[PAUSADA] brotherhood of evil ─ rubegetta

10.

Un sacudón en mi brazo me hizo despertar de un sueño algo extraño que ya no logro recordar, el rostro asustado de Samuel fue lo primero que ví.

─¡Muévete! ─gritó y me levanté rápidamente, sintiendo un líquido brotar por mi nariz, efectivamente, estaba sangrando. Gracias a Raúl, sabía qué hacer en estas situaciones ─¿Por qué estas sangrando? ¿Qué esta pasando Rubén? ─me dijo alarmado mientras me veía buscar el botiquín de emergencias y tomar el algodón suficiente para cubrir mis fosas nasales y detener el sangrado.

─No lo sé ─mentí, claro que lo sabía y muy bien. Aquel sueño que poco a poco comenzaba a recordar, había sido una visión. Samuel no parecía muy convencido, el ceño fruncido en su rostro me indicaba que tenía muchas preguntas que yo no era capaz de responder ─Tranquilízate, no es nada Samuel. Ya se detuvo ─le dije mientras acariciaba su rostro, intentando calmar sus nervios y también los míos, recogí todo y lo puse en su lugar. Sabía que tenía que encontrar la forma de que Samuel se fuera de casa antes de que los dolores de cabeza comenzarán, solo iba a conseguir preocuparlo y joder todo el plan que tenía con Raúl.

─¿Seguro que estás bien? Rubén... estoy asustado ─me dijo mientras escondía su rostro en mi pecho. Me sentí débil por un momento, pero sé que tengo que mantenerme fuerte por él, no quiero que me vea en mi estado después de alguna visión. Lo abracé para calmarlo, acaricié su cabello suavemente, sintiendo como su respiración se relajaba y la mía también. Estaríamos bien.

─Lo estoy, bebé ─le dije ─Mírame, debes irte a casa, ¿sí? yo me cuidaré ─asintió no muy convencido, le dí un pequeño beso en la frente y lo despedí, no sin antes recordarle que lo quiero muchísimo.

Pero ahora, tenía un gran problema. No recordaba casi nada de aquella visión.

─ Narrador: Auron/Raúl

Luego de mi discusión con Rubén, me sentía inseguro. Me senté en el patio de mi hogar mientras me armaba un arco, nunca sabía cuándo necesitaría uno así que mejor tenerlo. Pero no me estaba concentrando, estaba con mi mirada posada en casa de Luzu, estaba junto a Willy trabajando en su huerto nuevo. Fruncí el ceño y solté un bufido, ¿debía desconfiar del amor de mi vida? ¿debía tenerle miedo a Luzu?

Es cierto que había pasado mucho tiempo aislado de él, sin saber qué es lo qué pasa por su cabeza. Pero yo conozco al verdadero Borja Luzuriaga, yo sé quien es Luzu, o al menos, eso quiero creer. Había notado algo extraño en sus ojos, en sus gestos, como si intentara averiguar algo, como si él sospechara de mí.

Como si yo fuera una amenaza.

Al distraerme, sin querer clavé el cuchillo que estaba utilizando en mi dedo. Solté un quejido y corrí a curarlo, encontrándome con Lolito en la puerta de mi hogar, con una sonrisa amable y su cabello naranja perfectamente recogido.

─Hombre Lolito, tiempo sin verte ─le dije con sorpresa y me permití darle un corto abrazo.

─¿Qué tal Auron? ¿Te pillo ocupado? Es que tengo que hablar contigo... ─aquello me hacía estar alerta, negué ante su pregunta mientras lo hacía pasar.

Había pasado muchísimo tiempo sin ver y hablar con Lolo, ambos decidimos tomar distancia pero la realidad es que eramos muy buenos amigos, y quizá, podríamos ser algo más. Pero estábamos bien así, no quería perder a Lolito ni mucho menos tenerle en mi contra.

Aproveché a curarme el dedo cortado mientras tomábamos asiento, cuando estuvimos en la puerta había sentido dos pares de ojos mirándonos fijamente, sabía que se trataba de Luzu y Willy, pero le reste importancia.

─Dime Lolo, ¿qué te trae por aquí? ─podía notar los nervios en su expresión y en todo su cuerpo, a pesar de no estar en mi rol de psicólogo, me permitía analizar muy bien a las personas, y Lolito era alguien muy transparente incluso cuando es uno de los mejores mentirosos que he conocido, una mirada profunda a sus ojos, lo delataría en un instante.