Trente

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Narra Sesshomaru.

Cuando desperté, sentí la calidez del cuerpo de Kagome. Sonreí al verla acostada a mi lado, su cabello le cubría la mitad de su rostro y sus manos estaban en mi pecho. Su respiración es tranquila y murmuraba cosas sin sentido.

-Buenos días. —Susurre en su oído. Ella gruño y me dio una patada.

¿Existe alguien más adorable que ella? Tal vez, pero para mí es la única. Me levante con cuidado para no despertarla y deposite un beso en su cabeza.

Camine a mi cocina, busque ingredientes para el desayuno y prendí la radio. Saque el sartén, agarre huevos, leche, manzanas, tostadas y todo lo que se me ocurrió.

Era mi momento para recompensar su dolor.

(...)

Narra Kagome.

Desperté cuando olí el delicioso desayuno que me esperaba. Me levante, mire mi cuerpo desnudo y sonreí, tal vez era el momento de ser feliz. Fui al armario de Sesshomaru y agarre una de sus camisas, me la puse y me sentí avergonzada por mi aspecto, pero al mismo tiempo me sentía tan feliz que podía llorar.

Salí de la habitación, buscando a mi peli plateado, el cual estaba cocinando y cantando una canción que no reconocía, pero al ver su espalda y como sus manos se movían con ritmo, me hizo sonreír.

-¿Listo?—Me senté en una de las sillas de la mesa de cocina. Él me miro y asentó con la cabeza.

Me sirvió huevos revueltos, una tostada con mermelada, jugo de manzana y un plato de fruta. Me dio un beso en la frente y se sentó frente de mí.

-Espero que te guste. Soy malo cocinando. —Me dijo. Vestía solo unos boxers y su cabello despeinado. Aun así, se ve tan guapo.

Probé el desayuno, el sabor es delicioso. Lo mire, tratando de verme asqueada, aparte el plato y negué con la cabeza. Sesshomaru de inmediato tomo su tendedor y probo su preparación, quise reírme cuando me miró con el ceño fruncido.

-Sabe normal.

-Lo sé. —Le di un golpecito en su nariz. —Solo bromeaba.

Se levantó, coloco sus manos en la mesa y con una voz gruesa, dijo. —No me gusta que bromeen con mi comida.

No sabía que decir, realmente se veía molesto por mi travesura. Baje la mirada y me disculpe, tal vez si fue extremo bromear con la comida, pero ¿yo que sabía?

Entonces escuché la risa de Sesshomaru. Levante la vista y lo vi tratando de controlar las carcajadas.

-¿En serio te lo creíste?—Me acaricio el cabello. —Tan inocente.

Le aparte la mano, pero al contrario de él, no pude fingir estar enojada y sonreí. Los dos nos miramos por un largo tiempo, luego comenzamos a desayunar en silencio, un silencio cómodo y feliz.

Me acosté en la cama y mire a mi primer amor afeitándose. La imagen perfecta para mis mañanas, no lo diría en voz alta, pero realmente amo cada centímetro de él.

A los pocos segundos de acabar con su tarea, se acostó a mi lado y me abrazo. Es tan cómodo estar en sus brazos.

-¿Quieres intentar hacer un bebé?—Me acaricio mi espalda con su pulgar.

-¿Me estas pidiendo sexo?—Reí. Escondí mi cabeza en su cuello.

-No, te estoy pidiendo hacer el amor.

-Una buena forma de pedirlo.

Sus manos levantaron la camisa y con una sonrisa, me beso mi cabeza.

Lejos Estamos Mejor. (SessKag)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora