8.

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─Esto no está funcionando Raúl ─le dije mientras retiraba el algodón completamente rojo por la sangre que brotaba de mis fosas nasales. Mi compañero, amigo y ahora ¿maestro? soltó un suspiro.

Hace tres semanas, desde que Auron logró contarme todo acerca de mis visiones y yo pudiera decidir sí seguir adelante con esto. Estamos intentando poder tener una visión, pero nada resulta en una. Voy contando tres desmayos, seis días corridos sin dormir, el sangrado de mi nariz cada vez es más fuerte y no logeo soportar los dolores de cabeza. Lo único que hace todo esto es empeorar, y ninguno de los dos sabe cómo llevarlo a cabo sin que yo muera.

─Lo siento ─se disculpó una vez que terminó de anotar el progreso que habíamos tenido hoy, le hice un gesto para restarle importancia ─De verdad, no quiero que nada malo te suceda, creo que nos hemos apresurado ─negué rápidamente ante sus palabras.

─Claro que no. Necesitamos hacerlo lo más pronto posible, tengo un mal presentimiento ─le confesé entre murmullos. Raúl me miró asustado y mordió su labio inferior mientras pensaba qué debíamos hacer.

Claramente no podíamos recurrir a nadie más. Estábamos solos, yo no confiaba en otra persona que no fuera Raúl y le había dicho que sería nuestro secreto.

─¿Por qué no me lo habías dicho? ─me encogí de hombros ante su pregunta. Raúl soltó unas cuantas maldiciones antes de ponerse a anotar de nuevo ─Tal vez podemos consultar a los Dioses... ─no me sentía muy convencido por aquello, no creo que ellos tengan la respuesta, o que puedan darla así como así.

─¿Y si buscamos un patrón? ─me golpee la cabeza por no haber pensado en eso antes ─Es decir, todas las visiones tienen algo en común ─Raúl asintió.

─Sí, y ya lo tuvimos en cuenta, sangrado, dolores de cabeza, etcétera

─No, no. No digo eso, sino, el ambiente ─Raúl abrió los ojos con sorpresa, era una idea sensata y obvia, pero no nos caracterizamos por ser los tipos más inteligentes de la tierra la verdad... ─Siempre suceden cuando estoy rodeado de... ya sabes, Willy, Hermandad Oscura, y también... ─Raúl me miró curioso, sabía que me había olvidado de contarle de aquel episodio que tuve alrededor de Luzu ─Una vez, sucedió mientras estaba con Luzu ─Raúl soltó una risa pero frenó cuando vió mi seria expresión.

─¿Estas de coña? Luzu no tiene nada que ver con tus visiones, nunca lo has visto en una de ellas, ¿cierto? ─intenté buscar entre mis recuerdos de episodios pasados, pero no lograba encontrar el rostro de Luzu.

─No lo recuerdo, Auron ─su expresión había cambiado a una totalmente diferente, estaba preocupado y nervioso. Sé de lo mucho que quiere a Luzu y cierta parte de Raúl tiene idealizado a Borja como el niño bueno que no rompería ni un plato.

─Debo hablar con Luzu ─dijo encaminandose hacía la puerta pero lo detuve, obteniendo una mirada furtiva.

─¿Pero qué crees qué haces? ¡Es nuestro secreto Raúl! ─le dije intentando convencerlo pero se safó de mi agarre.

─Es Luzu, Rubius. Podemos confiar en él ─aseguró pero yo no lo veía así. Raúl estaba cegado y yo no sabía cómo detenerlo en estas situaciones, suele ponerse demasiado terco cuando tiene una idea en su mente.

─No estoy seguro de eso ─susurré y Raúl soltó un bufido.

─¡Que Luzu es bueno! ─dijo y eso comenzaba a molestarme. Me recordaban a mis discusiones con Samuel ─¡Empiezo a creer que estás loco chaval! ─gritó con furia.

─¡Tú no sabes quien coño es Luzu! ¡Deja de idealizarle!─grité mientras me paraba y Raúl se hacía más pequeño pero mantenía su postura rebelde, empuñando su espada.

─¡No le conoces! ─gritó lanzando un espadazo que dió en mi brazo y me hizo chillar, caí al suelo al estar tan débil de nuestros intentos de visiones. Raúl respiraba de forma agitada pero al verme ahí tirado, sus músculos se relajaron y corrió a por el botiquín ─Lo siento, lo siento, lo siento ─murmuró mientras corría a mi lado, hice un gesto de dolor sosteniendo la herida para que no sangre más de la cuenta. Raúl era rápido y se encargó de ella antes de que pudiera quejarme más.

─Que bruto eres ─susurré y él se volvió a disculpar ─Está bien, esto nos esta volviendo locos. Debemos parar ─le dije y él asintió.

─Bien. Pero te vendré a visitar todos los días ─me dijo mientras me ayudaba a levantarme y se preparaba para irse. Lo detuve antes de que cruzara la puerta, aún me preocupaba el tema de Luzu y él pareció darse cuenta ─Tranquilo. No era ninguna tontería ─me sonrió y eso me tranquilizó.

Me despedí de Raúl y me apoyé en la puerta de mi hogar sintiéndome sobrecargado, con dolor de cabeza, con mi nariz repleta de algodón y mi cuerpo que llevaba casi una semana sin dormir. Unos golpes en el vidrio me hicieron ponerme alerta y me sorprendió ver a Samuel ahí, con una sonrisa y ojos brillantes.

─Hola, ¿qué haces aquí? ─le pregunté mientras le dejaba pasar y a la vez intentaba disimular mi aspecto de zombie. Samuel pareció ofenderse por la pregunta.

─Pero bueno, ¿acaso Raúl puede venir pero yo no? ─claro que se han cruzado, Samuel debería estar pensando lo peor de mí y no tenia forma de demostrarle lo contrario. Mordí mi labio inferior con nervios escalando mis intestinos.

─Estuvo aquí por otras razones ─iba a ser sincero, al menos en una parte ─Tengo pesadillas y no pego un ojo hace seis días ─Samuel cambió su expresión a una de preocupación, rápidamente se acercó a revisar mi rostro y la venda en mi brazo. Su tacto siempre sería mi favorito y el más cálido de todos.

─¿Por qué no me lo dijiste? Ay chiqui, mira como estás ─comentó apenado mientras me abrazaba y sentía mis músculos relajarse y mi mente también ─¿Quieres que me quede? Tengo algo que te hará ilusión ver ─asentí emocionado.

─Claro que sí, ¡muéstrame! ─le dije con una sonrisa y de su pequeña mochila color morado sacó una cámara de fotos, abrí mis ojos con sorpresa y no pude evitar gritar de la emoción, haciendo reír a Samuel ─¡No puede ser! ─la tomé en mis manos mientras la encendía y me preparaba para tomar las mejores fotos y atesorar recuerdos junto a Samuel.

─Oh no, no, no ─me dijo quitandola de mis manos. Empecé a chillar como niño pequeño ─Tú primero debes descansar, comer, y dejarme que te mime ─dijo con un puchero y no me quedó más que asentir y hacer caso a sus órdenes ─Luego, tengo un plan pequeño para que visitemos un lugar ─me guiñó un ojo y no podía sentirme más feliz.

Sentí que todo era como antes, que volvíamos a ser Samuel y yo, que nadie me arrebataría de mis manos. Que podríamos crear recuerdos juntos, que seguiríamos soñando con una mansión en la montaña, con un patio donde podamos ver las estrellas y compartir aquellos momentos tan íntimos en los que podía abrir mi corazón sin siquiera decir una sola palabra.

Samuel se recostó a mi lado y logré robarle la cámara para tomarle una foto antes de dormir, se cubrió su rostro con sus manos mientras reía.

─Cariño, eres precioso ─le dije y pude observar sus mejillas rojas, y una sonrisa extenderse en sus labios. Sin duda, mi escenario favorito.

─Descansa, Doblas ─me dijo y esa era mi clave para caer en el mundo de los sueños, Samuel era la clave para todo.

buenos días, buenas tardes, buenas noches

volvemos claro que sí (◠‿・)-☆

espero que estén en sus casas, tomando los cuidados necesarios, cuidando a sus familias y de ustedes mismos (っ˘з(˘⌣˘ )

¡muchas gracias por todo el apoyo!

ante cualquier duda o malentendido, aquí estoy para responder. espero que estén disfrutando la historia tanto como yo disfruto escribirla <3

pd: la canción de hoy va por la amistad de Rubius y Auron de la fanfic <3 (por rubegetta de la fanfic también que son amigos y pareja uwu)

abril. <33

[PAUSADA] brotherhood of evil ─ rubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora