quatre

457 68 5
                                    

La idea de ir a la fiesta me era indiferente, solo quería hacer enojar a mi amado Sesshomaru. Aunque mis amigos si se encontraban emocionados, hasta las chicas me llevaron de compras para conseguir un vestido lindo.

-Ya quiero ir. —Kikyo me tomo del brazo y entramos a una tienda. Sango bostezo y nos siguió.

Sonreí. No dejaría que esas locas se dieran cuenta de mi plan, solo molestarían y me harían confesarle mi amor y noup, no estoy listo para el rechazo. Mi corazón aún puede esperar para ser roto.

Kikyo nos llamó y nos hizo probarnos distintos vestidos, aunque no me molestaba, necesitaba nueva ropa.

-Inuyasha no contesta mis llamadas. —Kikyo observo su celular y frunció el ceño.

-Tal vez está ocupado, ya sabes que debe aprobar física para pasar de año con nosotros. —Me vi en el espejo y di vueltitas.

Sango me dio la razón y le entregó otro conjunto a nuestra amiga, ella se resignó y fue a los probadores. La verdad es que Inuyasha tampoco me había contestado mis mensajes desde ayer y no entendí el por qué, pensaba que estaba enojado conmigo pero al notar que tampoco le contestaba a Kikyo, tenía que ser algo grave, pero no quería asustarla.

Aparte los pensamientos malos de mi mente y seguí probando vestidos tras vestido, y bromeaba con mis dos mejores amigas. Un día perfecto.

Al decidir nuestro vestido "perfecto", nos retiramos de la tienda y caminos por un parque, nos compramos unos helados y seguimos caminando. Kikyo hacia bromas y Sango nos llevaba a lugares para probar nueva comida.

-Esperen, vamos a tomarnos una foto. —Kikyo sacó su celular y nos enfocó. —Digan queso.

-¡Pepino!

-¡Chile!

Kikyo nos miró enojada. Sonreímos inocentes.

-¡Ustedes!

Empezamos a correr para alejarnos de ella. Le levantamos el dedo de en medio y corrimos más rápido, en cuanto nos alcanzara nos iba a matar.

Pero mi celular sonó, le dije a Kikyo que nos dejara de perseguir. Inuyasha me estaba llamando, así que conteste la llamada lista para regañarlo.

-¡Hola, pu!—Escuché su voz distinta. —Inuyasha ¿qué sucede?

-Kagome, ¿estas con Kikyo?, por favor no dejes que venga a mi casa, no hasta que pueda recuperarme.

-¿De qué hablas?

-... Mi papá murió. —Y así finalizo la llamada.

Mi amiga me miro curiosa. Yo no sabía que decirle, tampoco que entendí lo sucedido, así que solo le dije que yo iría y le avisaría cualquier cosa.

Al llegar, la mamá de Inuyasha estaba afuera esperándome, ella siempre sonría pero esta vez se veía tan triste que quería llorar ahí mismo. Me invitó a pasar y me indico que él se encontraba en su habitación, en cuanto me dijo eso, ella volvió a salir de la casa.

Tome aire y subí las escaleras, he estado tanto aquí que ya sabía con perfección donde ir. Pero un cuerpo me impidió llegar a mi destino.

-¿Sesshomaru?

El mayor de los Taisho me miró, su expresión era entre enojada y triste, lo cual no sabía que era peor.

-¿Qué haces aquí?

-Inuyasha me llamó

El peli plateado trato de sonreír pero no lo logro, solo hizo una mueca rara.

-Entonces sabes sobre mi papá.

-¿Estás bien?—Pregunte bajito, por una razón me sentía vulnerable con él.

Estaba a punto de llorar, sus lágrimas estaban a nada de caer por sus mejillas, quise abrazarlo y consolarlo, pero él no me lo permitió, en cuanto quise hacerlo Sesshomaru me alejo.

-Estoy bien, solo que un poco aturdido con todo los preparativos. —Hizo una mueca, su rostro expresaba todo lo que sus palabras no.

-¿Necesitas un abrazo?—No me di cuenta cuando empecé a llorar.

-No. —Su voz fue firme.

Verlo tan frágil, me dio ganas de protegerlo para siempre, pero sabía que él no cedería ante mí. Así que solo me quede viéndolo en silencio.

-Lo siento. —Se arrodillo, su mirada fue a la mía, y suplicando dijo. —Lo necesito.

Camine hacia él y me arrodille. Lo abrece tan fuerte, que deseaba que se olvidara de todo.

Sesshomaru no soltó ni una lágrima ese día.

Lejos Estamos Mejor. (SessKag)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora