devolvía la imagen de una Alba espectacular, enfundada en un impresionante vestido negro que le quedaba como un guante a la ilicitana y que dejó sin habla a la Pamplona y a punto estuvo de dejarla sin respiración.

Maria: ¡Hostia puta qué pivonazo! -Piropeó la rubia a su lado-. Claro, normal que pierdas las bragas... ¡Las he perdido yo! -Pero no obtuvo respuesta-.

Natalia podría haberle gritado mil piropos a la tele, tal y como estaban haciendo a su lado María, África, e incluso Sabela, pero le fue realmente imposible encontrar la voz mientras admiraba la actitud de Alba en aquel escenario. La había escuchado cantar aquella misma canción durante la semana mientras la ilicitana ensayaba, pero ni punto de comparación con lo que estaba viendo en aquel momento. Su coqueteo con la cámara, su seguridad, sus gestos de chulería, su tímido contoneo, la sonrisa mientras cantaba, su voz, su puta voz que había conseguido erizar cada vello de su cuerpo y aquel tirante caído que estaba perturbando todos y cada uno de sus sentidos... Todo en aquella actuación había sido simplemente perfecto.

África: Joder

Sabela: Brutal lo que hizo

María: A ver chicas, traed un reanimador que creo que la hemos perdido -Bromeó haciéndole aire a su amiga, que carraspeó dándose cuenta de su embobamiento-.

Natalia: Oye, vale ya de cachondeito, ¿eh? -Dijo haciéndose la digna, comiéndose por fin lo que tenía pinchado en el tenedor mientras el resto se reía a su costa-.

África: Es que no es por ser puñeteras.... Bueno, la verdad es que en parte sí es por ser puñeteras, para qué nos vamos a engañar -Rectificó tras valorarlo-. Pero más allá de eso, es que nos hace mucha ilusión verte así después de tanto tiempo, Nat. Desde que lo dejarse con Marcos tu vida prácticamente se centraba en el trabajo.

María: Bueno, tampoco es que ese gilipollas aportara mucho -Apuntó, con todo el odio que sentía por él-.

Natalia: Pero tampoco es eso, Afri -Se quejó-. Que lo pintas como si no tuviera vida social fuera del escenario.

África: A ver Nat, sí tenías vida social fuera del escenario, pero se reducía a nosotros y a cuatro amigos más.

Natalia: Bueno, pero sigue siendo vida social.

Sabela: Creo que a lo que se refiere Afri es a que llevas mucho tiempo encerrada en tu círculo de confianza y privándote de un tipo de cosas que no te las aporta ni el trabajo ni tus amigos, por muy cercanos que seamos -Explicó, recibiendo el asentimiento de la manager-. La llegada de Alba a tu vida ha sacado una parte de ti que hacía tiempo que no salía a la luz... De hecho yo creo que la he visto pocas veces desde que nos conocemos.

Nuestra mejor canciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora