Nuestra mejor canción

Capítulo 49: Esta vez no

Buenas tardes!!! Seguimos con la historia. Este capítulo no es demasiado largo, pero aun así me ha resultado difícil escribirlo. No se si estoy demasiado satisfecha con el resultado, pero bueno, espero que haya quedado medianamente decente. Nos leemos!! 

Alba necesitó de unos segundos para poder recuperar el control de su cuerpo después de aquella visita inesperada e indeseada a partes iguales. Tras lanzar un silencioso suspiro y animarse mentalmente para afrontar aquel encuentro, la ilicitana dejó el bolso a un lado y se giró lentamente, encontrándose de frente con la persona que había originado todos aquellos fantasmas que la habían perseguido y atormentado durante años.

Alba: ¿Qué haces aquí? -Preguntó con seriedad, sin la más mínima intención de acercarse a él-. 

David: Hola Alba -Contestó en un tono sorprendentemente pausado, sin perder la sonrisa que lucía desde que había entrado-. ¡Qué alegría verte después de tanto tiempo! ¡Te sienta genial ese corte de pelo!

Mientras hablaba el chico se acercó a Alba con la clara intención de saludarla con un par de besos, pero la ilicitana retrocedió rápidamente impidiendo el contacto y notando como el malestar ante aquella visita inesperada aumentaba a pasos agigantados.

Alba: ¿Qué haces aquí, David? -Repitió aun más seria que antes-.

David: Solo quería saludarte antes del concierto -Contestó elevando sus hombros en señal de inocencia-. ¿No me dirás que sigues molesta por lo que ocurrió? -Soltó con una sonrisa de incredulidad que a Alba le sentó igual que una patada en el estómago-. Hace mucho tiempo de eso, Albita.

Alba: No me llames así -Espetó con rabia, cabreada ante aquella actitud de chico bueno y encantador que estaba adoptando su ex después de todo lo que había hecho-.

David: Vamos Alba. Sé que las cosas terminaron mal entre nosotros y que los dos cometimos errores, pero creo que ya es hora de enterrar el hacha de guerra, ¿no te parece? -Dijo intentando coger la mano de Alba y ganándose un manotazo por ello-.

Alba: ¿¡Que los dos cometimos errores?! -Repitió incrédula-. Te pasaste meses engañándome mientras te atrevías a decirme que tenías miedo de que te fuese infiel, te pillé acostándote con otra mientras pensabas que estaba de viaje y tuviste las narices de intentar echarme la culpa a mí de tus infidelidades. Y no contento con eso me acorralaste contra la puerta para insultarme y decirme auténticas barbaridades... ¿Y dices que los dos cometimos errores? -Espetó con los ojos encendidos de rabia-. El único error que cometí fue haberte conocido.

El chico se quedó parado ante aquella faceta de Alba que pocas veces había visto, sorprendido ante una dureza que le hicieron necesitar unos segundos para recomponerse, pero poco tardó en lucir una sonrisa de suficiencia en su cara, convencido de que aquel enfado en la ilicitana era un síntoma claro de que seguía teniendo poder sobre ella y que solo tenía que cambiar su estrategia para conseguir su propósito.

David: Tienes razón, Alba -Soltó finalmente relajando su postura y mostrándose más cabizbajo que antes, desprendiéndose del aire de suficiencia con el que había entrado al camerino-. Sé que me porté fatal contigo y lo siento muchísimo. No sabes lo arrepentido que estoy de haberte dejado escapar -Un nuevo intento por su parte de acercarse a Alba y un nuevo movimiento esquivo por parte de la ilicitana-. En esa época estaba mal, estaba estresado con el trabajo y encima veía que me ibas a cambiar por la música y lo pagué contigo. Perdóname Alba, de verdad.

El chico dio un nuevo paso hacia delante que esta vez Alba no pudo contrarrestar por haberse quedado sin espacio a su espalda para retroceder, lo que la hizo quedar atrapada entre su ex y el mueble. En su cabeza empezaron a reproducirse demasiadas imágenes, unas imágenes que la llevaron a tragar saliva con nerviosismo y a bajar la mirada hasta el suelo. Y David sonrió satisfecho entendiendo aquel nerviosismo como un punto a su favor que le animó a seguir.